Fantasías sexuales arma de doble filo

Las fantasías sexuales son comunes a todos los individuos sean mujeres u Hombres, muchas son comunes a ambos sexos, otras típicas de uno u otro género y por supuesto van en una amplia gama que va desde lo puramente romántico y desde allí se va ramificando en un sinfín de ellas cuyo límite es la imaginación humana, y sabemos que dicha frontera aun es desconocida.

Es muy cierto que las fantasías sexuales ayudan a mantener y avivar la llama de la pasión especialmente entre las parejas ya establecidas y con tiempo de duración. Sin embargo se debe tener en cuenta a la hora de juzgar su utilidad para el bien de la relación, una serie de aspectos básicos.

Siempre como norma las fantasías sexuales deben ser consensuadas, así sea cumplir las de una sola de las partes la otra deberá sentirse cómoda con lo que se realice, y no debe existir la condición de forzado o chantaje emocional para conseguir un objetivo.

Luego claro está  el grado de complicación de la fantasía en sí, pues muchas se basan en entornos románticos, el uso de esencias, cremas, disfraces, digamos las más inocentes  solo requieren del disfrute de ambas partes para sirvan en su objetivo que es el de mejorar la pasión de la pareja.

Hay fantasías más complicadas, que pueden incluir lugares públicos, como escaleras, sanitarios, sitios al aire libre. Ahí el consenso debe ser la excitación mutua de las dos partes en correr el riesgo de ser descubiertos o quedar expuestos.

Más allá están las fantasías que incluyen a terceros en la relación. Y aun cuando es una de las fantasías más comunes para hombres y mujeres, la de participar en u n trio o en una orgía, aquí si hay que evaluar los riesgos de cumplir la fantasía. No es lo mismo hacer el amor con tu pareja fantaseando que hay alguien más  y usar juguetes que apoyen  a la ambientación. Que hacerlo realidad y luego no saber que puede salir mal. Somos humanos y muchas veces las fantasías deben seguir siendo lo que son, solo fantasías.