Educando nuestras habilidades, nuestro motor es el pensamiento ordenado.
La psicología desde hace tiempo, ha estado preocupada por mejorar la inteligencia, son muchas las perspectivas teóricas que se han preocupado por estos temas, sin embargo, actualmente los progresos más notables, en lo que se refiere al proceso de enseñanza-aprendizaje de los diferentes contenidos curriculares se han dado dentro de la psicología educativa y desde las diferentes teorías consideradas constructivistas como la psicogenética, cognitiva y sociocultural.
Empezaremos definiendo algunos términos que están relacionados con la enseñanza del pensamiento: inteligencia, capacidad, habilidad, pensamiento, proceso cognitivo, estrategia de aprendizaje, metacognición entre otros.
Las habilidades básicas, sirven para transitar en el mundo cotidiano, por eso es importante que se reconozcan para que se sepan utilizar, dichas habilidades tienen una función social. También es importante que dichas habilidades no solo se reconozcan, ¡se apliquen! y hagan transferencia de ellas de manera consciente, ya que les proporcionarán la experiencia de comprender de manera general cualquier situación o tema.
También se debe considerar que dichas habilidades se deben desarrollar y utilizar de manera irreflexiva, y que al reconocerlas se usen de manera contextualizada. Este proceso implica que adopten ciertas actitudes que favorecen su desarrollo, tales como apertura, disposición a la práctica y curiosidad, entre otras.
Las Habilidades Básicas de Pensamiento (HBP) se presentan de la siguiente forma: Observación, comparación, relación, clasificación y descripción. Aunque se presentan por separado es importante recalcar que no se presentan en el pensamiento de manera separada.
¿Qué ; son las habilidades básicas de pensamiento?
Está claro que son aquellas habilidades del pensamiento que sirven para sobrevivir en el mundo cotidiano, tienen una función social y visto de esta manera es importante que el estudiante no las haga a un lado.
Lo que debe quedar claro es que no son suficientes para sobrevivir en un nivel meramente escolar o académico, sobre todo, en el nivel universitario.
Las habilidades básicas de pensamiento se ven como un puente o un trampolín para las habilidades analíticas; es decir, deben servir de apoyo para comenzar a precisar algunas cuestiones de las Habilidades Analíticas de Pensamiento (HAP). Las HAP surgen de las HBP cuando estas últimas se refinan, para lograr esto es necesario hacer metacognición de las HBP y además interés por la reflexión.
Algunas recomendaciones para el desarrollo de las HBP:
- Afinar la unidad o conjunción de las cinco HBP (observación, comparación, relación, clasificación y descripción), se sugiere identificar una HBP y encontrar el resto de ellas como si se viera su sombra.
- Propiciar metacognición de las HBP (¿De qué te das cuenta?): Es crucial aquí emplear el sentido de metacognición como “darse cuenta”, la idea es bastante simple, cada vez que “me doy cuenta” que mi mente procesa con una HBP, “me doy cuenta” que están las otras HBP operando, además también “me doy cuenta” que el objeto de mi atención o tarea es comprendida de manera general, “me doy cuenta” que comprendo de manera superficial, etc.
- Promover el interés por la reflexión vía bitácora COL para lograr cambios actitudinales, heurísticos y teóricos.
Como ejemplo algunas algunas habilidades del pensamiento son: La experiencia, algoritmo, ambigüedad, analogía, analizar, anticipar probabilidades, supuesto, tormenta de ideas, construcción de hipótesis, razonamiento categórico, categorizar, casualidad, causa-efecto, clasificar, cognición, comparar y contrastar, concebir, concluir, contradicción, contrastar, deducir o razonamiento deductivo, discriminar, elaborar, estimar, evaluación, flexibilidad, agrupar, hipotetizar , inferir, indagar, inducir, interpretar, juzgar, etiquetar, observar, ordenar, generar patrones, percibir, predecir, priorizar, cualificar, preguntar, razonar, recordar, reconocer, relacionar, secuenciar.
Ahora más que nunca, cualquier sociedad del mundo demanda formar ciudadanos que sean creativos, críticos, autónomos, con iniciativa, personas capaces de tomar decisiones acertadas en cualquier tipo de situaciones, sin importar la profesión ni el puesto de trabajo que se tenga. Para contribuir a lograr lo anterior es necesario enseñar a pensar, a aprender a aprender, a desarrollar el pensamiento crítico y creativo, fomentando a su vez la autonomía de nuestros estudiantes en los diferentes niveles educativos
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López, M.A. y Grandío, A. (2005). Capital humano como fuente de ventajas competitivas. Algunas reflexiones y experiencias. España: Gesbiblo, S.L.
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