Conductas sexuales de riesgo
Tradicionalmente las familias de todo el mundo educan de forma diferente a una hija de un hijo. Al niño se le regala coches de pequeño, y cuando llega la adolescencia se le advierte de que tenga cuidado de meterse en peleas. A las niñas por el contrario se le regala muñecas y cuando llegan a la adolescencia el mayor temor de los padres es que se queden embarazadas.
Estos tabús no son propios solo de países subdesarrollados o de la década de los 50. Sin ir más lejos en Estados Unidos se vivió el año pasado una polémica acerca de la vacuna del papiloma humano. Potencialmente puede salvar miles de vidas pero la sociedad vio que esta vacuna puede provocar conductas sexuales de riesgo.
Son muchos especialistas que afirman que la comunicación y la educación sexual es el método más efectivo para disminuir los embarazos entre adolescentes. Las jóvenes lo primero que tienen que conocer es su cuerpo para entender cómo es y cómo puede suceder un embarazo para saber cómo prevenirlo.
En muchas familias la incomunicación es tan nula que hay muchas jóvenes que no llegan a saber que es el periodo o cómo funciona el proceso de embarazo. En la mayoría de los casos los jóvenes lo único que saben es que el acto sexual sin protección puede llevar a un embarazo no deseado.
Esta información no es suficiente. Las jóvenes tienen que estar informadas sobre cuestiones prácticas no solo del embarazo sino sobre salud reproductiva en general. El acceso a los métodos anticonceptivos tiene que ser esencial para las jóvenes. La importancia de usar condones tiene que ser transmitida a los jóvenes, las enfermedades de transmisión sexual pueden tener un impacto negativo en la salud reproductiva y hasta costarnos la vida.
La comunicación entre padres e hijos es demasiado importante para que nuestros hijos tengan el conocimiento adecuado y correcto sobre su cuerpo y sepan cómo protegerse. Si los padres no están preparados para tener esta conversación es mejor dejarla en manos de profesionales.
Un error clásico que cometen los jóvenes es el “ya lo sé todo”. Ni los chicos lo saben todo sobre el sexo ni tampoco los padres lo saben todo. Un ejemplo que ha hecho bastante ruido en los últimos días es la práctica del juego sexual de “la ruleta”. El juego consiste en que los chicos se sientan o se tumban y las chicas van pasando de uno a otro siendo penetradas; el juego lo pierde el primer chico que eyacule. Un juego sexual bastante peligroso y que seguro que los padres no conocen.
La información y la educación sexual tanto de padres como de jóvenes tienen que estar siempre actualizada.
Registro automático