El tarot gitano en la historia de la Humanidad
Aunque se han precisado algunos elementos concretos en lo que a los comienzos del tarot gitano respecta, no existen sino evidencias aisladas de su presencia en la vida cotidiana de las civilizaciones más antiguas.
Cerca de 1390, el rey de Francia, Carlos VI encargó que le pintasen tres mazos de cartas. No obstante, de los registros de pago no puede inferirse si se trataba de de adaptaciones de los naipes islámicos, de versiones anteriores de cartas de tarot o incluso si eran típicas cartas francesas, con corazones, picas, tréboles y diamantes. Dado que no fue parte de la transacción mencionada, se sabe de la existencia de un mazo de cartas en la Biblioteca Nacional de Francia. El mismo fue pintado a mano, al estilo de las ciudades de Italia del norte.
La doctrina porpular del tarot también habla de viajes al interior de Europa en vagones ocupados por gitanos. Por más que esta teoría fuera difundida por novelistas del siglo XIX, como Villants y Papus, no existe evidencia histórica de que el pueblo gitano haya usado los naipes de tarot hasta alguna instancia del siglo XX. Sus intereses estaban más orientados a la quiromancia, la adivinación con fuego, al lanzamiento de una moneda y mucho tiempo después, al juego de cartas.
Más aun, las primeras barajas de las que se tiene conocimiento fueron solicitadas por familias de la nobleza. Esto no quiere decir que las cartas impresas no aparecieron hasta después de que inventaron la imprenta, pero son justamente estas últimas las que han pesistido.
Con un contenido rico en símbolos, las cartas poseían ilustraciones de connotación religiosa, similar al arte europeo de esos tiempos. Ese fenómeno pudo deberse a dos factores. Los monasterios todavía producían trabajos ilustrados para los nobles y los comerciantes poderosos. Por otra parte, la moda del arte medieval y renacentista se concentró, al menos en sus inicios, sobre temas de índole religioso, el cual pudo haber influido en el diseño de las barajas.
Aunque no existen pruebas de usos ilícitos de las cartas de tarot gitano, los registros de la Inquisición muestran que en un juicio en Venecia en 1589, las cartas fueron difamados y los ciudadanos acusados de utilizarlos para realizar brujerías. No se ha hallado documentación alguna de que la Iglesia Católica haya considerado el tarot o los mazos de cartas como una herejía, ni siquiera durante la Edad Media.
Juan Carlos Montillo
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