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tarde para volver capitulo cuatro

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Cleve se sentó frente al volante del coche.

Tenía la sensación que no iba a tener fuerzas para hacer todo el camino de regreso, solo. Habían sido tantas las emociones del día! Pero siempre habían sido compartidas. Ahora estaba completamente solo.

Se dijo a si mismo que no tenía que perder mas tiempo.

Quería estar lo antes posible en Taunton. No podía dejar de pensar como estarían Kelly y Bob, pero, no se animaba a llamarlos. Y si habían intervenido el teléfono? No, no podía exponerse.

Manejó tratando de no pensar. Puso el stereo del coche con suficiente volumen como para que lo atontase. Buscó un CD con música muy movida. Intentaba tararear todas las canciones. Cualquier cosa se le ocurría que podría serle útil, con tal de no pensar.

Pero no era fácil. La suma de los últimos acontecimientos se agolpaban en su mente, como si martillaran su cerebro.

Se preguntaba una y mil veces si había hecho lo correcto.

Alguien podría decirle con exactitud que era en realidad “lo correcto”?.

Supuso que todo era de acuerdo al color de los ojos con que se vieran las cosas.

Los de él eran oscuros, así que, a lo mejor por eso, pensó, riéndose por el chiste que acababa de inventar, veía todo tan oscuro cuando en realidad no lo era. “Ojala todo salga bien!”, dijo en un suspiro ahogado.

De todas maneras lo hecho, hecho estaba. Ahora habría que pensar bien como presentarían la situación ante sus conocidos, y sobre todo, ante la policía, si es que tenían que pasar por un interrogatorio. Suponía que ese interrogatorio iba a ser inevitable

La idea de la secta iba tomando forma en su cerebro.

Diría que su hijo lo llamó por teléfono, para comunicarle que se había enamorado de una jovencita a la que había conocido ese mismo día, y que pertenecía a una secta, cuyo nombre no podía darle ni siquiera a ellos que eran sus padres.

Que ella le había hecho conocer un mundo completamente distinto, lleno de paz y de amor, donde el sexo era muy importante para el desarrollo espiritual, que le había enseñado a practicarlo de una forma completamente distinta y que lo había hecho sentir que se elevaba a un plano donde nunca había estado, y por eso había decidido marcharse con ella, sin importarle donde fuera.

Que no iban a tener noticias suyas por mucho tiempo, puesto que esa secta era muy cerrada y no permitía mucha comunicación con el exterior.

Solo los encargados de reclutar nuevos adeptos salían, según lo disponía su Master, y por el tiempo que él indicaba, cuando él lo indicaba.

Si alguna vez le tocaba salir, y tenía permiso para llamarles, lo haría.

Sino que confiaran en él, que iba a tener una vida plena. Que estaba muy seguro de lo que estaba haciendo. Que nunca antes se había sentido tan bien.

Les diría también, que después de recibir esta llamada, él había salido a buscarlo, diciéndole a Kelly que volvería pronto, y, sin darle demasiados detalles de lo que había dicho su hijo por teléfono.

Que lo había buscado por todos los lugares que se le ocurrió.

Que había preguntado a todos con los que se encontró, si sabían donde tenían sus sedes, las sectas religiosas. Que había buscado en la guía telefónica pero no había encontrado el nombre de ninguna. En pocas palabras que no había conseguido ninguna información.

Y por último al ver que no tenía éxito en ninguno lado, pues no había podido encontrar a su hijo, había vuelto con la esperanza que su hijo lo llamase.

Tendrían que aprenderse el texto de memoria los tres, para repetirlo cuantas veces fuera necesario, y ante quien fuera necesario, sin levantar sospechas.

Si alteraban la declaración empezarían a dudar, y no era eso lo que necesitaban.

Cleve llego a Calais a las 930 de la noche. Había manejado sin parar, Ni siquiera quiso detenerse a comer.

Volvió a tomar el Shuttle de regreso.

Cuando llego a Folkestone se sentía algo mas tranquilo.

Nadie lo había parado, ni preguntado nada al pasar las aduanas. Ahora solo le restaba manejar hasta casa

Cuando llego, todos dormían. Al sentir la puerta, Kelly, quién se había quedado dormida sobre el diván. Se levantó bruscamente, dando un respingo.

Se abrazó a Cleve preguntándole como había ido todo.

Cleve le contó todo lo que habían hecho ese día y lo que habían acordado durante el viaje.

En esos momentos apareció Bob, restregándose los ojos.

-¡Papá, volviste!. Como está Alex? Salió todo como lo habéis planeado?-

-Alex esta bien hijo, todo salió mejor de lo esperado. No tuvimos ningún inconveniente con las aduanas- dijo Cleve con satisfacción.

Bob respiró aliviado y se fue nuevamente a acostar. Tenía mucho sueño.

Kelly fue a prepararle una taza de té. Le preguntó si quería comer algo.

-No he cenado. No quise perder tiempo. Tenía tanto apuro por verlos y saber que había pasado. Me gustaría que me prepararas un sándwich de Bacon. Como los que sólo tú sabes preparar-.

Fue a la cocina y le preparó ese sándwich “tan especial” según su marido al que solo le agregaba al bacon, pepinillos y tomate y lo aderezaba con mayonesa y Ketchup.

Cleve comenzó a comer con avidez. Realmente tenía hambre. Le pidió a Kelly que le contara todo lo sucedido durante el día que estuvo ausente.

Ella le contó que esa mañana habían tocado al timbre de la puerta, y que al abrirla había visto que había un auto policial estacionado.

Que habían descendido dos agentes, preguntando por Alex.

-Les dije que no sabía exactamente donde estaba. Que había ido a Londres para hacer los trámites de la herencia de su abuelo, pero que no había hablado con él desde ayer por la mañana, cuando apenas había llegado. Que sabía muy superficialmente que luego te había llamado a ti y te había explicado algo de una secta y que tu enloqueciste y sin darme mas explicaciones saliste a buscarlo y todavía no habías vuelto ni me habías llamado-.

-Sabes que me dijo,? que una testigo había declarado haber visto cuando su auto atropelló a un hombre-.

-Había visto como el dueño del coche había huido, dejándolo abandonado, probablemente porque había visto la luz encendida de su cuarto y se había atemorizado al pensar que alguien podría haber visto el accidente-.

-Dicen que la señora alcanzó a ver con claridad la patente del coche, pese a la oscuridad de la noche, y que ese número pertenecía al coche de Alex-.

-Traté de mostrarme sorprendida por lo que me estaban contando. No tengo idea cómo se habrá visto mi rostro, porque estaba realmente aterrada-

-Cuando le dije que no sabía nada de lo que me estaba hablando, me dijo que pensara bien mi respuesta, puesto que si se comprobaba lo del accidente, y era muy probable que así ocurriera, y nosotros lo ocultábamos, pasábamos a ser cómplices de encubrimiento y que eso estaba penado con la cárcel-.

Cleve no había pensado en eso en ningún momento.

Ahora, no solamente se enfrentaba Alex a ir a la cárcel, sino también, ellos dos. Esto si que se complicaba!

-No puedes imaginarte el momento que pasé, dijo Kelly-.

-Insistí en que no sabíamos nada del paradero de nuestro hijo y me dijeron que, cualquier noticia que tuviéramos, no dudáramos en avisar.

Le prometí que así lo haríamos y se fueron. Me avisaron que nos citarían a declarar. He estado toda la tarde pendiente que volvieran.

Saltaba cada vez que sonaba el teléfono u oía pasar un coche. Por suerte no son muy frecuentes en esta calle, porque sino me hubiese vuelto loca-.

Cleve abrazó fuertemente a Kelly tratando de calmarla.

Imaginaba por lo que había pasado! No era una mujer que acostumbrara a mentir. De hecho odiaba las mentiras con todo su corazón, solo las utilizaba cuando, como en este caso, eran absolutamente necesarias.

Todos los miembros de esa familia no habían tenido un buen día ayer, de eso no cabía la menor duda.

Tratando de poner algo de serenidad en la escena, Cleve le preguntó a Kelly;

-Llamaste al trabajo para avisar que estaba indispuesto y no podía ir?-

-Por supuesto que lo hice! – contestó-. Me dijeron que te dijera, que no te preocuparas y te desearon que mejores pronto-.

-Bueno, será mejor que descansemos un poco. Mañana tengo que ir a trabajar y me gustaría no tener que hacerlo en este estado lamentable- replicó.

A la mañana siguiente antes de ir a trabajar Cleve fue a comprar el periódico. No quiso leerlo hasta estar sentado junto a Kelly en el living de su casa. Ambos buscaron con ansiedad una noticia referente al accidente. Cuando la encontraron Cleve la leyó en voz alta. Al terminar de leerla ambos se miraron profundamente. Ambas caras estaban enmarcadas por una profunda tristeza.

Cleve respiró profundamente y con voz grave le dijo a Kelly: -creo que hemos tomado la dirección correcta. Lo mejor que pudimos hacer es sacar a Alex de Inglaterra. No ha quedado ninguna pista de su partida, por lo que deduzco que las autoridades no pensaran en ir a buscarlo fuera de la isla. Ha sido arduo y estamos agotados, pero creo que, por el momento por lo menos, Alex está a salvo-.

-Supongo que ya habrá leído la noticia también él, dijo Kelly. Como estará? Sólo, sin nadie a quien contarle su pena, sin nadie que le diga una palabra de aliento. Ha sido arduo para nosotros, pero por lo menos estamos juntos-.

-Si, lo se, respondió-. Pero no podemos hacer nada por estar a su lado. Por lo menos por el momento. Debo irme a trabajar-, dijo tratando de distraer su atención-. Trata de encontrar tarea para distraerte. No te sientes a pensar. Tenemos que seguir adelante-. Le dio un beso en los labios y partió.

Ese día Cleve estuvo muy extraño en el trabajo, pero todos pensaron que no se sentía bien. Cuando volvió a su casa, cenó muy frugalmente y se fue a acostar.

Recibieron la citación para ir a declarar al día siguiente.

Ambos repitieron una y otra vez el libreto, delante de Bob, para que el también lo aprendiera. Todos tenían que decir exactamente lo mismo para hacer creíble lo que estaban contando.

A la mañana siguiente, antes de partir para la comisaría, volvieron a leer el periódico para saber las novedades, pero no hallaron ninguna referencia al accidente. Pensaron que la falta de noticias podían ser buenas noticias y mas animados fueron a declarar.

Ambos se ajustaron firmemente al libreto.

Una y otra vez, los agentes, volvían con la misma pregunta aunque presentada con distinta apariencia.

Una y otra vez insistían en hacerles saber que se convertirían en cómplices.

Que ellos sabían que Alex no se había ido con ninguna secta, sino que estaba huyendo.

Kelly, que era muy creyente, le pidió ayuda a Dios para encontrar las palabras justas que hicieran que esos policías dejaran de acosarla. Dijo en silencio y cerrando los ojos, como lo hacía siempre que quería según sus palabras, conversar con Dios. - Por favor, ayúdame a encontrar algo que nos permita salir de este atolladero y que ayude a Alex en esta situación. Se que no estuvo bien lo que hizo, y que tampoco está bien lo que nosotros estamos haciendo, pero los padres hacemos cualquier cosa para ayudar a un hijo en apuros. Muchas veces somos capaces de hacer cosas increíbles por ellos, cosas que jamás hubiéramos imaginado que seríamos capaces de hacer para nosotros mismos, y justamente este es nuestro caso. Lo de él fue un accidente!. Por favor, perdónanos a todos y ayúdame-.

Se asombró a si misma cuando se oyó decir, como si fuera una actriz que se estaba postulando para el Oscar, con tono grave:

-Sabe algo, Sr. Oficial, preferiría que mi hijo estuviera huyendo y no que se hubiera unido a una secta. Por lo menos sabría donde está y cómo está.

Podría ir a visitarlo y ofrecerle mi consuelo. Si, definitivamente preferiría que estuviera huyendo.

Tienen idea, lo que es para una madre, no saber donde está su hijo? Porque se unió a una secta que lo separa completamente de su familia? Si estará vivo o muerto? Sano o enfermo? Feliz o desdichado? Si tendrá hambre o frío?

No lo dude en absoluto, Sr. Oficial-, dijo con voz mas grave aún, y cada vez, mas asombrada de su interpretación -preferiría que estuviera huyendo y lo encontraran-.

Apoyándose en esta actitud inesperada de Kelly, Cleve preguntó con cierto aire de enojo e incredulidad;

-Porque el país permite que estas sectas proliferen sin control? Son una lacra para la sociedad. Y no quiero ni pensar cuales son sus fines verdaderos?-

-Sr.Gudez- le respondió uno de los oficiales. Este país se enorgullece por ser uno de los que mas defienden la libertad. Es un emblema del gobierno. Y la libertad de sectas es solo una parte de esa libertad, pero, no dude que vamos a encontrar a su hijo, señor Gudez. No lo dude! Se lo volvemos a repetir, su hijo no está en ninguna secta y lo encontraremos. Además permítanme decirles que no todas las sectas son una lacra. No dudo que habrá algunas que lo son, pero otras cumplen con su cometido con honradez y ayudan a muchísimas personas. Por ese motivo proliferan en todo el mundo-.

Con esto dieron por terminado el interrogatorio.

Cleve abrazaba a Kelly por los hombros cuando se retiraron de la comisaría.

Ambos se preguntaban con la mirada sí le habrían creído. No pronunciaron ni una palabra.

No podían saberlo, tal vez no lo supieran nunca, ya que nunca mas volvieron a citarlos después de este interrogatorio.

Ambos esperaron durante un tiempo tener noticias de ellos. Pero jamás la tuvieron.

Se preguntaban diariamente qué habría pasado.

No había salido ningún artículo mas en los diarios sobre el incidente, después del que leyeron ese primer día..

Eso los tenía totalmente intrigados, pero no tenían manera de averiguar nada.

Se preguntaban como podrían averiguar si habrían o no abierto expediente contra Alex.

Y si en caso de que lo hubiesen abierto, si lo habrían cerrado o estarían a la espera de alguna resolución judicial.

No tenían a quién acudir para averiguar sus dudas. Tuvieron que aceptar las cosas como se daban y confiar en que todo estuviera en orden.

Lo que si sabían era que si el nombre de Alex estaba en búsqueda y captura, al entrar al país lo detendrían y por ese motivo él no debería volver. Eso era todo de lo que ellos tenían conocimiento preciso.

En algún momento se plantearon consultar con un abogado. Sabían que el silencio de él como profesional era inviolable, pero tuvieron miedo que cuando fuera a investigar, de haber un expediente abierto y que hubiera quedado archivado por falta de nuevas pruebas, cosa que consideraban como la más probable pues suponían que habría un considerable número de ellos abiertos en cualquier comisaría, se volviera a reactivar el caso. Por lo que desecharon esa idea.

Con el tiempo los miedos se fueron atenuando hasta que por fin desaparecieron. Sabían que no volverían a citarlos.

Cuando Antonio se enteró de todo lo que había sucedido inmediatamente decidió que la idea de poner la casa a nombre de sus nietos quedaba en suspenso.

Si uno de sus nietos estaba teóricamente desaparecido era mejor no iniciar ningún papeleo donde figurara su nombre, y no quería ser injusto y dejar afuera a ninguno de ellos.

Cleve tuvo que hacerse el tiempo que antes no encontró para acompañar a su padre a Londres para poner al día todos los documentos que le permitiera a Antonio recuperar su propiedad.

Una vez finalizado los trámites y con los títulos a su nombre les propuso a cada uno, que el día que quisieran irse de vacaciones, estaba a disposición de quien lo desease.

En una oportunidad en que Cleve y Kelly habían ido a Barcelona a visitar a John, decidieron ir los cuatro a conocerla. Pasaron una semana y volvieron encantados con el lugar. Prometieron volver a repetir la experiencia.

Antonio y Stelle fueron en varias oportunidades. Él quería ver si podía encontrar la tumba de sus padres, para llevarle aunque más no fuera un ramo de flores alguna vez. Pero por mucho que se movió y preguntó nadie le dio ninguna información. Todos respondían que había pasado mucho tiempo y que eran muchas las vidas perdidas cuyo paradero se ignoraba. En una de esas visitas en las que seguía buscando a sus padres, Antonio sufrió un infarto sin haber tenido ningún síntoma previo y falleció en el acto.

Cleve y Kelly viajaron a Valencia para ayudar a Stelle que se había quedado sola con los trámites del funeral y así traerla de vuelta.

Ella tomó la decisión que su esposo fuera enterrado en el país que lo vio nacer. -Por alguna razón la vida lo trajo aquí a morir- dijo. Luego le pidió a ambos que el día que muriese ella la trajeran junto a su esposo.

Exactamente el mismo día, un mes más tarde. se vieron en la necesidad de cumplir con su promesa. Stelle al igual que su esposo falleció sin haber presentado signos de dolencia previa.

Después de esto nadie más volvió a ir de vacaciones al lugar.

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