Los retos del quehacer docente y la mediación pedagógica en el enfoque por competencias
La función que desarrolla el docente en el proceso de enseñanza – aprendizaje bajo el enfoque en competencias es fundamental para el logro de los objetivos o aprendizajes esperados. Y aunque el contexto en el que nos desempeñamos puede contribuir a ello o no, nuestra tarea como docentes es ser acompañantes, facilitadores y estimuladores de experiencias; en otras palabras la mediación pedagógica es y debe ser nuestra labor, el camino dirigido a un fin específico y determinado que debemos recorrer con nuestros alumnos bajo la organización y control del maestro.
Al ser docentes, somos promotores de la construcción del aprendizaje en nuestros alumnos; solo así con el desarrollo de competencias lograran enfrentarse adecuadamente a los retos que la vida les presenta.
Sabemos que hablar de competencias, es hacer referencia a esas habilidades, conocimientos y actitudes para enfrentar los retos en la vida. Sin embargo no todos nos enfrentamos a las mismas situaciones, ni en las mismas condiciones; dependiendo del contexto social, cultural, oficio, etc. en el que nos desenvolvemos, desarrollaremos competencias distintas a los otros; por tanto, las situaciones de aprendizaje que como docentes generemos debemos procurar que tengan relación con el medio en el que se desarrollan.
Es preciso que como docentes entendamos correctamente nuestra labor dentro del enfoque por competencias. En esta perspectiva educativa el aprendizaje tiene una utilidad, no es sólo aprender por aprender, no es sólo el conocimiento por el conocimiento, sino que dicha preparación tiene un por qué, tiene un sentido, un para qué. Esos saberes, esas habilidades, esas actitudes que resultan de ese aprendizaje significativo, son con un fin, y no datos o información dispersa que únicamente va a integrarse a nuestro acervo temporal de cultura general.
Al primer contacto con este nuevo enfoque, conocíamos el fin (que era el desarrollo de distintas competencias en los estudiantes), sin saber bien cuál era el camino correcto para llegar al mismo, así que el tiempo, el acercamiento y el conocimiento mejor del mismo nos ha permitido conocer cómo lograrlo. Es decir, sabíamos que teníamos que lograr el desarrollo de competencias en nuestros alumnos, pero sin saber cómo llegar a hacerlo.
Es importante que además de ser conocedores de este enfoque, desarrollemos nuestras propias competencias docentes, ya que ello nos dará la certeza que vamos por el camino correcto en este proceso; en otras palabras los docentes debemos ser capaces de definir y valorar nuestras propias competencias, tanto en nuestro oficio como en nuestras prácticas sociales.
En principio considero que debemos ser observadores de nuestros alumnos, de nuestro entorno y el de ellos, de sus necesidades de aprendizaje; después nos corresponde desarrollar la habilidad de elegir los medios y materiales adecuados (textos, recursos didácticos, audiovisuales, canales adecuados de comunicación), que vamos a utilizar dentro del proceso de aprendizaje, diseñar las estrategias de enseñanza-aprendizaje que aplicaremos, la forma en la que emitimos nuestros mensajes, nuestro lenguaje corporal, etc.
Otro de los elementos importantes a considerar en esta perspectiva por competencias es que permite la cooperación entre distintas disciplinas en la elaboración de proyectos; es decir, permite enfoques interdisciplinarios y multidisciplinarios y el trabajo con nuestros compañeros colegas, padres de familia, etc.
Es cierto que para ser mediadores, debemos conocer el contenido disciplinar de nuestra asignatura; sin embargo el dominio de contenidos académicos no basta para facilitar la construcción de aprendizajes significativos en nuestros alumnos, ya que en ocasiones resulta fácil que después de ser un buen estudiante, se llegue a ser profesor y que la mayoría de alumnos salgan perdiendo en la comparación que haga el maestro del desempeño de sus estudiantes con el de sí mismo y debido a que no todos nos enfrentamos a las mismas situaciones en la vida y en consecuencia no nos interesan las mismas cosas, el maestro debe tener la habilidad de observar a sus alumnos, de involucrarlos en actividades que les interesen, que consigan abarcar la pluralidad de sus intereses.
Para finalizar debemos reflexionar sobre la función social del saber que se obtiene y se desarrolla a través de la mediación pedagógica”; es decir, que los conocimientos que los docentes ayudemos a construir deben tener una utilidad para el desarrollo de los estudiantes en el entorno social que los rodea.
Jazmín Judith Guerrero Bermúdez
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