El amor que desgasta...
Cuando la relación en pareja se desgasta y no existe ninguna expresión amorosa entre ambos integrantes, pareciera que la unión está establecida en otras necesidades, pero no el amor; seguramente en el sufrimiento.
En el momento en que el sufrimiento se apodera de la vida afectiva. El vínculo que es lo que sostiene a la pareja, ya se ha fragmentado, además, se tiñe de una sensación depresiva, estresante y un aire de cólera silenciosa toma lugar.
Pareciera que lo que los mantiene unidos, es ante todo, el temor a la solead. Pero no hay experiencia más dolorosa, que vivir la soledad en pareja. Las relaciones sexuales son nulas, los intercambios son indiferentes, el ánimo es depresivo. El gozo y el placer brillan por su ausencia. El sentido del humor no aparece por ningún lado.
¿Por qué, entonces seguimos preservando una relación que se encuentra tan fracturada?
Como lo mencione antes, en un plano más profundo, se encuentra el terror a la soledad. Sufrimos y nos dolemos, pero no hacemos nada para cambiar las circunstancias. Caemos en el personaje de la víctima. Las conductas de las víctimas, estas personas, consideran que no tienen la fuerza ni el poder para arreglar, para darle un giro diferente a su relación o un cambio a su vida.
Existen una serie de justificaciones de por qué permanecemos en esa relación desgastante. Cuando existen hijos, les echamos la responsabilidad a ellos. “La verdad me quedo en esta relación amorosa desgastada por mis hijos”. Esta, es una de las grandes mentiras que nos contamos a nosotros y a los demás. Nos contamos un cuento, que de antemano, sabemos que no es verdad.
La relación se mantiene pero ya no existe un vínculo amoroso que sustente la relación. Es como no enterrar a un muerto. Dejarlo en casa, es más, hasta apesta, pero insistimos en no enterrarlo. Preferimos la peste y lo nauseabundo que dar por concluido el entierro e iniciar un proceso de duelo. Es estar muertos en vida. y también es vivir la vida como muertos.
Es una situación penosa para ambos miembros de la pareja. Pero ambos insisten en sostener un vínculo sin energía, sin amor, lleno de aburrimiento, de frialdad, de mediocridad, y de sufrimiento.
El amor que desgata siempre deja heridas y cicatrices muy profundas en la vida, en el alma y en el corazón. La intimidad se ha tornado sofocante, hiriente y la vida carece de sabor y de sentido.
Siempre existen caminos para Recuperar la Confianza en el Amor, pero es necesario tomar la decisión de transformar la vida. Claro, sí uno entiende que la vida, sólo por ser nuestra tiene un valor y además de que parte del proceso de la vida no sólo es el sufrimiento, también gozar, disfrutar, y sobre todo, realizar una vida de a dos.
Gracias por leerme, mi misión e intención es la calidad de vida emocional…
Sí alguno de los temas le parecen interesantes sería bueno que me escribiera y si no, también. También contamos con material electrónico en dónde abundamos más sobre este tema y cómo superarlo.
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Ana Giorgana
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