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tarde para volver Capitulo 9

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Sophie sentía que había empezado una nueva vida desde que supiera la verdad.

No había más preguntas atormentándola y haciéndola sentir que ella no merecía el amor de nadie.

Ahora sabía que había sido la vida la que la había dejado sola, no Alex, y eso la reconfortaba, aunque no podía dejar de sentir pena por lo perdido.

Apenas se había marchado Alex a España Kelly la había llamado. Le había preguntado si podían citarse para hablar.

Kelly le explicó a Sophie que desde que supo de la existencia de Joey ella lo había sentido su nieto y aún sin conocerlo, sabía que iba a quererlo muchísimo.

Entendía que tal vez no considerara su posición, y por supuesto, no la iba a rebatir si así era.

-Tengo claro, porque Alex me lo contó con todos los detalles que tú le habías dado, que tiene cuatro abuelos maravillosos que no saben nada de la historia de Alex, ni siquiera que es su hijo, pero me gustaría mucho que entiendas que la sola idea de conocerlo y compartir su vida es lo único que ocupa mis pensamientos en este último tiempo-.

Sophie, que conocía a Kelly desde muy pequeña y la quería mucho, se enterneció ante su pedido.

-Déjame pensarlo. Lo hablaré con Pete y veremos que solución podemos encontrar. Te parece bien? Te conozco desde hace muchos años, sé cómo has sido como madre de tus hijos, y no me quedan dudas de todo el cariño que serías capaz de ofrecerle a Joey. Dame tiempo. Seguro que encontraremos una salida-.Kelly se despidió de Sophie con un beso agradeciéndole toda la comprensión que había mostrado.

Después de pensarlo durante un tiempo y sopesar todos los pro y los contra que encontraron, Pete y Sophie decidieron que era momento de hablar con sus padres y contarles toda la verdad sobre Joey y Alex.

-Algún día tendremos que hacerlo. Ahora o más adelante, igual será una situación difícil a la que tendremos que enfrentarnos-le dijo Sophie a su marido.

-Yo también quiero mucho a Kelly y entiendo claramente sus sentimientos y no me parece justo que la privemos de su nieto. Ni a ella ni a Cleve.- le respondió Pete.

-Recuerdo las veces que Cleve se ha levantado de madrugada para venir a buscarnos, cuando Alex y yo lo llamábamos porque nos asustaba volver solos a esa hora. Nunca lo oí protestar ante esta situación como lo hacía mi padre. Creo que ambos se merecen disfrutar de su nieto!-.

Pete y Sophie invitaron a sus padres a tomar el té el primer sábado disponible, diciéndoles que tenían que contarles algo importante.

Los cuatro supusieron que se trataría de un nuevo embarazo de Sophie y acudieron a la cita con flores y bombones.

Cuando se enfrentaron a la verdad, sus reacciones fueron completamente diferentes. La mamá de Sophie le dijo que, en su interior, ella siempre lo había sabido, que había sido sólo un presentimiento de madre, pero que no le asombraba para nada lo que su hija les estaba contando.

Al padre no le importó demasiado la noticia. Habían pasado muchos años desde los hechos y no veía que eso fuera muy grave. Sabía de tantos casos, que diariamente mostraban por televisión, de fraudes de paternidad que éste le parecía inofensivo.

La reacción de los padres de Pete fue, como era bastante lógico de imaginar, de furia.

Su padre destrozó con las manos el ramo de flores que había comprado para Sophie.

Las apretó con tanta furia que las espinas de las rosas le produjeron varias heridas que comenzaron a sangrar.

Con voz muy irritada le dijo a su esposa: -Vámonos de aquí inmediatamente. No quiero compartir mi tiempo con gente que es capaz de engañarnos como a niños durante tanto tiempo-.

Sophie llamó esa misma noche a Kelly para contarles todo sobre lo sucedido y también les aclaró que ni a ella ni a Pete les molestaba que vinieran a visitar a Joey cuantas veces quisieran y que les parecía una buena idea que se hicieran llamar abuelo Cleve y abuela Kelly.

Fue tanta la alegría de Kelly al recibir la noticia que le preguntó si les parecía bien que fueran al día siguiente a conocerlo. Ya no podía manejar su ansiedad!. Sophie aceptó sin reticencias.

El primer encuentro fue un poco extraño, Joey no entendía muy bien de donde habían salido estos dos nuevos abuelos que habían llegado con juguetes. Pero a él le gustaron los juguetes y no le importó mucho su origen.

Poco a poco conquistaron su cariño. Joey había llegado a sus vidas para hacerlos sentir plenos, comentaban ambos.

Había pasado casi una semana hasta que los padres de Pete volvieron a llamarlos para decirles que lo habían estado pensando durante todo ese tiempo, y que el amor que sentían por Joey no iba a desaparecer porque supieran que no era en realidad su nieto. No sería su nieto biológico, pero sí lo era en sus almas.

Les dijeron que Joey no tenía la culpa de nada. Y que podrían estar muy enojados con sus padres, como en efecto lo estaban, pero que no pensaban renunciar a su nieto.

El tiempo, como sucede a menudo, fue limando las asperezas y nuevamente la familia estuvo unida.

Cuando llegó el quinto cumpleaños de Joey, todos lo festejaron en armonía, y hasta disfrutaron al ver a su nieto tan feliz jugando con sus amigos con el disfraz de pirata que le había mandado Alex.

Joey estaba por cumplir 5 años. Sólo faltaban dos días cuando recibió la primer postal de Alex dirigida a él.

Sophie, que no sabía nada de la decisión que Alex y Mabel habían tenido al respecto, se asombró al recibirla.

Por supuesto la abrió y la leyó.

Querido joey

Este es tu quinto cumpleaños, pero para mí es el primero como tu papá.

Es difícil encontrar la forma de contarte el porqué no estoy hoy a tu lado

Quiero que sepas que aunque este viviendo lejos, no dejo de estarlo.

Se que vas a leer esto que te estoy escribiendo dentro de un tiempo, cuando tu mamá considere que tienes la edad conveniente para entender, y me gustaría que sepas que este es el único motivo por el que te estamos ocultando, por el momento, esta historia.

Ninguno de nosotros queremos ocultarte la verdad, solo esperamos el momento oportuno para contártela.

Hace mucho tiempo tu mamá y yo nos quisimos mucho.

Ella fue mi primera novia, mi primer amor. Yo también lo fui para ella.

En esas condiciones maravillosas, es que tú fuiste gestado.

Es lo primero que quiero que sepas y te pido por favor que jamás lo olvides. Tú, naciste de todo el amor que tu mamá y yo nos teníamos.

En esa época, tu papá Pete, tu mamá y yo éramos tres amigos inseparables. Tal vez por eso la vida quiso que los tres estemos compartiendo también nuestro amor contigo.

Él ha sido y seguirá siendo tu padre, aún cuando llegue el día que me conozcas. Te quiere al igual que yo, y ha dedicado su vida a ofrecerte todo lo que puede.

La razón por la que tuve que irme te la contaré en otra tarjeta, No quiero extenderme mucho, pues no es mi intención agobiarte al leerlas.

Así podrás decidir con que intervalo leer cada una.

Para ser la primera vez que te escribo, creo que ya es suficiente.

Sé, porque tu mamá me cuenta permanentemente sobre ti, que hace poco más de un mes estuviste algo enfermito. Tenías bastante fiebre y debiste permanecer en casa, sin ir al colegio.

También sé que tus 6 abuelos se han turnado permanentemente para contarte cuentos y hacer que pasaras lo mejor posible ese período.

Ellos me contaron que las historias que más te gustan son las de piratas, por eso te envío este disfraz para que puedas sentirte el héroe de la historia.

Espero que cuando leas esta postal lo recuerdes.

Tu papa Alex

PD estas guapísimo en esa foto en el parque jugando con tu perro.

Sophie no podía contener las lágrimas mientras leía. De hecho, le había llevado mucho tiempo poder leerla.

No pudo evitar pensar que diferente sería la vida de los tres, si ese instante que había cambiado el curso de las misma, no hubiera existido.

Sophie sintió al leer la carta que no podía evitar sentir lo que sentía por Alex.

Quería y respetaba a su marido con todo su corazón pero, el sentimiento que aún estaba latente por Alex, era superior a su capacidad de manejarlo.

Junto con la tarjeta venía una aclaración de Alex explicándole que había querido que fuese una sorpresa para ella también, y de su propósito de seguir enviándole a su hijo una en cada aniversario. También le comentaba que ambas cosas habían sido ideadas por Mabel como una manera de estar junto a su hijo.

A lo largo de ese día, la tristeza estuvo presente siempre en sus ojos. Las lágrimas asomaban cada vez que recordaba lo que había leído.

Cuando llegó Pete le preguntó que le pasaba y ella le alcanzó la carta para que la leyera.

Pete sintió tristeza por ese hombre que alguna vez había sido su mejor amigo, pero que ahora no podía evitar verle como un enemigo.

Él pensaba que, de alguna manera, había vuelto a sus vidas para alejar a Sophie y a Joey lentamente de su lado. No podía evitar ver en los ojos de Sophie ese sentimiento que ella trataba de ocultar pero que no lo lograba.

Por eso, además de tristeza sintió rabia. Deseaba con todo su corazón que ese hombre se alejara por completo de la vida de ellos tres.

Sabía que era imposible. El había vuelto, y esta vez para no marcharse.

Al día siguiente Sophie aún continuaba triste y recordando palabra por palabra la carta de Alex. Por suerte, los preparativos para el cumpleaños del día siguiente la tuvieron lo suficientemente atareada como para que al regresar Pete, por la noche, no la viera tan deprimida.

Durante todo el cumpleaños, Joey estuvo vestido de pirata todo el tiempo. Le pareció sensacional el disfraz. Jugó con sus amiguitos hasta el cansancio. Le había parecido el mejor regalo que había recibido, y eso que había recibido muchos.

Para navidad, Sophie recibió la segunda postal de Alex.

Como la primera vez, lloró amargamente por lo que la vida le había quitado. La postal decía:

Querido joey

Esta es mi primer navidad como papá.

Como te lo he dicho en mi anterior tarjeta lamento no compartirla a tu lado.

Espero con mucha ansiedad que llegue ese día en que estemos todos juntos, y que yo pueda abrazarte con toda mi alma.

Encontré otro juego de piratas que me pareció fantástico, espero que también te guste a ti. Tu mamá me ha contado que te encantó el que te mande para tu cumpleaños y que juegas muchísimo con él.

Quiero continuar contándote de a poco, como te prometí, la historia de nuestra separación.

Un día, yo tuve un accidente y tuve que alejarme de Inglaterra. Entonces no sabía que tu mama estaba embarazada.

Me enteré 5 años después cuando volví por primera vez allá.

De haberlo sabido, probablemente jamás me hubiera ido sin importar las consecuencias que esto pudiese haberme ocasionado.

Cuando lo supe, tu ya tenías a tu papá Pete, que te adoraba. Tu eras un niño de solo 4 años.

Por eso decidimos entre los tres que tendríamos que esperar a que crecieras para contarte todo esto.

Por eso tuve que marcharme, aunque al partir te dejé un trozo de mi corazón.

Yo estoy viviendo en España, y por el momento no puedo volver a vivir allá.

No hubieras podido entender ni mi presencia ni mi partida.

Tuvimos un encuentro en un parque, aunque tú no sabías quien era yo.

Me diste un beso para calmar mi dolor, porque yo estaba llorando.

Recién te había visto por primera vez, jugando en las hamacas, y eso me había hecho entender cuánto podía llegar a quererte. Por eso estaba llorando. No creo que recuerdes esto.

Tu beso fue la mejor medicina que había tomado en toda mi vida. Nunca voy a olvidar el efecto que hizo sobre mí.

No puedes imaginarte lo difícil que fue para mí dejarte.

Lo hice sólo porque creí que era lo mejor para ti, y si había algo que no deseaba, era hacerte algo que pudiera causarte daño.

Seguiré en otra postal con el relato.

Estoy al tanto de todas tus actividades porque tu mamá sigue escribiéndome frecuentemente. También me envía fotos y pequeños videos tuyos tomados con la cámara digital.

Estas tan lindo! y eres tan inteligente mi amor.

Sé que te va muy bien en la escuela. Que eres muy aplicado y que tienes muchos amiguitos.

Te quiero con toda el alma.

Tu papá Axel

Nuevamente ese día Sophie estuvo vagando por la casa como una sombra. No encontraba que hacer. Todo le parecía fatigoso e innecesario.

Y nuevamente también, cuando Pete llegó por la noche lo notó. Conocía y quería demasiado a su esposa como para que estos cambios de carácter de ella, le pasaran desapercibidos.

Así transcurrió el tiempo, repitiéndose estas escenas dos veces por año cuando llegaban las postales.

Sophie no terminaba de procesar su dolor. Siempre se preguntaba cómo hubiera sido su vida junto a Alex. Y esto, sin que ella pudiera solucionarlo, la alejaba de Pete.

Eso también le producía mucha tristeza, porque no sólo afectaba su vida, sino la de Pete, quién no se merecía que esto sucediese.

Sophie había recibido ese día la postal de Joey que Alex le había enviado para su noveno cumpleaños.

Ya había terminado de contarle toda la historia, de manera que ahora sólo le escribía para contarle sobre sus sentimientos, y las cosas que le sucedían. Le contaba sobre Samanta y Hannah y le acompañaba una foto de ellas, con cada postal.

Querido Joey:

Ya se acerca tu noveno cumpleaños. No puedo creer cómo ha pasado el tiempo! Pero eso me alegra, porque cada día que pasa es uno menos que me falta para poder abrazarte.

No te imaginas con cuanta ansiedad espero que tus padres me digan que ya les parece que podemos hacerlo.

Me ha contado tu madre que te va muy bien en el colegio, pero que últimamente estas muy peleador.

No quiero hacer una apología de esto, pero yo también era bastante peleador a tu edad.

Querido hijo, pelea si es necesario, pero recuerda que sólo debes hacerlo para defenderte a ti mismo, o alguien que lo necesite. Trata de no iniciar nunca la pelea.

Es bueno saber defenderse o poder defender a alguien en inferioridad de condiciones con respecto a su atacante, pero no es bueno pelear por pelear. Las cosas en la vida no se consiguen por la fuerza sino con el esfuerzo. No olvides nunca esto!.

Tus abuelos y tu madre me han contado que ya no te interesan más los juegos de pirata, por lo que me disculpo de antemano por enviarte éste de regalo.

Es que mirando los juegos para el ordenador, encontré uno relacionado con los piratas del caribe y me pareció sensacional. Por eso decidí comprártelo.

Siempre les muestro a tus hermanas tus fotos, diciéndole que eres un hermanito que vive lejos, creo que ya te lo he dicho antes, verdad?. Ellas me han pedido, como lo hacen siempre, que te mande un beso de parte de cada una.

Samanta y Hannah, son dos niñas adorables. Se que se querrán mucho cuando se conozcan.

Vuelvo a desearte un feliz cumpleaños.

Papá

Ni Sophie ni Alex sabían que esta sería la última postal que Joey recibiría antes de conocerlo.

La actitud de Sophie fue igual a la de siempre. Estuvo triste un tiempo, pero de nuevo los preparativos del festejo del cumpleaños la alejaron por momentos del dolor de pensar.

Habían pasado cinco meses desde el último cumpleaños de Joey, cuando Sophie, se percató que hacía un tiempo que no tenía período menstrual.

Había dejado de controlar los días desde hacía mucho tiempo. Intentó recordar la última fecha pero no lo consiguió. No quiso alegrarse de antemano, pero su corazón comenzó a tener un presentimiento que la embargó de alegría.

Fue corriendo hasta la farmacia y compró un test de embarazo. La espera para leer el resultado le pareció eterna, pero todo cambió cuando vio que era positivo.

Tuvo miedo que fuera un falso positivo. La etiqueta decía que podía ocurrir., que la efectividad del método era del 99%, por lo que había un 1% de error. Salió de nuevo hacia la farmacia.

Le solicitó un nuevo test al farmacéutico. Cuando éste se giró para ir a buscarlo Sophie lo llamó y le dijo:- Perdone, mejor tráigame dos-. El farmacéutico rió sin decir nada. Nuevamente cuando se giró para ir a buscarlo, Sophie lo interrumpió:- Mejor que sean tres-, le dijo.

El farmacéutico se volvió a dar vuelta y le explicó a Sophie que esos tests eran bastante seguros. Sophie le replicó que no le importaba, que igual quería estar segura.

-Desea usted este embarazo, señora? -Le había preguntado por curiosidad.

-Con toda mi alma!- Había respondido Sophie.

-Pues le deseo toda la suerte del mundo- mientras envolvía los tres kits.

Sophie salió de la farmacia con una sonrisa de agradecimiento.

Le parecía que su casa estaba más lejos que de costumbre.

Esperar los resultados también le pareció interminable, pero cuando vio que los 4 kits habían resultado positivos, ya no tuvo dudas.

Sabía por su experiencia anterior que un embarazo ectópico podía dar positivo también, pero Sophie tuvo la convicción que esta vez no ocurriría.

No podía esperar a la noche a que Pete volviese del trabajo.

Lo llamó a la oficina y le pidió que viniese a la casa.

Pete, asustado, le había preguntado porqué.

-No temas nada Pete. Es que necesito tenerte a mi lado, ahora.-

Pete no estaba acostumbrado a este tipo de reacción de Sophie, pero le gustó el tono de voz con que ella le había hablado.

Le pidió a su secretaria que cancelara todas las citas por 2 horas. -Tengo que ir a casa- le había dicho, sin darle más explicaciones.

-Y que les diré a los clientes- había preguntado ella.

-Pues - caviló Pete,- diles que algo inesperado me obligó a marcharme. No des más explicaciones-.

Llegó a su casa con muchas expectativas. La voz de Sophie sonaba tranquila en el teléfono, feliz y tranquila por lo que él no estaba preocupado sino curioso.

Cuando abrió la puerta, la vio a Sophie vestida con un camisón negro transparente que dejaba al descubierto toda su belleza de mujer, puesto que por debajo no había ropa interior.

En sus manos tenía apretado algo que no alcanzaba a reconocer. Parecían como termómetros.- Pero, que haría Sophie con unos cuantos termómetros en su mano?-.

Sophie le mostró sus puños cerrados que abrazaban los cuatro kits de embarazo.

-A que no eres capaz de adivinar que es esto? - le había dicho con una sonrisa especial. Pete vio que los ojos de Sophie tenían un brillo especial. Hacía tanto tiempo que no veía ese brillo que tanto la había caracterizado en su niñez y adolescencia!

-No- le contestó Pete- no tengo la menor idea. Que es? Parecen termómetros-.

Lentamente, Sophie abrió los puños y dejó al descubierto los 4 kits positivos que Pete reconoció inmediatamente.

-Sophie, le dijo……no me…..digas que…-..

-Si- respondió Sophie. -Lo altamente improbable se ha convertido en una realidad absoluta. Estoy embarazada-.

Pete la abrazó con más ternura si era eso posible, que de costumbre. La besó repetidamente. Sophie respondió a sus caricias como no lo había hecho nunca. En ese instante supo que estaba enamorada de Pete, y que su ceguera no le había permitido darse cuenta, hasta ese momento, que por lo mágico, había conseguido que ella tomara conciencia de ese amor.

-Los milagros ocurren a diario- había dicho Sophie.- Sólo que los seres humanos no sabemos verlos porque lo consideramos normal, pero cada nacimiento es un milagro y este embarazo no es más que uno de ellos-.

Se tiraron sobre la alfombra e hicieron el amor hasta el cansancio.

Pete no volvió a la oficina ese día ni tampoco respondió a los llamados que insistentemente le había hecho su secretaria.

-Ahora si - pensó Sophie – mi vida está completa-.

Pero la vida que nunca para, jamás deja de mover las piezas del puzzle a su antojo.

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