Panda de pichaflojas

El video subido a Youtube de un grupo de marines estadounidenses orinando sobre cadáveres de supuestos miembros de Al-Qaeda ya ha dado la vuelta al mundo. Las autoridades militares y del gobierno de Obama han expresado su repulsa por estos actos y afirman que perseguirán esta conducta llegando incluso al consejo de guerra.

Este es la segunda vez en esta década que el comportamiento de los soldados americanos deja mucho que desear. Recordemos las torturas de Abu Ghraib, reveladas en 2004 en la que a los prisioneros iraquíes se les sometía a toda clase de vejaciones y torturas que podían llegar hasta la muerte.

En este caso sólo 11 soldados fueron condenados por un consejo de guerra, la mayoría a penas menores. Ninguno de ellos fue declarado culpable por cargos de asesinato.Es por ello que no cabe duda de que las sanciones que les puedan caer a este grupo de “meones” no serán muy graves. Lo que inevitablemente se queda en el pensamiento es la cantidad de casos que permanecen sin salir a la luz.

Demos gracias de que algún militar con valores se atrevió y se ha atrevido a filtrar comportamientos enfermos por parte del más fuerte al más débil.Lo que sería interesante conocer es si aquellos que filtraron las informaciones son premiados o castigados por el ejército. Es evidente que la imagen del cuerpo de marines queda fuertemente dañada y la legitimidad de las operaciones en territorio afgano se pone en entredicho.

No sería de extrañar que en la instrucción que parecen recibir los soldados se les instara a ocultar todo tipo de información, aunque sea cierta, que pueda dañar la imagen del ejército.

Es cierto que el mundo está lleno de sátrapas sin escrúpulos pero también es de admirar la figura de aquél que sin nada que ganar defiende lo que es justo.