Enfoque Biocompatible de la Nutrición
Cada ser humano realiza actividades básicas dentro de su vida diaria, y una de ellas, de las más importantes, es el alimentarse, pero ¿Qué estamos realmente ingiriendo? ¿Nos alimentamos por cumplir un patrón diario, o por necesidad de sobrevivir?
En la actualidad la esperanza de vida ha disminuido considerablemente, principalmente por enfermedades crónico degenerativas, tales como diabetes, hipertensión, cáncer, obesidad, problemas cardiovasculares y cada una de sus respectivas complicaciones, las cuales en años anteriores no tenían tanta afluencia en la sociedad. Y nosotros ¿qué hacemos para prevenirlas?, sabemos de su existencia, de sus comorbilidades, epidemiología, causas e incluso hasta la prevención, la más importante, pero no es hasta que la padecemos que realmente nos interesa el revertirla, lo cual algunos creen que ya no es posible, basan sus creencias en que la enfermedad llegó por un factor autoinmune que ya que los está atacando no es posible hacer nada al respecto.
Es aquí donde entra un factor primordial y en ocasiones desconocido pero que realizamos, como ya mencioné, a diario: la alimentación y su importancia en la prevención y tratamiento de enfermedades consideradas como mórbidas. Y es que la importancia radica aquí en que los seres humanos nos alimentamos, cuando en realidad deberíamos nutrirnos de forma biocompatible.
¿Cómo es esto? Siempre solemos alimentarnos basándonos en costumbres familiares de una u otra forma, sin importar cantidad, tipo y forma de preparación del alimento. Si se acude a consulta con un especialista en nutrición, donde generalmente se hace ya cuando se tienen unos kilos de más o el doctor te mando a control con la nutrióloga, ésta (y me incluyo en ellas) indica un plan de alimentación basado en 1800 a 2000 kilocalorías con una distribución de porcentajes 55 – 60% carbohidratos, 15 – 20% proteínas y 20 – 25% lípidos, con 5 tiempos de comida, haciéndote énfasis a que no dejes pasar más de 3 horas sin alimento a tu cuerpo, incluyendo todos los grupos de alimentos, todos los tipos de carnes (cuidando la ingesta de carne de cerdo solamente), tomar 1- 2 vasos de leche de vaca al día, utilizar el plato del buen comer como base de nuestra alimentación, etc., pero ¿esto es realmente una correcta alimentación?
Como nutriólogos también fuimos educados a lo largo de nuestra carrera para dar recomendaciones y dietas basadas en características que ya mencioné, así como ciertos tipos de tratamientos específicos para enfermedades particulares, como eliminar frutas como mango y plátano en diabéticos, por no mencionar otros ejemplos. Pero ahora se ha visto que dichas recomendaciones suelen dar en ocasiones un cierto tipo de control en la persona que acude a consulta, pero no son cambios a largo plazo que prolonguen la vida del ser humano o que corrijan por completo la enfermedad. El error aquí radica en que como profesionales de la nutrición debemos implementar en nuestros pacientes y en la población en general, tengan o no enfermedades, una nutrición biocompatible.
Me explico: basar nuestra alimentación dándole la importancia necesaria a las propiedades nutrimentales que contiene cada uno de los alimentos, así como conocer aquellos que no nos hacen bien. Ingerir alimentos que nuestro cuerpo asimile de manera correcta, y por esto me refiero a aquellos que se metabolizan, aprovechan y desechan de manera correcta, que son biocompatibles con el organismo y no nos provocan un mal a largo plazo. Biocompatibilidad se refiere en cierta forma a la “empatía” (por así decirlo) que tiene un alimento al ingerirlo con cada uno de nuestros sistemas.
Además de esto, existen alimentos antes considerados dentro de nuestra dieta habitual como indispensables, que a la actualidad se ha demostrado mediante investigaciones el daño severo que causan a largo plazo. Hablando en específico de algunos de ellos, en una investigación realizada en Europa se encontró que una dieta rica en carbohidratos provoca una menor recuperación en cáncer de mama, debido a la carga glucémica alta que disminuye la respuesta a la terapia1. Otras investigaciones nos muestran que el alto consumo de carbohidratos además está ligado a la aparición del síndrome metabólico, sobrepeso, diabetes, algunos cánceres, enfermedad cardiovascular y Alzheimer. Hablando de carnes rojas, una investigación demostró como ésta, aun siendo ingerida en cantidades mínimas provoca un riesgo significativo a probabilidad de morir2.
Y como estas, muchas otras investigaciones nos muestran el daño de ciertos alimentos y la incidencia de enfermedades en respuesta a una alimentación que no es biocompatible. En el primer ejemplo de investigación vemos como los carbohidratos son los que provocan un mal en el estado de salud y sin embargo se tiene la creencia que nuestra alimentación debe ser basada principalmente en carbohidratos, donde casi más de la mitad de nuestros alimentos, según el plato del buen comer, deben prevenir de ahí. Por otro lado, las carnes rojas que también son incluidas en planes de alimentación, a largo plazo también nos están dañando.
Es aquí donde es indispensable, abrirse más a conocer las propiedades y biocompatibilidad de la alimentación y ver si realmente nos estamos nutriendo o sólo alimentando, cambiar nuestros hábitos, comer hasta saciar no hasta llenar, ingerir más frutas y verduras, lograr un equilibro ácido- base en nuestro organismo, aumentar el consumo de pescados, legumbres. Leer, conocer más sobre éste tema y darle un giro a la alimentación tradicional actual, cambiarlo por un enfoque biocompatible.
1- IsabelleRomieu, de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de Lyon, Francia. American Journalof ClinicalNutrition, online 3 de julio del 2012.
2- Frank Hu de la Facultad de Salud Pública de Harvard. Archives of Internal Medicine, online 12 de marzo del 2012.
3- García, R. (2011) El Código Alimentario. México, D.F. Lira Impresos. Pp. 57 – 80.
Lic. en Nutrición Judith Félix Castañón Cel.:4424751965 e-mail: yuyis_feca11@hotmail.com
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