Insuficiencia renal crónica
La insuficiencia renal crónica lleva a la pérdida lenta de la función de los riñones con el tiempo. Con la pérdida de la función renal, hay una acumulación de agua, residuos y sustancias tóxicas en el cuerpo, que normalmente son excretados por el riñón. La pérdida de la función renal también causa otros problemas tales como anemia, hipertensión arterial, acidosis (excesiva acidez de los fluidos corporales), trastornos de colesterol y ácidos grasos, y la enfermedad de los huesos.
La enfermedad renal crónica es dividida en 5 etapas:
Daño renal leve.
Disminución leve del funcionamiento de los riñones.
Disminución moderada del funcionamiento de los riñones.
Disminución severa del funcionamiento de los riñones.
Pérdida total del funcionamiento de los riñones.
La enfermedad renal crónica es un problema de salud en aumento. En los Estados Unidos el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) determinó que el 16.8% de todos los adultos mayores de 20 años tiene una enfermedad renal crónica. Afecta con mayor incidencia a los hispanos, afroamericanos, asiáticos y nativos americanos.
Efectos y síntomas:
Necesidad frecuente de orinar, especialmente en la noche.
Hinchazón de piernas y alrededor de los ojos (retención de líquidos)
Presión arterial alta.
Fatiga y debilidad.
Pérdida de apetito, náuseas y vómitos.
Picazón, moretones, y palidez
Falta de aliento.
Dolores de cabeza
Entumecimiento en los pies o las manos.
Alteraciones del sueño.
Dolor en el pecho.
Sangrado.
Dolor óseo.
Disminución del interés sexual y la disfunción eréctil.
Tratamiento:
No hay cura para la enfermedad renal crónica. Los cuatro objetivos de la terapia son:
Retardar la progresión de la enfermedad.
Tratar las causas subyacentes y los factores contribuyentes.
Atender las complicaciones de la enfermedad.
Reemplazar la función renal perdida.
Las estrategias para frenar el avance de la enfermedad renal crónica son: control del nivel de glucosa, control de la presión arterial y dieta.
En la última etapa de la enfermedad, la función renal solo puede ser suplida por una diálisis renal o trasplante de riñón. La mayoría de los pacientes son candidatos, tanto para hemodiálisis y diálisis peritoneal. Hay pocas diferencias en los resultados de los dos procedimientos.
El trasplante de riñón ofrece los mejores resultados y la mejor calidad de vida. Los riñones trasplantados pueden provenir de donantes vivos relacionados, donantes vivos no relacionados, o personas que han muerto por otras causas. En personas con diabetes tipo 1, un trasplante combinado de riñón y páncreas es, a menudo, una mejor opción.
Registro automático