El tarot - viaje al autoconocimiento
El tarot es una especialidad de índole netamente espiritual. La finalidad del viaje que formulan las cartas del tarot es obtener la máxima sabiduría que significa el conocerse a sí mismo. Es un sabio consejo el que nos dá el tarot cuando nos manifiesta que la solución a todos nuestros problemas está en nosotros mismos. Y quien resume estas enseñanzas es el Ermitaño. Cuando comienzan las preguntas sobre la naturaleza de la existencia y el propósito de la vida , será un gran error intentar buscar una respuesta en el mundo material. Estas respuestas estan solamente en nuestro interior.
El Ermitaño nos sugiere dejar atrás los deseos y las emociones. Si se quiere, es una carta relacionada con la filosofía oriental que nos induce a encontrar el nirvana, ese estado perfecto donde no existen las necesidades ni las pasiones. Es sabido que no todos los seres humanos pueden acceder al nirvana, sino solamente los sabios que han conseguido dejar tras de sí las pasiones de la vida y las emociones. El Ermitaño es una invitación a descubrir la propia naturaleza íntima de cada uno. Sólo el susurro de su voz interior y la luz de su lámpara serán la guía necesaria.
Si observamos con detenimiento la ilustración, llama la atención que el fondo de la imagen esté despojado de cualquier tipo de objeto. Hablamos de un viejo sumergido en la mayor oscuridad, sólo iluminado por una modesta luz. Con el correr del tiempo, también la lámpara será superflua, pues podrá arribar al conocimiento al que desea llegar, con sólo cerrar los ojos. Si enfocamos nuestra percepción en las preocupaciones del mundo, por más pequeñas o insignificantes que puedan parecer, la voz interior quedará ahogada. Es necesario librarse de la confusión interna, y el primer paso es apagar la voz exterior. Se hace necesario entonces liberarse de la agitación exterior a través del aislamiento y la retirada del mundo. Éste es el verdadero camino hacia la ermita.
Pero este aislamiento no necesariamente debe durar para siempre. Una vez que el Ermitaño encuentra la verdad, volverá al mundo real renovado, con un conocimiento superior que lo fortalecerá. El Ermitaño no es un maestro, pues sabe que nada de su propia experiencia personal le podrá servir a sus alumnos. Cada uno deberá encontrar su propio camino, y escuchar su propia voz interior que es única e irrepetible. La sabiduría no es un regalo que uno recibe, sino es el fruto de un trabajo duro, y un proceso que este arcano mayor del tarot nos invita a transitar.
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