La influencia de discursos dominantes ante la orientación vocacional
La toma de decisiones en jóvenes al hacer una de las elecciones más importantes de su vida, misma que está orientada a su preparación personal, formación profesional, desarrollo de habilidades en cuanto a una carrera u oficio, que a futuro impactará en su desempeño laboral e ingreso económico, es el elegir que estudiará o hará una vez terminados los estudios de nivel medio superior. Por lo regular en las entrevistas de ingreso a las universidades los aspirantes externan que uno de los motivos para estudiar determinada carrera es por influencia de sus padres, familiares o amigos, ya que estas personas les prometen ayudar a conseguir un empleo o se percibe un amplio campo de trabajo en esa área, también eligen carreras que los padres les imponen al ver que la que desean estudiar sus hijos no será remunerable o no tiene futuro según se percepción. En la mayoría de los casos los padres de familia son los que acuden a solicitar la orientación vocacional para su hijo(a), este apoyo en la mayoría de las ocasiones migra a un proceso psicoterapéutico, donde se expone la crisis por lo que la familia está pasando. El proceso psicoterapéutico apoya a la familia, en especial, al joven que se encuentra en la encrucijada, a aclarar sus deseos y se responsabilice cada uno de los integrantes de la familia de las fantasías que han liberado mediante relatos inocentes que se han adquirido fuerza y se han convertido en discursos dominantes para el joven, el cual se los apropia y ve como único camino el transformar esas fantasías a la realidad. Los padres, hermanos, tíos, abuelos, etc., se han encargado de describir sus historias y como han logrado el éxito, como lo han dejado ir o como lo hubieran alcanzado, estos relatos han abonado a la construcción de una misión a cumplir en la mente del o la joven, dejando en abandono de manera voluntaria o inconscientemente la historia que el(ella) mismo(a) estaba construyendo mediante sus gustos, habilidades y destrezas, hasta el punto de no recordarlo, evadirlo o en definitiva desconocerla. Durante el proceso de intervención Se trabaja desde las expectativas que tienen los miembros de la familia depositadas en esta persona que está por tomar la decisión, se indaga acerca de los orígenes de esas expectativas, ¿cuál es el motivo?, ¿cuándo surgió esta idea?, ¿para qué le serviría?, ¿cómo lo(a) visualizan?, etc., buscando externalicen su historia mediante los deseos depositados en el desarrollo del(la) joven. La indagatoria se puede orientar con preguntas circulares a identificar como las expectativas que tenían otras personas sobre ellos mismos e incluso los prejuicios han influenciaron o no la toma de sus decisiones. Se pueden utilizar diversas técnicas en las cuales cada uno de los integrantes expresen su sentir, sus deseos y esperanzas depositadas en la persona, a su vez se le hacen preguntas al joven con la intención de despersonalizar esas expectativas, donde el(ella) se pueda dar cuenta que todo eso le pertenece a su familia, y no le corresponde dar respuesta a esas necesidades, ej. el que tu padre decidió dejar la carrera de médico, ¿tiene que ver con que tus vayas a aplicar examen para medicina? La familia puede ayudar a crear o construir nuevas alternativas a la persona y a su vez crearan el vínculo para que estas alternativas sean una posibilidad tanto para ellos como para el(la) joven, puede ser mediante escritos o de manera verbal, lo importante es que abran posibilidades y creen desenlaces a cada una de las alternativas que se han expusieron. Se busca que cada una de las involucrados que participan en el proceso identifique cuál es su papel e influencia sobre la persona y que esta a su vez, deje de lado el bagaje familiar y cultural que ha acumulado y comience a construir su historia, la cual tendrá como base sus experiencias, habilidades, gustos, aptitudes, valores y preferencias. Lo ideal es que también se aborde el tema de los recursos psicológicos, físicos, materiales, económicos, etc., con lo que cuenta la persona y si familia, así como, sus alcances, para elaborar estrategias y buscar alternativas de acuerdo a necesidades. El proceso de re-narración donde el individuo le da un nuevo significado a sus relatos y al de los demás, puede encontrarse con obstáculos, todo dependerá de la disposición y el grado de análisis que tengan las personas, sin embargo, el escuchar, crear, construir y relatar historias diferentes, nuevas e incluso antiguas da un diferente significado y posibilidades diferentes a las que tenía planteadas al inicio del proceso. En general los discursos sociales, familiares, e incluso personales están cargados de responsabilidad para con los otros, los prejuicios y el deber nos mantienen atados al compromiso de responder a las necesidades de las demás personas, incluso abandonando las propias. Los momentos de crisis son el quiebre que ayuda a llegar a cambio, a tomar decisiones y comenzar a re-construir aquello que desato la crisis, cada quien decide si construye con los mismos elementos, se incorporan nuevos o se modifica su acomodo. “Es complicado identificar donde terminas tú y comienzo yo, pero aún es más difícil saber dónde comienza mi historia si está oculta bajo la tuya” (Carolina Ruiz, 2017).
Mtra. Yolanda Carolina Ruiz López
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