Estrategias de Enfrentamiento Efectivo

No dudo que hoy en día haya demasiados problemas que enfrentar. Y que por eso se vean tantas personas angustiadas. Pero si nos ponemos a ver, el hombre del pasado tuvo que enfrentar problemas de mayor gravedad. Estaban el hambre, las guerras permanentes, las enfermedades y las injusticias.

Con mucha razón alguien podrá replicar que el mundo no ha cambiado absolutamente en nada. Siguen los mismos problemas y han aparecido a su vez otros nuevos. Sin embargo, también es verdad que hoy día son más las personas que gozan de circunstancias más favorables que en aquel entonces.

Muy probablemente el lector de alguna manera sea una de las personas privilegiadas que no vive aquellas calamidades. Del mismo modo millones disfrutan hoy de condiciones de existencia muy generosas. Eso, si las comparamos con las de épocas pasadas.

Pero no obstante a ello, la inmensa mayoría no puede decir que es feliz. Si bien no aparecen en su vida problemas graves, no saben cómo lidiar con los pocos que tienen. Esto devela una realidad indiscutible. No son solo los problemas los que hacen infelices a las personas. En muchas ocasiones no son ni siquiera lo más importante.

Casi siempre juega un papel insoslayable el modo en que la gente afronta sus preocupaciones. De eso se desprende que muchísimos habitantes de la Tierra vivan en la desdicha. Y eso, a pesar de gozar de muchos privilegios. Pero les falta aprender a usar lo que tienen. Les falta aprender algunas reglas de enfrentamiento efectivo.

Lo primero es tener la disposición a enfrentar los problemas. No andarse con pretextos y dilaciones. No buscar puras distracciones y vacilaciones mientras los obstáculos siguen en medio del camino.

Toma una hoja de papel y algo con que escribir. Deja tu mente libre y ponte a pensar en todas las cosas que te causan algún malestar. Escríbelas en el papel tal y como te vengan a la mente. Ponlas todas, desde las más insignificantes hasta las más problemáticas. Ningún problema puede resolverse sin saber que existe como tal.

También te ayudará a sentir más dominio sobre tus problemas. Te dará una agradable sensación de control. Te darás cuenta de a qué te estás enfrentando. Verás que por muchos que sean tus problemas, pueden relacionarse en una simple hoja de papel. Es decir, son finitos y limitados.

Seguidamente organízalos en orden de importancia. Esto es muy importante. Muchos de nuestros sufrimientos y errores provienen de no saber ejecutar este paso. Si nos ocupamos primero de los asuntos de menor importancia nuestra vida será un desorden.

Luego llega el momento de que pienses en las soluciones que puedes darle a cada cuestión. Pensarás en lo que esté a tu alcance, en los medios que tienes, en todo lo que puedes aprovechar a tu favor. Tratarás de resolver cualquier conflicto que te suscite el enfrentamiento de estos problemas. Este paso debe terminar con la elaboración de planes sencillos a corto plazo. Las fechas y momentos en que llevarás a cabo cada parte del plan deben estar bien claros y establecidos. No basta con decir qué harás y cómo; tienes que decirte con claridad cuándo será.

Y el último paso: la ejecución del plan. Con él obtendrás los primeros resultados concretos. Te llenará de satisfacción si tienes éxito. Pero debes saber que es también un momento para ajustar planes. Ya que no siempre podrás preverlo todo, debes ajustarte a la realidad que encuentres en el momento de la ejecución del proyecto.

Verás cómo siguiendo sistemáticamente esos sencillos pasos mejorará tu eficacia en la gestión de soluciones.

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