Comprarse un móvil nuevo no es tan fácil como parece

Desde que mi teléfono móvil empezó a dar problemas me fui haciendo a la idea de que tendría que hacerme con uno nuevo por necesidad personal. Pero ahí no queda todo, también tengo que decir que me gustan las nuevas tecnologías y en el mundo de la telefonía móvil ha habido muchos cambios en muy poco tiempo. Cuando vi que no me quedaba otra, decidí mirar en Internet y me pasé por más de una tienda para preguntar y hacerme con más información. A todos nos sorprende ver la oferta tan apabullante de marcas y sistemas que hay en el mercado hoy en día. Entre Blackberry, móviles que funcionana con Android o iPhones no sabía muy bien qué elegir. El iPhone, por muy bonito que sea y lo mucho que me guste, se me salía de presupuesto. Por lo que respecta al sistema Android, desconocía en parte sus posibilidades, pero algo sabía de él. Además, solo hay que meterse en Internet para ver toda la información que hay acerca de este sistema.

Lección aprendida: conocer la necesidad real que tenemos y el presupuesto que estamos dispuestos a gastar

Después de haberlo pensado y consultado con la almohada, me pareció que lo mejor sería hacerme móvil que usara Android. A la hora de elegir una marca, consulté en varios sitios de Internet para leer comentarios y valoraciones. Cuando vi uno que me convenció y que estaba dentro de lo que tenía pensado gastarme, fui a la tienda y me hice con él. También hay que tener en cuenta la factura que queremos contratar al hacernos con un teléfono de última generación, ya que son ligeramente más caras. El móvil no se me salió de presupuesto y tiene muchas funciones funciones de las que me habían gustado al informarme. De momento, no tengo niguna queja. Lo bueno es que he aprendido una lección y os aconsejo que a la hora de haceros con un nuevo teléfono móvil seas conscientes de la necesidad, del uso que le queréis dar y el presupuesto que tenéis. Si lo pensamos bien y nos informamos antes de hacernos con él, terminaremos satisfechos y nos evitaremos sorpresas innecesarias.