El Concorde iraní
El Concorde iraní
por Matías López de Briñas
El Concorde fue un avión a reacción supersónico que marcó una época y simbolizó una era de modernidad para la industria aerocomercial. Su primer vuelo fue en 1969, aunque de manera oficial entró en servicio el 21 de enero de 1976.
Contó con dos aerolíneas de prestigio que lo tenían dentro de su flota como Air France y British Airways, pero por cuestiones del destino y la política, se perdió la oportunidad de tener un tercer operador oficial, el cual era Iran Air, la aerolínea nacional del entonces rico e influyente Estado Imperial de Irán.
El avión simbolizaba modernidad, vanguardia y avances tecnológicos para la época, donde se prometía realizar una ruta determinada a la mitad de tiempo de la que podía realizar una aeronave común dada la velocidad supersónica que poseía. Las rutas que les interesaban a los iraníes eran las que conectaban Teherán con Londres, París y New York.
El entonces emperador, el Shah Mohammad Reza Pahlavi, un conocido entusiasta de la aviación, vio la oportunidad y decidió anunciar la orden de compra de dos aviones Concorde y la opción de un tercero, para la aerolínea nacional del país. Los motivos fueron dos: por un lado, profundizar la alianza comercial y geopolítica con Francia y por el otro reforzar el crecimiento de Iran Air en rutas estratégicas hacia Europa y Norteamérica.
La industria aerocomercial nunca fue un tema ajeno para el monarca iraní, dado que él mismo piloteaba sus helicópteros Bell 214, el avión oficial "Shahin", un Boeing 707 y hasta los aviones de combate F-14 Tomcat.
La historia comienza el 9 de junio de 1972, cuando representantes de la British Aircraft Corporation y la francesa Aérospatiale, llegan a Teherán para presentarle en persona al Shah de Irán, el nuevo Concorde.
El aeropuerto internacional de Mehrabad fue testigo de la llegada donde se presentó la aeronave, dando el primer paso para su adquisición, ya que poco tiempo después vendría el anuncio. En teoría el primero llegaría en 1976, el segundo en 1977 y la opción de compra del tercero para 1978, aunque se presentaron demoras y aún para enero de 1979 no había llegado ninguno.
Durante la década del setenta, Iran Air era considerada una de las aerolíneas de mayor crecimiento en el mundo, al igual que una de las más seguras, donde para 1976 sólo estaba superada por la australiana Qantas en los rankings de la época. Sus rutas conectaban de manera diaria a Irán con Europa, Norteamérica y Asia, en un momento histórico donde las hoy influyentes Emirates, Qatar y Turkish Airlines eran pequeñas y poco conocidas por el mundo occidental.
El 10 de enero de 1976 con la visita a Irán del presidente de Francia, Valérie Giscard d'Estaing, el aterrizaje del Concorde de Air France marcó la segunda vez que un avión de ese tipo pisaba suelo persa; en un encuentro posterior se habló de la compra realizada por Iran Air.
El plan que tenían los iraníes, no era muy distinto al que conocemos hoy en día con otros emporios de Medio Oriente, utilizar Teherán como punto de conexión entre Occidente y Oriente, donde los avisos publicitarios en esos años decían "Iran Air Crossroads of the world", es decir un punto donde se conectan dos caminos o rutas del mundo. Utilizar el Concorde era la pieza fundamental para este proyecto, aunque no el único, ya que también habían decidido adquirir los Boeing 747-SP para el proyectado vuelo sin escalas a New York.
Hasta la llegada de los nuevos aviones supersónicos, las autoridades del gobierno imperial decidieron la realización de una serie de vuelos chárter que conectarían París con la isla paradisíaca y vacacional de Kish, en un extremo del golfo Pérsico, el cual para 1978 vivía un crecimiento comercial con la construcción de hoteles y casinos. La prensa occidental lo llamaba el "Montecarlo del Shah" porque apuntaba a una isla de lujo y entretenimiento que recibiría a turistas pudientes de Europa, pero faltaba lo fundamental: conectarlo vía aérea.
Con la esperada llegada del primer avión Concorde propio para la aerolínea, se buscaba conectar Kish con París y Londres en una primera etapa, pero en el mientras tanto decidieron que un vuelo chárter cubra la ruta para algunos eventos específicos a realizar. Por ejemplo, el 24 de enero de 1978 un vuelo de Air France, comandado por el capitán Michel Butel protagonizó la llegada del primer vuelo de un Concorde a la isla del sur iraní para un evento de turismo, negocios y moda que organizó la entonces Reina Farah Diba.
Menos de un año después, el 16 de enero de 1979, el Shah piloteó su propio Boeing 707 rumbo a Egipto, donde junto a su esposa, abandonó Irán para un exilio forzado dada una revuelta popular, y con ello, la fallida llegada del Concorde iraní. En abril de 1980, el nuevo gobierno cancela el pedido de los dos aviones y con ello, un golpe para la British Aircraft Corporation/Aérospatiale y más aún para los sueños de una Iran Air como aerolínea global, donde las planeadas rutas a Los Angeles, Toronto y Sydney quedaron para otra oportunidad.
Matías López de Briñas. Licenciado en Periodismo
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