Razones emocionales elevan el interés por los depósitos bancarios más rentables

Riesgo, incertidumbre, desconfianza y por lo tanto… sociedades vulnerables. Los principales efectos colaterales de la crisis sistémica y estructural por la que irremediablemente transitamos y lo haremos hasta la eclosión final, nos sitúa ante un nuevo punto de partida en el que es necesaria la aceptación.

Años de crecimiento sustentado en ítems 100% especulativos y carentes de eficiencia, manipulación de las masas a través de la publicidad centrada en la inclusión de todos los estratos en la vida a crédito como forma de sustentar las cifras entregadas al mundo como parte del crecimiento y la evolución .

Actualmente la confianza se consolida como la piedra en la que recurrentemente tropieza la civilización en su camino hacia el desarrollo, una desconfianza que va provocando movimientos que se transforman en tendencias.

Financieramente hoy, España se enfrenta a un país para el que el ahorro no es sólo la única forma de sobrevivir, sino que adicionalmente, es la única alternativa existente, ahorro e innovación, ahorro y creatividad, ahorro y eficiencia… claramente transitamos hacia un ciclo 100% emprendedor.

Los depositos rentables, del ciclo social que incluye a las finanzas por el que transitamos, apuesta por el deslumbramiento con porcentajes relativos a la rentabilidad que evocan otros tiempos mejores. ¿Recuerdan las cuentas vivienda al 7% que entidades pequeñas y con márgenes operativos amplios concedían a la sociedad española que hacía largas filas para su contratación?

Una sensación de protección y tranquilidad adicional a la rentabilidad, son esenciales para despertar el interés de los clientes por los depósitos de alta remuneración y ahí, radica la clave del movimiento de capitales desde la incertidumbre y el riesgo de los mercados, a la protección y el calor de las posiciones de pasivo.

Carolina Velasco

Consultora y Redactora

Red Finanzas Sociales