La educación en la virtualidad
En el mundo moderno es muy común escuchar la palabra virtual en muchos contextos del ámbito social, cuando se hace referencia a lo que no es real o al menos no está presente en ese momento.
En la educación, nos referimos a virtualidad cuando los actores del proceso educativo no comparten el mismo espacio físico, como el aula de clase tradicional, pero que realizan las mismas actividades de enseñanza y aprendizaje, utilizando plataformas en el ciberespacio que simulan un aula real y que llamamos aulas virtuales. Bajo esta modalidad ya existen una gran cantidad de cursos, talleres, estudios de pregrado y postgrado, que generalmente llamamos educación a distancia o cursos on line y en los cuales, generalmente el estudiante actúa como constructor de su propio aprendizaje.
En efecto, en un ambiente virtual no hay supervisión directa como puede hacerse en un aula presencial, por ello es de gran importancia que el docente y facilitador diseñe estrategias que motiven y guíen al estudiante en su proceso de aprendizaje. Si aprovechamos las bondades de la tecnología, la cual está a nuestro alcance incluso desde un dispositivo móvil, podremos recrear las aulas de clase en la virtualidad y apoyar el proceso de enseñanza-aprendizaje con las herramientas que tanto atraen a la sociedad de hoy.
De esta manera, los facilitadores deben centrar el esfuerzo en lograr captar la atención de los estudiantes para evitar que elementos distractores desvíen su interés hasta el punto de desertar en los cursos virtuales. En primer lugar, es importante tomar en cuenta la forma en que cada individuo aprende y cómo percibe la información que se le está mostrando, ya que todos recibimos estímulos a través de los cinco sentidos, pero no todo lo que sentimos lo percibimos, sino que hay un proceso de selección, organización e interpretación con el fin de adaptarla mejor a nuestro nivel de comprensión. Al respecto, es necesario que el facilitador del aula virtual estimule la mayoría de los sentidos al momento de transmitir conocimiento, por ejemplo, si se muestra un texto para leer y analizar, el nivel de comprensión puede ser inferior al que se podría alcanzar si se muestra un video en el que hay imágenes, audio y texto.
Otro factor importante ligado a la percepción o manera de ver nuestro entorno, es la influencia que ejercen los aspectos internos de cada individuo (sus necesidades, deseos, intereses y motivaciones). Si el estudiante está motivado le será más fácil aprender, además, el individuo aprende lo que quiere no lo que quiere el docente, y de cierta manera es así; el aprendizaje está ligado a sus intereses.
Tanto en los ambientes virtuales como en los presenciales, la comunicación debe ser un proceso significativo donde se promueva el aprendizaje colaborativo y cooperativo, en el que todos los participantes orienten sus esfuerzos para obtener resultados satisfactorios y en el que cada uno participe en forma plena, respete las ideas de los demás y comprenda que en equipo se pueden resolver grandes problemas.
En este sentido, es un gran reto para los docentes saber utilizar los recursos que internet nos ofrece para guiar a nuestros estudiantes en otras maneras de aprender, motivándolos y buscando siempre el interés de cada uno pero sin dejar de lado nuestro comportamiento innato de aprender en forma colaborativa, mediante el trabajo grupal y el compartir de experiencias a través del espacio virtual, ya que esto ayuda a promover la capacidad de generar conocimiento gracias a la creación, la cooperación y el aprendizaje.
Dessy Rivas Santander
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