Elfos Altos en los mundos de fantasía

Cuando decidimos jugar con un personaje elfo estamos dando un paso importante.

Lo complicado y emocionante de jugar con un elfo es que debemos meternos dentro de la mente de un ser que no es humano, un ser con unos valores y unas ideas diferentes a los de la raza humana. Este es uno de los factores que determinan su éxito o fracaso como personaje.

Voy a compartir con vosotros una herramienta de la que podréis serviros si estáis a punto de jugar con un personaje elfo:

el arquetipo.

Como muchos de vosotros ya sabréis, sobre todo quienes llevéis bastante tiempo jugando, el arquetipo es un arma de doble filo.

A diferencia quiza de enanos y halflings, quienes tienen un arquetipo definido y prácticamente único, el elfo puede presumir de tener un arquetipo diverso: maestros de armas de habilidad insuperable. Pensemos por ejemplo en Drizzt Do’Urden, quien es ya un arquetipo por derecho propio.

hechiceros y místicos de enorme poder. Elrond y Dalamar son dos buenos ejemplos.

Elfos Altos y guerreros de poder casi divino como Gil-Galad…

Vemos así que como raza los elfos están cargados de modelos y arquetipos, y esta será una gran ventaja a la hora de jugar con ellos.

El inconveniente del arquetipo élfico reside en que se agota, y ello se debe principalmente a que en unas pocas sesiones ya se han tocado ampliamente todos los tópicos de la raza élfica, aunque ello dependerá también de nuestra campaña.

¿Dónde está la clave, entonces? Pienso que se haya en la accesibilidad. Tradicionalmente todos hemos visto o entendido a los elfos como una raza remota e inaccesible en todos sus aspectos, desde su magia, su sabiduría o su manejo de las armas.

Estos aspectos pueden hacer de los Elfos una raza de juego bastante cerrada en cuanto a opciones. A mi modo de ver, la forma de atajar esto es hacer que los elfos sean más accesibles, respetando su mística y todas aquellas características que los hacen únicos. Y ello se conseguirá con un trabajo conjunto entre jugadores y Dungeon Masters.

¿Cómo hacemos entonces a un personaje elfo más accesible?

Hay una serie de aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de abordar este tema, que nos harán el camino mucho más fácil a la hora de jugar con un elfo.

Y un camino más fácil hará que la diversión sea mayor.

Estas claves son aplicables tanto a personajes jugadores y a PNJ’s al cargo del DM.

Veámoslas pues.

-Una mente cerrada contra una mente abierta. Este es a mi entender el aspecto fundamental de toda esta historia, y condicionará de alguna manera todos los demás.

Normalmente tendemos a percibir a los elfos altos como seres de fuertes principios, y aunque a veces son tajantes, son también respetuosos y tolerantes.

A la hora de interpretar a un personaje elfo puede ser buena idea que lo hagamos como si nuestro elfo fuera el más tolerante de todos ellos ( aunque nuevamente esto dependerá de la campaña, el carácter del personaje y un sinfín de factores).

Así minimizaremos el impacto que tendrá el posible abuso de determinados tópicos.

Dicho de otra forma más simple:

estar una y otra vez hablando de las diferencias raciales de los personajes dentro de la partida tiende a agotar a estos personajes.

-Conoce tu ciudad.. Las sociedades y ciudades élficas tienden a ser cerradas, a veces incluso racistas con las demás razas. Un Dungeon Master debería tratar una ciudad que aparezca en sus partidas como un personaje, como algo que tiene vida propia.

Así, un personaje elfo podrá servirse de las peculiaridades propias de la ciudad en la que vive o en la que se encuentra, y a la hora de definir su carácter el jugador tendrá unas líneas de desarrollo para definir a su personaje elfo.

Una ciudad bien definida hará que un personaje se sienta parte de la historia.

-Conoce a tus vecinos. Las relaciones con los demás personajes, jugadores o no jugadores, son importantes, y será necesario tener una serie de ideas previas acerca de cómo queremos que se desarrollen dichas relaciones.

Uno de los rasgos recurrentes en los elfos es su tendencia ser esquivos y misteriosos. Esto está bien, pero abusar de ello agotará el personaje rápidamente, por lo que emplea este rasgo cuidadosamente.

-Exclusividad. Un aspecto al que solemos recurrir, y en elque todos hemos caído en un momento o en otro es querer hacerlo demasiado exclusivo, hacerlo único con sus objetos mágicos y armas y equipo.

Es bueno que nuestro personaje sea único, pero hay que tener cuidado a la hora de diseñarlo, ya que corremos el riesgo de encasillar al personaje. Un conjuro único puede aburrirnos a la larga si lo repetimos muchas veces. Quizá tengamos una habilidad única tan extraña que no podamos usarla nunca en la partida.

A modo de conclusión quisiera decir unas últimas cosas.

Sírvete de los arquetipos a la hora de perfilar tu personaje elfo, trabajando conjuntamente con los demás jugadores y el Dungeon Master a la hora de enmarcarlo en la campaña.

Utiliza la planificación y la improvisación a partes iguales al jugar con tu personaje elfo.

No dejes que los arquetipos y los tópicos jueguen en tu contra, que tu personaje sea un elfo no debe condicionar tu manera de jugar. Tú juega y diviértete.

Lo más importante es tener claro que jugar con un elfo es un estado mental

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