10 maneras de escaparse de una mala cita

Una cita a ciegas es emocionante, y puedes conocer en ella a la mujer o al hombre de tus sueños, pero también te puedes encontrar en una situación incómoda con una persona con la que no tienes nada en común y padecer toda la noche sin encontrar la forma de salir de una situación muy desagradable.

Mujer u hombre prevenido vale por dos, dice el viejo refrán, y en el caso de escapar de una mala cita esto es vital ¿es necesario tener que tolerar la compañía de una persona que no te gusta toda la noche?

No, no lo es, por eso desde la web 18-90.com te proponemos diferentes opciones de escaparse de una mala cita, o de una persona que no te atrae lo más mínimo.

Estrategia 1: El enfermo

La excusa que nunca falla y que hará que tu pareja eventual se preocupe por llevarte a tu casa, es simular sentirte enferm@. Puedes decir que la comida o la bebida te han hecho daño, que desde hace unos días te has sentido mal y que se ha agravado tu problema, que te encuentras mareado o, lo que es mejor, que crees que vas a vomitar.

Cualquier excusa de indisposición es buena para acabar con una cita que no te agrada. Si todo falla y él o ella se empeñan en darte un masaje, pedirte un medicamento en la farmacia o llevarte a una clínica, siempre puedes decir que estás en tratamiento siquiátrico, y que necesitas tus píldoras para no perder el control.

Estrategia 2: Retirada planificada

Si eres una persona previsora y quieres asegurarte que no vas a tener que soportar demasiado a una persona que no te cae bien, planifica la escapatoria anticipadamente. Haz que un amigo te llame por teléfono a una hora determinada.

Si la cita va bien, puedes decirle a tu pareja que ha llamado un amigo para saludarte, pero si tu cita es un desastre, puedes decir que te llaman de casa porque tu perro se atragantó con un hueso, tu padre te reclama y quiere llamar a la policía o que te olvidaste la cena en el horno y se está incendiando la cocina.

Estrategia 3: El accidente

Este subterfugio te puede ayudar a escapar de una mala cita, siempre que estés dispuest@ a perder algo con tal de huir. La idea es provocar un accidente de la forma más natural posible: derramando la bebida o la comida en tu ropa para tener que ir a tu casa a cambiarte.

Obviamente, este truco funciona siempre y cuando la cita no sea cerca de tu casa, pues de lo contrario él o ella insistirá en que te cambies de ropa y vuelvas. Si eso sucede, siempre puedes alegar que has enviado toda tu ropa al lavadero, que te has manchado la camisa o blusa nueva y te sientes muy deprimido/a o que simplemente, temes que se manche y vas a dedicarte el resto de la noche a aplicarle a la prenda un antimanchas.

Estrategia 4: Lágrimas por tu ex

Esta excusa no falla, pues nadie quiere compartir una cita con alguien que está pensando en otra persona. Puedes comenzar a hablar de tu expareja, decir que como le echas de menos, y si quieres hacer más verosímil la actuación, derrama unas lágrimas sobre el mantel.

Luego, excúsate diciendo que ha sido un error, que sigues amando a tu ex y procede a una rápida retirada.

Estrategia 5: Directo al altar

Ningún hombre se sentirá a gusto con una chica que en la primera cita le habla de matrimonio. Si eres chica, puedes usar este subterfugio para que él eche a correr. Comienza por decirle que estás buscando una relación seria, que quieres casarte inmediatamente y tener muchos hijos, que estás buscando al hombre apropiado para formar una familia sin perder tiempo en noviazgos.

Si él es uno de esos hombres que quiere atrapar a una chica para casarse, siempre puedes cambiar la táctica por cualquiera de las anteriores.

Estrategia 6: Soy tod@ defectos

Si tu cita no va bien y quieres no ser tú quien escape, puedes hacer que él o ella pierdan interés hablándole de tu vida de la forma más normal posible: coméntale que acabas de salir de la cárcel, que tienes una adicción, que eres cleptómano/a y no crees poder controlarte mucho tiempo antes de robar algo en el restaurante, etc.

Después de esta presentación, no te extrañe que él o ella vayan al baño y se escapen por la puerta trasera.

Estrategia 7: El/la imaginativo/a

Si eres creativo y tienes facilidad para elucubrar historias, entonces puedes divertirte un poco y animar la cita con historias inverosímiles, para que él o ella crean que necesitas una camisa de fuerza. Cuéntale sobre tus encuentros con extraterrestres y sobre los mundos que has conocido, sobre el daño que has hecho con magia negra a tus ex novios, sobre tu identidad secreta (eres un triple agente perseguido por una asociación criminal).

Con un poco de imaginación, puedes en unos minutos hacer que tu pareja desaparezca como por arte de magia.

Estrategia 8: La cita que no es cita

Una vez te hayas convencido de que necesitas encontrar la forma de cómo escapar de una cita, háblale a tu pareja de los verdaderos motivos por los cuales has aceptado acudir: necesitas dinero para montar un negocio y quieres pedírselo, necesitas a alguien que te ayude a defenderte de un ex novio celoso sumamente violento, o necesitas un aliado para llevar a cabo una tarea peligrosa.

Si exageras lo suficiente y actúas con naturalidad, tu pareja pondrá en práctica la excusa nº1, y se irá a casa inmediatamente con una indigestión, o víctima de náuseas incontrolables.

Estrategia 9: Recuerda un evento de tu agenda

Siempre actuando con naturalidad, puedes recordar que tienes una cita muy importante, que has olvidado, y a la que no puedes faltar. Por supuesto, es una cita a la que no puedes ir acompañado/a.

Pídele disculpas, haz de cuenta que estás muy apurado y sale corriendo, prometiendo que ya habrá otras oportunidades para otra cita.

Estrategia 10: La sinceridad

Si crees que la persona con la cual has tenido la cita no merece que la engañes, o simplemente no quieres mentir, siempre puedes decirle la verdad con mucho tacto.

Dile que él o ella no es tu tipo, que si bien te has dado cuenta que es una persona maravillosa crees que no van a congeniar, o simplemente que no te sientes a gusto. Pídele disculpas y retírate sin más. Ser honesto/a o sincero siempre es la mejor excusa, quizás la mejor de estas maneras de escaparse de una mala cita.