COVID - 19. 5.- Fueron los árabes.

Serie Cuentos de Cuarentena.

Escribir es lo mejor que puedes hacer cuando estás en cuarentena. Dejar volar la imaginación para salir del aburrimiento cotidiano. Mezclar lo real con lo fantástico es un buen ejercicio para la mente: estimula el cerebro y las neuronas dejan de morirse por falta de uso. Éste es un resultado positivo – creo – de la cuarentena en marzo y abril de 2020.

5.- Fueron los Árabes

Mohamed Muhamad era un firme defensor de su patria. Con la crisis mundial del petróleo, causada por extraer demasiado y bajar los precios para quebrar a muchos países petroleros, entendió el poder que tenían entre manos. Esa política era buena para su país (aunque no para el resto del mundo).

Lo que más le molestaba a Mohamed era la influencia que tenían los gringos en su país. Él no sabía que fueron precisamente los intereses petroleros gringos e ingleses los que pusieron en el poder a la casa reinante hace muchos años. Y últimamente los chinos también querían su tajada.

Como no quería involucrar a otras personas de su familia, amigos ni religiosos, estuvo pensando en un plan que llevara a su patria y al Mundo Árabe a conquistar la Tierra ya que ése era el Orden Natural de las cosas. Recordó que en 2012 hubo una epidemia del MERS, un tipo de coronavirus animal que se pasaba al humano y causaba la muerte de casi la mitad de los infectados. Un virus así sería perfecto para doblegar a los países que querían controlarlos.

Varios parientes suyos estuvieron enfermos del MERS pero milagrosamente se curaron. Consiguió una prueba diagnóstica y se las hizo a los camellos de sus parientes: estaban contagiados. Tenían el virus pero no les causaba problemas. Tomó muestras de sangre de los animales, la diluyó un poco para conservarla y casi la congeló. El viaje en avión fue rápido pero ya en China los agentes descubrieron que traía sangre y se la decomisaron. Afortunadamente, no lo metieron a la cárcel. Él se regresó a su país apesadumbrado por no haber conseguido su propósito.

Pero Alá es Grande. Los agentes chinos enviaron las muestras de sangre a un Laboratorio de Virología en Wuhan para analizarlas. En el laboratorio, el encargado estaba muy ocupado y enfermo de gripa. Al estar manipulando la sangre que había puesto en tubos de vidrio, uno se rompió y le cortó la palma de la mano.

El resto es historia.