Las cucarachas: esos seres resistentes
Una invasión de cucarachas en el hogar constituye un serio problema por dos razones fundamentales. En primer lugar por la seria amenaza contra la salud que estos animales representan y, en segundo lugar, por las dificultades que entraña su eliminación.
Por lo que respecta al primer punto, hay que decir que los alérgenos provenientes de las cucarachas predisponen al asma en los niños y empeoran los síntomas de esta enfermedad más que ningún otro factor conocido.
Las cucarachas pueden también transmitir enfermedades a través de su mordedura, pero ésta no es una forma habitual de transmisión, ya que raramente van a entrar en contacto directo con el ser humano.
Con lo que sí entran en contacto habitualmente es con los alimentos destinados al consumo humano y con los utensilios de cocina que se utilizan para su preparación. Sobre su cuerpo transportan organismos causantes de diferentes formas de gastroenteritis que pasan inmediatamente a esos alimentos o a esos utensilios de cocina por simple contacto.
De todo lo dicho anteriormente es fácil deducir que la lucha contra la presencia de las cucarachas en la cercanía del ser humano es un elemento básico en la preservación de la salud de este último.
Y de lo dicho anteriormente también se puede deducir que una de las primeras trincheras en la lucha contra estos nocivos insectos debe de situarse en las cocinas de los hogares.
La primera medida en esta lucha debe de ser, por tanto, el mantenimiento de unas medidas de higiene exquisitas en las cocinas. Se deben realizar campañas de limpieza a fondo regulares y permanentes.
Además no se debe de bajar la guardia porque se deje de advertir en algún momento su presencia. Hay que tener en cuenta que las cucarachas son animales nocturnos que pasan tres cuartas partes de sus vidas en las grietas y rendijas que les sirven de refugio.
Por tanto, se calcula que por cada cucaracha que se ve hay 200 más escondidas.
Además las cucarachas se encuentran entre los animales más resistentes del planeta. A través de ciertos fósiles, se calcula que llevan más de 300 millones de años sobre la faz de la tierra.
Son capaces de sobrevivir más de un mes sin agua y, en caso de necesidad, pueden alimentarse de los restos de pegamento presentes en la suela de un zapato.
Así pues, en la lucha contra las cucarachas, no hay que darse por satisfechos con la simple utilización de un insecticida y unas medidas de higiene adecuadas. La vigilancia debe ser continua. Su capacidad de resistencia hace que haya que mantener la guardia siempre alta.
escrito por Paula Raul
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