Tu Valor Como Ser Humano Supera los Límites Establecidos
Por Carlos Israel de los Santos Ramírez., 23 de Noviembre de 2013.
Introducción
Un hecho que frecuentemente pasa inadvertido ante los seres humanos es el gran valor que poseemos ante los ojos de Dios, nuestro Creador. Tantas personas no desarrollan el potencial con que Dios les ha dotado porque se creen incapaces de proponerse metas y alcanzarlas.
¿Cree usted que existen seres humanos potenciados y otros no? ¿Piensa que Dios crea unos más aventajados que otros? No, si hay individuos que salen hacia adelante y otros se quedan rezagados es simplemente porque los primeros descubren que existen para cumplir un propósito en la vida. Se han dado cuenta que no son producto del azar. Dios es perfecto. Cada cosa que hace tiene un propósito bien marcado. ¿No ha pensado usted en eso, en el propósito para el cual ha nacido?
Creado a imagen de Dios
Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:27). Todos sabemos que Dios es la autoridad más alta que existe y que es perfecto, no comete errores. Es decir, Él es el más preciado de toda la existencia. Sin embrago, El mismo nos dice en la Biblia que ha creado al ser humano a su imagen. Parecido a Él. ¿Cuál será el potencial, la capacidad, el valor de Dios? Todas estas cualidades en El son infinitas. Pero, ¿si hemos sido creados parecidos a Él, podemos nosotros ser seres humanos inútiles? Por supuesto que no. Analicemos un poco qué quiere decir Dios al expresar que hemos sido creados a su imagen. Por supuesto, la palabra clave es imagen, valga la redundancia.
Según la concordancia de Strong, el término traducido como imagen en génesis 1:27, es el hebreo tsélem; de una raíz que no se usa que sign. hacer sombra; fantasma, i.e. (fig.) ilusión, parecido; de aquí, figura representativa, espec. ídolo:—apariencia, figura, imagen2.
Sin embargo, para entender el sentido general del pasaje bíblico en cuestión, debemos trasladarnos al salmo 8: ¡Nos creaste casi igual a ti! Nos trataste como a reyes; nos diste plena autoridad sobre todo lo que hiciste; nos diste dominio sobre toda tu creación: sobre ovejas y vacas, sobre animales salvajes, sobre aves y peces, ¡sobre todo lo que se mueve en lo profundo del mar! (Salmo 8:5-8, TLA)
Algunos Padres de la iglesia, especialmente, los Padres de Alejandría, entendieron por imagen los dones mentales y morales nativos en el hombre y por semejanza, la perfección Divina que el hombre puede adquirir solo gradualmente por libre desarrollo y conflicto moral (Clemente de Alejandría y Orígenes), o que es conferido al hombre como un regalo de gracia.1 (traducción del autor)
Creo, personalmente, que por tener la imagen de Dios en nosotros, poseemos: la buena moral, el buen carácter, la capacidad de raciocinio, la sabiduría, la capacidad creativa, entre otras cualidades positivas que el hombre posee, les han sido concedidas por Dios. Es por ello que decimos que como seres humanos valemos mucho más de lo que pensamos. O, ¿le parece a Usted poca cosa poseer cualidades del mismo Dios?
Ante Dios, nuestra alma vale más que el mundo
Debemos recordar que el ser humano es un ser tripartito. Está compuesto de: espíritu, alma y cuerpo. Este hecho se comprueba en la Biblia (véase 1 Tesalonicenses 5:23). En griego clásico, idioma original en que fue escrito el Nuevo Testamento, se emplean: soma para designar al cuerpo, la parte material del hombre; pneuma, para referirse al espíritu; y psuque para denotar el alma humana. De estas tres partes, solo una es de naturaleza visible, el cuerpo. Las dos restantes, el espíritu y el lama, son de naturaleza invisible, inmaterial. Sin embargo, es bueno también saber que la esencia de nosotros se manifiesta en el aspecto inmaterial. Es decir, el cuerpo es el medio que usamos para interactuar con el mundo físico. Digamos que: el alma es el contenido y el cuerpo el contenedor. Tenemos mucho que podemos decir al respecto, pero por ahora solo nos interesa que sepamos que existe esa parte invisible de nosotros y que, por decirlo así, es la más importante. (Mar 8:36-37) Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? Pues ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?
En esta porción bíblica vemos claramente que nuestra alma, ante Dios, es tan valiosa, que ni con el mundo mismo se puede comparar. ¿Ve usted querido lector que el valor que Dios nos ha dado va mucho más allá de lo que imaginamos normalmente?
Resumen
n En este breve artículo hemos estudiado, a la luz de la Biblia, el valor que como seres humanos, Dios nos ha dado. Hemos sido creados a la imagen y semejanza de Dios. Esto implica que poseemos atributos morales y de carácter que proceden del mismo Dios. También, hemos visto que nuestra alma es más valiosa que el mundo entero porque Dios dice qué recompensa dará el hombre por su alma. Siendo así las cosas, ¿por qué existen tantas personas que se creen que no valen nada? Porque ellos no conocen o no aceptan lo que Dios dice de ellos. Debemos interesarnos en conocer lo que Dios cree de nosotros y, de seguro, que usted se sorprendería al darse cuenta de cuán grande es su valía delante de Él. Imagínese, dice la Biblia, que Dios no escatimó ni siquiera a su propio hijo para darlo como pago por nuestro rescate (véase Romanos 8:32). ¿Usted daría algo de valor incalculable, la vida de Jesucristo, por alguien que no valga nada o que valga muy poco? Por lo tanto, queda demostrado que nuestro valor como seres humanos, supera los límites normalmente establecidos. Esta verdad puede ser afirmada porque quien lo dice es el Creador, el dueño de Todo, Dios (refiérase al salmo 24:1-3).
Fuentes de información
Salvo indicación expresa,
"Las citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS®
Copyright (c) 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation
Usadas con permiso. www.lbla.org"
1International Standard Bible Encyclopedia pdf, Pag. 7162 y 7163.
2Nueva concordancia Strong pdf, pag. 381.
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