Cómo Problematizar los Contenidos Programáticos de las Asignaturas Escolares
Comprender un contenido de forma crítica no es fácil, por lo que se suele memorizar. Esto es lo que viene ocurriendo en nuestras escuelas donde los alumnos son invitados, en la mayoría de los casos, a repetir una serie de conceptos que no pueden explicar ni mucho menos ejemplificar ya que esto les implicaría haberse apropiado del conocimiento.
Sabemos cómo docentes que los contenidos que se encuentran en las currículas no son contenidos que comunican o muestran ninguna emoción o intensión de problematizar algo, es decir son neutros. Como se expresa en el libro "La batalla de los contenidos", sufren un proceso de esterilización ideológica severo, al ser elegidos e impuestos por un grupo de personas que los eligen según las ideologías dominantes de ese momento.
Para que el alumno pueda construir el conocimiento éste debe realizar, como nos dice Freire, “un acto total de reflexión y de acción”. Es decir, esta construcción se realiza a través de un pensamiento autónomo y dicho pensamiento hay que desarrollarlo, es por esto que la implementación de la problematización en las asignaturas es importante.
Planificar problematizando los contenidos y promoviendo el aprendizaje autónomo, creativo y crítico, solo podrá lograrse tenido en cuenta los intereses del grupo de alumnos. Para ello deberemos empezar haciendo una investigación temática, Paulo Freire en su libro Pedagogía del Oprimido, se refiere a esto cuando expresa que un docente dialógico exige una investigación temática como punto de partida del proceso educativo.
Un modo para manejar o sortear en esta verticalidad de los contenidos, sería el de realizar una serie de preguntas que abarcarán intereses generales, como por ejemplo:
- ¿Cuál es tu mayor deseo?
- ¿Qué opinas de los temas que se enseñan en escuela?
- ¿Qué es lo mejor de la escuela para vos?
- ¿Te gusta el teatro?, fundamenta tu repuesta
etc.
Otros tipos de preguntas, para conocer que esperan los alumnos de la asignatura, podrían ser:
- ¿Qué es lo que más te motiva y lo que más te desmotiva de la asignatura?
- ¿Qué sentís que te aporta la asignatura?
- ¿Te parece interesante el tema de la materia o está mal organizada?
- ¿Te parece que si no estuviera en el currículum no habría ningún problema?
etc.
Otra estrategia implica tener que realizar una lectura de los contenidos de la currícula de la asignatura con los alumnos, lo que pondrá de manifiesto el carácter descontextualizado de los temas como así también la eliminación de todo tipo de connotación que traiga algún tipo de conflicto o cuestiones que pudiera generar preguntas. Esto se debería completar con la lectura y crítica de los materiales de estudio del mercado como manuales y libros de la asignatura. Tratando de ver cuán abiertos son los contenidos o por el contrario, cómo lo expresa Freire, lo aquietan y duermen.
Todo esto llevará a reflexionar, tanto al educando como al educador, sobre la realidad de los contenidos curriculares de la asignatura. Será una manera de entender por qué se aprende lo que se aprende.
A partir de esto el educador deberá realizar una búsqueda y lectura de otros materiales, para poder elegir y elaborar otros materiales para promover el pensamiento autónomo en los educandos.
La selección y elaboración de contenidos complementarios a los contenidos oficiales, nos llevará a poder movilizar a los estudiantes ya que se tratará de contenidos que no le serán ajenos y habrán sido elaborados pensando en sus intereses, en su contexto actual y en la vinculación entre los temas.
Poder generar en los estudiantes el deseo de aprender a través de la motivación, es una tarea pedagógica esencial que los educadores deben saber realizar, sin renunciar a la práctica de una educación dialógica y problematizadora. Hay que recordar que un objetivo básico de la educación dialógica es promover la emancipación intelectual y socio-política de los educandos.
Para concluir voy a citar la frase del libro, “Cómo dejar de ser un docente bancario”:
“Si lo esencial es formar personas -y con esto no negamos para nada la necesidad de instruir-, entonces, es necesario “recuperar” el sentido humano y democratizador de la educación. Y aquí, el término “recuperar” no significa buscar dicho sentido en el pasado de los sistemas educativos, porque la educación sistemática nunca fue pensada y realizada desde fundamentos liberadores. Lo que estamos diciendo es “recuperar” el sentido humano, democrático y liberador que “debe” tener la educación”.
Fu entes
- - Material Cátedra de Epistemología - Unidad IV - (Ciclo LTE – FRBA UTN).
- - Freire, Paulo: Pedagogía del oprimido. 3ª ed., Buenos Aires: Siglo XXI Editores, Argentina, 2008.
- - Lens, José Luis: Cómo dejar de ser un docente bancario. Buenos Aires, Argentina, 2003.
Autora:
A nnabella LLERMANOS, Analista de Sistemas de Computación (UBP), Prof. Superior en Informática (IC) y Prof. de Tecnología (ISPT). Cursando la Lic. en Tecnología Educativa (UTN – BA).
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