La Fiebre
El hipotálamo forma parte del cerebro y se encarga del control de la temperatura del cuerpo. Esta estructura es capaz de recibir estímulos que llegan desde diversas partes del cuerpo, y que este interpreta para poder mantener la temperatura normal, a través de la producción de calor, en los músculos, hígado, o la pérdida de este, en los pulmones y la piel.
Es la elevación de la temperatura corporal, que se produce al modificarse un punto de ajuste de temperatura en el hipotálamo. Esto quiere decir, que el hipotálamo asigna un nuevo valor a mantener como temperatura corporal: Si el hipotálamo acepta 39º en vez de 37º (que es la temperatura corporal central estándar), ahora se encargará de enviar señales a los músculos y al hígado para producir mayor cantidad de calor a través de su actividad metabólica.
Durante la fiebre, la sangre se desvía de la periferia del cuerpo hacia el centro, donde están los órganos internos. La piel recibe menos sangre, y esto da la sensación de frío. En este momento, un paciente con Fiebre, podría sentir escalofrío, debido a que sus músculos empiezan a temblar para producir mas calor.
Es producida por "pirógenos". Un pirógeno es cualquier sustancia capaz de estimular al hipotálamo para producir fiebre. Estos pueden ser toxinas, componentes estructurales de algunos microbios o moléculas que las células del cuerpo utilizan para comunicarse. Estas últimas se conocen como citocinas que son proteínas y se encargan de regular procesos inmunitarios.
Se liberan durante muchas situaciones, pero una es de interés particular: La inflamación. La inflamación, es una respuesta ante la lesión, que puede ser producida por diferentes mecanismos (calor, toxinas, bacterias, traumatismos). No todas las citocinas son pirógenos, pero entre las citocinas, dos pirógenos muy importantes son la interleucina 1 (IL-1) y el Factor de Necrosis Tumoral (TNF). Estas pueden causar fiebre, en dosis muy pequeñas.
Las citocinas, se diseminan desde un foco inflamatorio, a través de la sangre, hasta el hipotálamo. Ahi, entran en contacto con los vasos sanguíneos del hipotálamo, y estos, maravillosamente actúan mandando señales a las células gliales que se encuentran en el hipotálamo. ¿Alguna vez imaginaron, que los vasos sanguíneos podrían hacer algo mas que transportar sangre? ¿Que son capaces de "comunicarse" con órganos importantes en el cuerpo? Una vez más, la complejidad celular y molecular de nuestro cuerpo, nos puede dejar con la boca abierta.
Estas señales moleculares, se cree que están mediadas por la Protaglandina E2, y que las células gliales poseen receptores, que al responder a esta molécula, hace que estas produzcan una sustancia conocida como Monofosfato de Adenosina Cíclico (AMPc), que es la que se encarga de estimular a las neuronas del hipotálamo para modificar su punto de ajuste de la temperatura, y así producir la fiebre.
En la mayoría de los casos, la fiebre se debe a un proceso infeccioso en nuestro cuerpo. Sin embargo, la fiebre también puede aparecer como dato que indique que hay un problema más serio, como una enfermedad autoinmune o algún tipo de cáncer, de ahí la importancia de acudir al médico ante cualquier episodio de fiebre, especialmente si es el único síntoma y ha durado más de una semana.
Puede ser tratada mediante medicamentos que pueden reducir la síntesis de la Prostaglandina E2, como los Analgésicos No Esteroideos. Uno de los mas empleados es el Paracetamol, que puede llegar a ser un medicamento muy seguro, en manos de personal médico calificado.
Otros métodos muy importantes para el control de la fiebre, son los medios físicos. Estos deben permitir que el exceso calor se disipe, pero sin estimular la producción de más calor, debido a que esta, podría llevar a la gravedad a un paciente con un estado de salud delicado, al aumentar la demanda metabólica del cuerpo.
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