Características de estilos de mobiliario colonial, rústico y clásico
A menudo necesitamos introducir pequeños cambios en nuestra rutina, cosas que nos hagan volver a descubrir el placer de lo cotidiano o que nos redescubran aquellos espacios que habitamos día a día. Es lo que sucede cuando queremos cambiar el estilo de nuestros hogares, llevando a cabo pequeñas modificaciones o incuso transformaciones radicales. Pero sucede que en muchos casos, cuando nos enfrentamos a la tarea de redecorar una estancia, no sabemos muy bien qué hacer con ella ni qué estilo utilizar. Para echarte una mano hemos redactado esta entrada, en la que te pondremos al día de las principales características y puntos fuertes de algunos de los estilos más de moda del sector de la decoración de interiores.
En concreto, hablaremos de los estilos colonial, rústico y clásico. Una amalgama de corrientes totalmente diferentes entre sí para que puedas crearte una visión global y hagas un primer acercamiento a aquel estilo que más llame tu atención.
El estilo colonial nace de la unión entre las culturas colonizadoras y colonizadas. Esto es, entre las culturas francesa, española e inglesa por una parte, y aquellas otras pertenecientes a los continentes africano, asiático y americano.
Se trata de ambientes en los que se combinan de una manera magistral elegancia, distinción y modernidad y donde la madera es, por encima de cualquier otro material, la principal protagonista. Para complementarla, dispondremos de una amplia variedad de materiales: piedra, acero, forja o vidrio templado serán nuestros principales aliados. Además, podremos utilizar materiales poco habituales que dotarán a nuestro hogar de ese toque distintivo y original que buscamos. El bambú, el ratán o el mimbre podrán ser introducidos en pequeños objetos decorativos y muebles auxiliares. A la hora de escoger los colores y materiales que emplearemos en comenzar a decorar y elegir nuestros muebles nos decantaremos por elementos que nos ayuden a crear una sensación de naturalidad. Así, por ejemplo, en el caso de los colores elegiremos tonos terrosos, rojizos y marrones y los colocaremos sobre fondos neutros tales como el beige, el blanco o el gris.
En definitiva, será nuestro estilo si lo que queremos es dotar a nuestro hogar de un ambiente en el que se combine lo clásico y lo exótico.
El estilo rústico, por su parte, es un regreso al pasado. La resurrección de un estilo que hasta hoy había estado reservado a las casitas de campo. Luminosa, natural, acogedora, es una de las corrientes más entrañables de la decoración de interiores. Tal vez por el vínculo que se trata de recuperar con nuestras raíces como una manera de crear espacios íntimos que nos ayuden a desconectar del frenesí al que estamos sometidos diariamente.
Como sucede en el colonial, en el estilo rústico también es la madera la principal protagonista. Aunque a través de un toque campestre totalmente diferente. ¿Quién no recuerda las vitrinas de la casa de campo en las que pasábamos los veranos? Los colores elegidos han de ser claros y luminosos y, por supuesto, estar presentes en la naturaleza. Así, dispondremos de una amplia gama que vaya desde los verdes y azules más veraniegos, hasta unos otoñales rojos y marrones. Siempre colocados sobre bases neutras.
Por último, los toques campestres podremos dárselos con piezas de cerámica o terracota, con alfombras de pelo o incluso con complementos de mimbre. Si lo que buscas es crear un rincón acogedor en el que la luminosidad sea la dueña absoluta de la estancia y puedas sentirte como en casa el rústico es tu estilo.
El clásico, finalmente, se caracteriza por crear ambientes que destacan por su refinamiento y elegancia a la par que conjugan una sofisticación que no tiene por qué estar reñida con el modernismo. No se trata de diseñar ambientes sobrios, sino equilibrados y estéticos con un punto de lujo que hará de nuestro hogar un entorno único.
En este tipo de decoración los materiales más utilizados son las maderas nobles: el haya, el roble y el cerezo. Asimismo, los complementos serán siempre piezas de porcelana, bronce o cristal. En lo que a colores se refiere serán los tonos crema, gris, verde y amarillo los principales destacados. Pero lo verdaderamente importante de este estilo es, en efecto, el equilibrio, la simetría. Será esto lo que dote de belleza al conjunto en general. Por último, cobran un gran protagonismo los sillones, los sofás, las mesas y hasta los sistemas de iluminación, que habrán de ir a la par con el fin de destacar aún más el estilo clásico de tu hogar.
Esperamos haberte sido de ayuda. Al menos, haberte dado una idea general de lo que significa cada estilo y de los diferentes ambientes que puedes crear con cada uno de ellos.
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