La filosofía del tacaño en los negocios.
A través de mi experiencia como empresario y consultor he podido constatar que los buenos resultados en la gestión y por consecuencia en los estados financieros nacen como efecto de una filosofía de compartir, de participar, de involucrar y de empoderar, así también soy testigo de empresas que aunque mantenían grandes niveles de facturación y posicionamiento en el mercado (debido más a coyunturas que a visión empresarial) se desplomaron al mantener inflexible su cosmovisión de tacañería.
Las empresas no son nada más ni nada menos que la proyección de sus fundadores y funcionarios, de modo que si existe la filosofía de construir, juntar, sumar y trabajar en equipo los resultados serán óptimos, caso contario serán mediocres en el mejor de los casos, Ecuador es un país que no se caracteriza por su generosidad empresarial por tanto (y debido a otras causas estructurales también) no es líder en nada, absolutamente en nada relacionado al quehacer emprendedor.
La filantropía está muy unida al desarrollo, así, las trece colonias inglesas que se unieron para fundar Estados Unidos de América entendieron que ser generosos ocasionaría mayores niveles de prosperidad y bienestar, y desde ahí que hasta ahora, las mayores proveedoras de fondos para actividades no gubernamentales están en Norteamérica, no en Ecuador (a pesar de lo que mentes izquierdistas afiebradas digan) …
La Biblia nos manda (nos obliga) a ser generosos y caritativos, a velar por nuestros empleados y a responder por ellos; nos motiva a compartir, pero irónicamente un país religioso en exceso como el nuestro no obedece a estos mandatos y por tanto, los empresarios sencillamente voltean la cara y se desentienden de lo que es la verdadera filantropía y el trabajar por y con su recurso humano.
Yo soy empresario independiente de una transnacional de primer orden, extremadamente generosa y por supuesto, los resultados están a la vista, tanto para ella como para el conglomerado que está vinculado, acá existe compromiso, lealtad, trabajo duro y sacrificado; en otras instituciones existe sólo mezquindad, explotación, aprovechamiento y así sólo consiguen un recurso humano resentido y desleal.
La misión de todo empresario es generar riqueza pero aunque suene insensato, debe pensar primero en su medio ambiente laboral porque si se compromete los resultados vendrán solos, sin buscarlos afanosamente.
Hace unos meses conversaba con un empresario que tiene grandes expectativas de crecimiento en su negocio pero honestamente no creo que lo logre debido a su cosmovisión gerencial, a los salarios mínimos que paga (que rayan en la explotación) y así, es muy difícil que alcance sus metas.
Los empresarios debemos aprender a conjugar los verbos ganar y compartir.
Carlos Jurado Peralta; economista, emprendedor, conferencista, asesor de negocios, activista en redes sociales.
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