Consideraciones y contraindicaciones de la reflexología podal

El masaje de reflexología podal debe hacerse con las yemas de los dedos y en ciertas ocasiones y según la zona a tratar, se usaran los nudillos, haciendo una frotación o presión, que deberá ser intensa pero intentando no sobrepasar nunca el umbral de dolor de la persona que lo reciba. Contrariamente a lo que se suele pensar, que el masaje de reflexología podal debe doler para que sea efectivo, en realidad no es bueno causar un dolor excesivo y tampoco se notaran mejores objetivos al hacerlo. Lo importante es que la persona que recibe el masaje se encuentre en un clima cómodo y confiado.

Realizando el masaje de reflexología podal se pueden notar zonas alteradas, que son acumulaciones de sedimentos de cristales de ácido úrico y otros residuos, y que producen una sensación dolorosa. No significa que en esta zona haya un punto alterado por patología, ya que se pueden notar incluso en personas con un estado de salud excelente.

A la hora de hacer un masaje de reflexología podal se deberán tener en cuenta las contraindicaciones, absolutas y relativas. Las absolutas serán las que bajo ninguna circunstancia se realizará el masaje, entre ellas están: enfermedades infecciosas agudas, inflamación aguda del sistema circulatorio, personas con cuerpos extraños cerca de órganos vitales, aneurismas, embarazos con riesgo de aborto... Las otras contraindicaciones relativas serán las que se podrá realizar el masaje pero con alguna precaución, como: gangrena en el pie, enfermedades infecciosas, psicosis, eczema o micosis en los pies, embarazo...

En ciertas enfermedades progresivas o terminales se recomienda la reflexología podal por sus efectos positivos tanto físicos como psíquicos, entre las que están: esclerosis múltiple, Parkinson, cáncer... No será un tratamiento para curar la enfermedad pero si para mejorar el estado general del paciente, que puede mejorar su estado mental, relajándose, y su estado físico, aliviando tensiones.