Miedo

¿Tú crees que vivir con miedo, sin importar el “qué” lo provoca, beneficia tu desarrollo? ¿Te da pena que alguien se entere que le tienes miedo a algo? El miedo es un concepto y a menudo difícil de separar de la ansiedad. Enfrentar el miedo es cuestión de valor y estoy segura de que tú lo tienes...

El miedo resta autonomía en las decisiones que se toman y se le considera (erróneamente) una característica en la sociedad humana. Se desarrolla desde la infancia debido al método de educación que utilizaron los padres o tutores del esquema básico “premio y castigo”. Cuando una persona tiene miedo a algo que no produce miedo a los demás, es porque esa situación ha quedado asociada en su mente con algún temor infantil y se ha convertido en el símbolo de algo temido inconscientemente. Es un sentimiento en el estado afectivo, una emoción primaria del rechazo al riesgo, por la percepción de un peligro real o supuesto, que provoca angustia en la persona. Sea cual sea: “miedo al miedo, al amor, a la muerte, al ridículo, etc.” La afectación es por la Autoestima Baja o Alta, Experiencias del pasado Buenas o malas, Metas personales Confusas o definidas, Opiniones de Seres queridos a favor o en contra, Apoyo en demasía o escaso y por una Personalidad Fuerte o débil.

¿Qué es lo contrario al miedo? El valor. El valor es una cualidad subjetiva, es decir, se encuentra dentro de ti en la conciencia. Ser valiente no significa no tener miedo, ser valiente es avanzar a pesar del miedo, es enfrentarlo, no dejarte intimidar por nada ni por nadie. El sentir miedo te detiene, frena tu propósito de vida que por naturaleza es continuo, ascendente.

La cobardía a enfrentar el miedo limita hasta paralizar, tan solo por no correr riesgos. El amor es una fuerza poderosa, es una llave que te libera. Ese amor lo debes sentir principalmente por ti.

Una vez que hayas tomado la decisión de enfrentarlos, ubica al miedo como un proceso normal en tu desarrollo personal, no luches contra él porque lo magnificas. Relájate y piensa en una meta que desear lograr y que sea real para ti. Escribe el proceso paso por paso para llegar a esa meta, es decir, lo que tienes que hacer para lograr el resultado. Analiza uno a uno y detente cuando sientas miedo a no ser capaz de lograrlo. Razona ¿Qué sería lo peor que pudiera pasar si actúas a pesar de este miedo? ¿Corre un riesgo tu salud o tu vida en ello? Usa tu sentido común ¿Vale la pena intentar vencer el miedo? ¿Qué beneficios obtendrás si decides vencer ese obstáculo? Tus respuestas serán una clara indicación para continuar con tu proceso. En este momento le estás restando poder al miedo, lo estás eliminando y empiezas a tomar el control de tus deseos. Ya tienes poder sobre ti mismo, puedes recuperar tus sueños, puedes libremente enfrentar cualquier obstáculo. Repite el proceso con cada meta que tengas en mente.

Cada vez que logres vencer uno de esos miedos, felicítate, apapáchate y prémiate porque lo mereces, el enfrentar el miedo te devuelve la seguridad que habías perdido y esa confianza de que todo lo puedes te hace crecer y vivir en plenitud. Rompe las cadenas y libérate.

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