Relojes de Pulsera IWC

De las muchas compañías de relojes Suizas que valen la pena, solo una ha sido fundada por un Americano – la IWC o Compañía Relojera Internacional. La compañía tiene sus raíces en una idea en la cabeza de Florentine Ariosto Jones, quien para ese entonces tenía 27 años y vivía en Massachusetts. El quería iniciar una compañía fabricante de relojes en Suiza que hiciera relojes de alta calidad, pero que fueran baratos e importarlos a los Estados Unidos. Para poder empezar esta gran empresa, Jones contrató los servicios de Johann Heinrich Moser, un relojero de Schaffhausen, un pueblo Suizo de habla Alemana.

Aunque los relojes hechos por la IWC eran de buena calidad y el plan de negocio de la compañía era sensato, Jones finalmente fue abatido por las exorbitantes tarifas y otros obstáculos para poder traer sus productos a los mercados Americanos. En 1875, la compañía se declaró en bancarrota y Frederick Seeland se hizo cargo, quién también era Americano. La IWC estaba solo un poquito mejor bajo el liderazgo de Seeland y la compañía pronto pasó a manos de Johann Rauschen bach-Vogel, quien para ese entonces era un ejecutivo de la IWC. Su familia vendría a ser la dueña de de IWC durante las siguientes cuatro generaciones.

Durante principios de 1900 la IWC prosperó y aunque su producción y venta bajaron drásticamente durante la Gran Depresión, se mantuvo a flote gracias a su compromiso con la innovación y la creatividad. En 1899, la IWC ya había empezado a fabricar relojes de pulsera utilizando mecanismos calibre 64 que tradicionalmente se usaban en relojes de bolsillo para dama. Durante la Primera Guerra Mundial, la IWC empezó a fabricar un reloj de pulsera para caballero que contenía su propio mecanismo calibre 75.

Entre las historias de éxito de la compañía estuvo la ocasión cuando sus agentes Portugueses les solicitaron que produjeran un reloj de pulsera de talla muy grande. En respuesta a su solicitud, la IWC diseñó y fabricó el Portugués, que era un reloj de pulsera grande que funcionaba con un mecanismo que originalmente había sido usado para relojes de bolsillo. Este modelo en particular fue refrescado en 1993 y al día de hoy, retiene su lugar entre los relojes mejor vendidos de la IWC.

En la segunda mitad de 1930, la IWC produjo el Mark IX, que era un reloj con propiedades anti-magnéticas diseñado específicamente con pilotos en mente. La moderna iteración de este reloj, disponible en la actualidad, es el Mark XV. Un modelo anterior del reloj Mark está entre los relojes más valorados en las subastas y lo mismo sucede con el Mark XI, el cual contiene el reconocido mecanismo calibre 89 de la IWC.

A pesar de haber sido bombardeada por los Aliados durante la Primera Guerra Mundial, la fábrica de la IWC en Schaffhausen sobrevivió y continuó fabricando relojes. Cuando la guerra terminó, aunque había perdido su mercado Europeo por la ocupación de los Soviéticos, la IWC prosperó reestableciendo viejas conexiones, de las cuales muchas eran sus contactos con América. La IWC incluso lanzó nuevos modelos de relojes durante este período y uno de ellos, el Ingenieur, incluso tuvo el honor de ser el reloj elegido por Sir Edmund Hillary para usarlo en su ascenso a la cumbre del Monte Everest.

Hacia finales de 1970, la IWC se encontró otra vez en graves apuros económicos y fue comprada por el VDO, un conglomerado de compañías Alemanas. Luego se formó una relación entre la IWC y la F.A. Porsche de fama automovilística, aunque esta sociedad ya no existe en la actualidad.

La IWC había confiado mucho en mecanismos fabricados por compañías externas, luego modificados internamente, en años recientes la IWC empezó a enfocarse más en la fabricación de sus propios mecanismos.

La IWC ha estado bien servida por sus principios de fundación de innovación y practicidad y sus relojes continúan estando a la moda sin ser llamativos. De las muchas compañías modernas que fabrican relojes, la IWC debe ser nombrada entre las pocas que se adhieren a las viejas tradiciones de acabar cada uno de los relojes a mano, en lugar de utilizar la línea de producción para construirlos.

En la actualidad, la compañía está siguiendo la tendencia de cajas de reloj cada vez más grandes, de las cuales todas contienen mecanismos propios de la IWC. Los mecanismos tales como el Calibre 80111, que se encuentra en los modelos Aquatimer, Engineer y DaVinci o el Calibre 98, que se puede encontrar en los relojes el Portugués, Pilot’s Watch y Portofino.

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