Envío a Japón y sueño cumplido

He cumplido uno de los mayores sueños de mi vida, e incluso me parece que es el mayor: irme a vivir a Japón. Con sus más y con sus menos, con sus cosas culturales fascinantes y con sus características sociales repelentes, yo estoy enamorada de ese país. Esa mezcl de tradición arraigada y tecnología avanzada, esa forma de ser peculiar, esos barrios de Tokio, esas flores de cerezo... No sé, todo me parece maravilloso. Me parece que es un país único en su especie. Ya sé que todos los países lo son hasta cierto punto, pero me parece que ninguno como él. De verdad, me encanta.

Estaba esperando a tener un nivel de japonés más o menos aceptable para poder desenvolverme bien allí y poder impartir clases de español, y lo he conseguido. Llevo un mes trabajando y ya estoy empezando a adaptarme por fin, de modo que dudo mucho que quiera dedicarme a otra cosa en el futuro. Eso sí, de vez en cuando echo de menos mi casa y mi país, pero eso es inevitable: son mis rtaíces. Encima, ayer me llegó un paquete de mi madre con comida casera y casi me echo a llorar. Aunque, por otra parte, también me sorprendió: le di instrucciones sobre cómo enviar paquete a Japón antes de irme, y nunca pensé que fuese a hacerlo de verdad. Mi madre es la típica señora de su casa y no está acostumbrada a ese tipo de cosas.

De todas formas, ese envío de paquete desde España me ha hecho sentir que no estoy sola, con lo cual ahora tengo todavía más ganas de quedarme. Ahora yo lese enviaré sushi del País del Sol Naciente y una carta, y todo a través de un envío de paquete FedEx. Les encantará, aunque, a mi madre, más la carta que el sushi. Será mi padre quien se lo coma.