10 malos hábitos que deberíamos evitar al diseñar una web
La formación de malos hábitos en cualquier área de nuestra vida, es más común de lo que suponemos y en el plano profesional afectan directa y silenciosamente la productividad y competitividad con que desarrollamos nuestros proyectos web.
Los hábitos (en es especial los malos) son esos comportamientos repetidos que se forman por la comodidad que vamos adquiriendo en la manera en que hacemos las cosas y cuya decisión requiere de un pequeño o ningún raciocinio.
Las presiones por los plazos de entrega, por desarrollar mejores diseños, por hacerlos en menos tiempo, por trabajar múltiples proyectos a la vez, por trabajar con clientes difíciles, etc. Son solo algunas de las razones que seguramente terminan formando en nosotros malos hábitos como mecanismo de defensa para automatizar mentalmente las tareas y decisiones que debemos tomar.
He identificado 10 de los malos hábitos que considero más recurrentes en el quehacer cotidiano de todo desarrollador web:
Partir del enfoque equivocadoEs necesario estar completamente seguros de los intereses, objetivos y expectativas del cliente. Debemos de saber cuál es la intención grafica deseada, los contenidos más importantes a destacar, las funcionalidades más esperadas, las imágenes más apropiadas, etc.
Aunque pareciera algo obvio, son muchos los casos en que pecamos de un exceso de confianza y creemos que fácilmente hemos captado los verdaderos intereses del cliente, es mejor tomarnos unos minutos y asegurarnos de haber comprendido las razones y objetivos primarios del proyecto.
Diseñar antes de planificarOcurre que a veces no se ha terminado de secar la tinta de la firma del contrato y ya hemos abierto el Photoshop para empezar a diseñar. Es vital darnos el tiempo necesario para planificar, ordenar y preparar los materiales multimedios, logísticos y estratégicos que nos servirán para un eficiente y consistente desarrollo conceptual del diseño.
La preparación de los recursos, la búsqueda de las mejores fuentes de referencia e inspiración, la determinación de las funcionalidades necesarias, las incorporación de la estrategia comunicacional, son apenas algunas cosas que debemos incluir en nuestra planificación y que sin duda hará de nuestro proyecto un trabajo más completo y a prueba de balas (esas que abundan en la reuniones de seguimiento con el cliente).
Cruzar la línea que separa una referencia de una copia descaradaCuando el tiempo es corto y la inspiración también, podemos ser presas fáciles de la tentación de apoyarnos demasiado en diseños de referencia, llegando a niveles de copias exactas de algunos o muchos elementos del diseño.
Más allá del de la falta de ética, originalidad y profesionalismo que eso implica, lo que realmente es peligroso, es el riesgo de que la similitud sea tan obvia que algún día el cliente se entere y nos confronte por ello. Debemos de aprender a usar las referencias inspiracionales con suspicacia, sabiendo darles nuestro propio estilo e identidad grafica.
Copiarnos a nosotros mismoEste mal hábito suele hacerse presente tarde o temprano en el ciclo de trabajo de todo diseñador, donde corremos el riesgo de volvernos muy predecibles en nuestro estilo y propuesta. Debemos de estar atentos y no ceder siempre a la comodidad de trabajar bajo el estilo que ya dominamos.
Para mantener o mejorar la competitividad de nuestros estilo, debemos proponernos desarrollar diseño originales, diferentes y enteramente personalizados para cada proyecto, exaltando esos rasgos y detalles que nos caracterizan, buscando crear un sello de identidad en nuestro estilo de diseño, logrando que nuestro portafolio ponga en evidencia que somos capaces de crear soluciones creativas para todo tipo de proyectos.
Dejar el contenido por ultimoEl contenido no es simplemente el “texto de relleno” que ocupara los espacios en blanco que vamos dejando en nuestro diseño, el contenido es la guía comunicacional del proyecto, de él depende: la estrategia e intención de los textos y mensajes a presentar, la composición de los elementos, el diseño tipográfico, la intención de los gráficos de soporte y los criterios de legibilidad que aplicaremos.
Es posible que podamos construir un sitio web simplemente con el logo, algunas imágenes y un par de párrafos de textos, pero es casi seguro que esa decisión nos llevara a tener que ajustar después muchos de los elementos diseñados, además es imposible poder inyectarle al sitio el sentimiento y funcionalidad deseados, si las bases del diseño fueron establecidas enteramente por el desarrollador.
Hacer las cosas más complicadas de lo que deben serSucede que muchas veces nuestro sentido de compromiso y estándares de calidad nos llevan a casi perder el sentido práctico de las cosas. Debemos de ser capaces de entender la medida exacta de la necesidad del cliente, no dejándonos contagiar excesivamente por su entusiasmo (a menos que la paga lo contemple), ni tampoco manteniendo una actitud defensiva hacia sus ideas.
Es necesario aplicar toda nuestra experiencia para visualizar la medida correcta de las expectativas y necesidades del proyecto, recordemos que sobredimensionar las palabras y peticiones del cliente, además de aumentar nuestra carga de trabajo ocasionara que no logremos dar en el punto exacto de su satisfacción.
Obsesionarnos en una sola cosaOcurren ocasiones en que es evidente nuestro énfasis en determinadas detalles o secciones del sitio, mostrando descuido o simplicidad en otras características y/o funcionalidades. Debemos de ser capaces de distribuir todo nuestro entusiasmo y sentido detallista en la mayor cantidad de etapas y áreas del proyecto para garantizar un trabajo integro y consistente.
Si nuestro énfasis se debe a la mayor atención que le damos a nuestra área de especialización (si somos diseñadores a lo visual o si somos programadores a lo funcional), debemos de considerar seriamente la opción de subcontratar otros servicios para garantizar la calidad técnica de todas las áreas del proyecto.
Prescindir de un plan de trabajoLa seguridad y confianza que vamos adquiriendo conforme pasan los proyectos, muchas veces ocasiona que nos volvamos apáticos o sobrados con esta herramienta de control administrativo, si nunca la hemos usado no nos provoca hacerlo y si la usamos en nuestros inicios, vamos silenciosamente dejando de usarla.
Como profesionales no debemos subestimar el apoyo que esta herramienta puede darle a la fluidez de ejecución de nuestro proyecto, pues nos permite: darle orden preciso y estratégico de las tareas (priorizar), programar las necesidades de información para cada etapa del proceso y nos da un sentido de disciplina hacia el cumplimiento del tiempo propuesto para la ejecución del proyecto.
Un proyecto es monetariamente exitoso solo en la medida en que logramos cumplir los plazos programados para su ejecución, cada día o semana extra significan más tiempo de nuestra atención y por consiguiente menos rentabilidad.
Ponerse y/o poner al cliente en primer lugarNo debemos olvidarnos que el diseño, ni es para nosotros ni es para el cliente, el diseño de la web es para los clientes de nuestros clientes. Tanto la estrategia de comunicación, como la apariencia y la funcionalidad del sitio deben de ser hechos pensando en el mercado meta para el que estratégicamente se está construyendo.
Es nuestra obligación comunicarle esto al cliente y dejarle claro la trascendencia de pensar en el mercado meta para cualquier decisión estratégica que necesitemos tomar.
Dejar demasiadas cosas para el finalPrimero es un icono, luego una animación, después una categoría, hasta terminar con un gran listado de pendientes que se nos fueron acumulando, cosas que luego con el tiempo en contra no habrá otro remedio que hacerlas a la ligera.
Lo recomendable es que programes una tarde de cada semana a terminar únicamente los pendientes acumulados durante esos siete días, de esta manera podrás irlos evacuando con toda la motivación y tranquilad necesarios para no afectar la calidad de tu diseño.
Henry Ramirez Devany Desarrollador y consultor web
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