El divorcio, una de las decisiones más difíciles que hay que tomar

Tomar la decisión del divorcio no es fácil y, cualquiera que haya pasado por un divorcio te dirá que es una experiencia dolorosa, tan dolorosa que incluso puede dejar cicatrices en niños, aunque los adultos no son la excepción.

Antes de que tú y tu esposo/a decidan dejarlo todo, considera si tu matrimonio pude salvarse.

¿Cuándo es posible salvar un matrimonio? ¿Cuándo no lo es?  ¿Cuándo hay que lanzar la toalla a pesar de que haya niños de por medio?

Por supuesto, hay muchas razones para el divorcio, incluyendo la infidelidad sexual o el abandono, la falta de interés, una diferencia de valores e incluso el abuso.

¿Cuando son estos abismos demasiado amplios para evitar el divorcio? ¿Cuándo pueden ser reparados los puentes entre tú y tu cónyuge? El punto de no retorno viene con la perdida de respeto y confianza. Esos dos sentimientos son particularmente difíciles de sanar.  La confianza puede ser construida de nuevo, pero se necesitan años. A menudo, si la confianza y el respeto se han ido, la reconstrucción del matrimonio no tiene remedio.

Por doloroso que pueda ser admitir que tu matrimonio esté llegando a su fin, a veces pedir el divorcio puede ser lo mejor; esa es la única manera de tener el poder para avanzar hacia la salud emocional y el crecimiento.

El divorcio es un camino difícil de transitar, posiblemente te aísle y te lleve a un estado de estrés emocional. Sin embargo, después de haber hecho la transición, encontrarás  que estás abierto a nuevas experiencia y nuevas relaciones que antes no eran posibles.

Si tu matrimonio fue humillante y doloroso o incluso aburrido, consuélate en el conocimiento de que el divorcio puede significar el comienzo de algo, no sólo el final.

¿Qué pasa con los niños?

Su los padres permanecen casados es menos importantes que si se involucran en peleas o conflictos y si arrastran o no a los niños en sus desacuerdos. El grado de conflicto en el medio ambiente es el factor crítico que determina la salud de un niño.

En otras palabras, no mantengas tu matrimonio si los niños están expuestos al conflicto. Es mejor que todo se arregle de manera amistosa que si los padres permanecen juntos y siguen en guerra.

El divorcio a menudo significa renunciar a las comodidades que define su vida en el pasado. Las familias que vivían en los suburbios como una unidad podrían tener que vender tu  casa, salir del barrio o mudarse a lugares menos costosos y, tal vez, menos convenientes.  El divorcio significa tener que comenzar de nuevo.