Motivación, impulso para una tortuga voladora
En lo profundo de un bosque, sobre la copa de un árbol, se podía presenciar una escena de lo más extraordinaria: en una gruesa rama, había dos pájaros relativamente grandes. Al lado de ellos, una pequeña tortuga. Esta tomaba impulso y corría rápidamente hacia el borde, para luego saltar con todas sus fuerzas y abrir sus patitas como quien abraza el aire.
No demoraba más de dos fracciones de segundos en esa posición, pues lógicamente comenzaba a caer al verde follaje. Era en ese instante cuando uno de los pájaros batía sus alas y se lanzaba en picada detrás de la tortuga, y la sujetaba de su caparazón antes de que tocara el suelo. Con la misma velocidad con la que bajaba, subía a la tortuga en un rápido vuelo, de retorno a la rampa de ...., perdón, a la rama de despegue.
Era gracioso ver como la pequeña tortuga estiraba sus patitas como si fuera el tren de aterrizaje de un Boeing 747, mientras sonreía feliz. El ave mayor se ubicaba silenciosamente al lado de su pareja mientras la tortuga se volteaba para observar a ambos. Henchida de orgullo, sonrió a los dos pájaros y se metió en un gran nido. Al ave mayor le resbalaba una lágrima que intentaba disimular. La otra, pensativa, le dijo: “Cariño, me encanta que esté tan motivado, pero a pesar de todo, creo que deberíamos decirle que es adoptado”.
Debemos saber que uno de los grandes motivos de las frustraciones personales en el cumplimiento de nuestros objetivos es la falta de motivación propia.
Normalmente, sabes qué y cómo hacer para llegar a tu meta, sin embargo, con frecuencia no tienes ganas de hacerlo, pareciera que algo te aparta de tu rumbo. Es cuando sientes como la holgazanería desploma la responsabilidad y sufres el empate inerte entre acción y pasividad, después de una lucha en la que el seguro perdedor eres tú.
Es allí cuando necesitas cambiar de estrategia. Por ejemplo, aplicar unos pequeños ejercicios que encuentren sentido a lo que haces y recuerden los beneficios futuros.
Recordemos cuanto nos cuesta despertarnos para ir a trabajar:
Desde lo negativo, podemos relacionar el sufrimiento futuro como consecuencia de nuestra falta de acción en el presente: despido del trabajo, descuento de la jornada laboral, registro negativo en la memoria del jefe.
O preferiblemente podemos relacionarlo desde lo positivo, al promover la implantación de sanos hábitos en tu ser como estabilidad laboral, cobro completo de nuestro salario, méritos para una promoción.
Hagas lo que hagas, lo que te propongas, hazlo, ¡pero hazlo ya! Mientras más tiempo dejes pasar, más fácil será encontrar excusas para no hacerlo. La clave es fijar la vista en el destino y los premios por nuestro esfuerzo, en lugar de pensar en lo que nos complica ahora. Todo tiene recompensa y la recompensa es la motivación ideal para no quedarnos a mitad de camino.
“La motivación es lo que te ayuda a empezar. El hábito te mantiene firme en tu camino”.
J. Ryun
Saber motivar es vital para el logro de objetivos propios cuando vivimos en sociedad. Lograr objetivo es menester de equipo y todos debemos contribuir a la motivación grupal. Ahora bien, primeramente, la motivación deriva de saber escuchar y saber hablar, si sabemos cómo aplicar estas dos formas de hábito, nos será fácil aprender a ser inspiradores con los demás.
Jaime Mora Director de www.impulsate.com
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