Formación bonificada para empresas: principales características

En el modelo de Formación Bonificada, las empresas disponen de un crédito para la formación continua de sus trabajadores cuyo importe resulta de aplicar a la cuantía ingresada por cada empresa el año anterior, en concepto de cuota de formación profesional.

En cada empresa se determina un porcentaje del total de la cuota en función de su plantilla, de tal forma que cuanto menor sea el tamaño de la empresa mayor sea dicho porcentaje. En todo caso se garantizará un crédito mínimo para todas las empresas, por ejemplo para el año 2010 el crédito de formación mínimo es 420 euros. En la modalidad de Demanda, las empresas podrán planificar, organizar y gestionar de un modo independiente el Plan de Formación o los cursos independientes, o también contratar su ejecución a Entidades Organizadoras (centros o entidades especializadas de formación).

Las empresas no tienen que presentar solicitudes de financiación anual para sus planes de formación, ya que a primeros de cada año dispondrán de un crédito para la formación en función de cantidad ingresada en concepto de cuota de formación profesional durante el pasado ejercicio. Con este crédito se ejecutarán los planes de formación y su coste se deducirá de las cotizaciones mensuales a la Seguridad Social.

Durante el año 2010, para las empresas de 1 a 5 trabajadores, no se dispone de ningún porcentaje, pero sí de un crédito de formación fijo de 420 euros por cada empresa.

Por lo tanto, cada empresa sea cual sea su tamaño, su actividad o su ubicación, podrá utilizar su crédito de formación y elegir qué formación quiere hacer, con qué contenido, cómo la hace y cuándo la hace, prestarla de forma directa, o bien, a través de un Centro de Estudios, o de quien libremente decida. Y para ello podrá deducirse los costes directamente de las cotizaciones que paga a la Seguridad Social