Hincha del fútbol: no te necesitamos!
Si usted es un hincha, si usted odia a los hinchas, si usted es imparcial, o todas las anteriores, favor leer el siguiente articulo con detenimiento, le interesa.
Voy a comenzar por mencionar 3 aspectos básicos que definen el perfil de un hincha en nuestro país: es hombre joven, es o se cree soltero, y tiene un nivel de ingresos que deja mucho que desear.
Si usted se siente identificado con este perfil, o tiene el infortunio de tener amigos en ese perfil, lamento informarles que algún día –y ojala sea pronto- su equipo del alma le va a prohibir la entrada al estadio, la razón: usted es lo peor que le pudo pasar al fútbol.
Por su culpa, equipos no solo colombianos, sino de ligas tan reconocidas como la argentina, han estado a punto de la quiebra. Por su culpa la sociedad se ha atrasado. Por su culpa estamos perdiendo una generación entera. Por su culpa se tiraron el Santuario de Monserrate. Por su culpa y sólo por su culpa.
Para que todo eso deje de suceder, los equipos de fútbol DEBEN evitar la entrada de varones solteros, jóvenes y de menos que opulentos recursos a los estadios. Si logramos que nuestros equipos de futbol impongan esta sensata y hermosa herramienta de discriminación, por fin llegaremos al punto donde el futbol sea realmente un deporte honorable y rentable.
A pesar de que aprecio a los varones solteros, jóvenes y con ingresos inferiores al salario integral, y sin caer en la homosexualidad evidente, esta discriminación que propongo tiene 3 justificaciones claras, primero, mejorarían los ingresos de los equipos, segundo, reduciríamos los gastos incurridos por la sociedad en seguridad y en los servicios de hospitales, medicina legal y cárceles tan usados por hinchas y finalmente, evitaríamos la perdida de toda una generación de colombianos que van a crecer creyendo que 11 negritos corriendo detrás de una bola por un salario son un mejor modelo a seguir que su honrado, trabajador y gordinflón padre.
Hasta ahora usted lector desprevenido dirá, este pedante si habla mier….. pues no, no es eso, es normal que así lo piense, ya que el no saber es como el no ver, pero para demostrárselo voy a explicarle en lenguaje parroquial porque tengo la razón.
Ahora si, vamos a los argumentos. Primero con el primero. ¿Cómo vamos a mejorar los ingresos de los equipos? Aplicando la misma herramienta que muchos equipos de béisbol, de automovilismo y de otros deportes dirigidos por personas con cerebro han usado, y que ha sido tomada como caso de éxito en lo que compete al marketing deportivo.
¿La herramienta es? Pues en cristiano simple, el lograr que cada parroquiano que va al estadio se gaste hasta el último centavo que lleva o que tiene, es decir, la maximización del ingreso esperado por cliente.
Y ahora viene el secreto, ¿cómo lograr eso si en la actualidad el hincha apenas lleva lo de la entrada y algunas monedas para tirarle al árbitro? Pues tal y como lo mencioné, evitando que el hincha entre al estadio.
Para este punto el más perspicaz de los lectores dirá, ¿y entonces a quién van a dejar entrar? Y como premio a su incipiente inteligencia, les revelo la formula: los equipos deben dejar entrar solo a las FAMILIAS, no hombres solos, no mujeres solas, no amigos especiales, solo podrán entrar grupos familiares, el abuelito con los nietos, la mama soltera con el mozo y los hijos de otro, la familia funcional, la tía soltera con sus sobrinos en edad de merecer, etc etc etc, esos son los hinchas que necesita nuestro deporte.
¿Por qué dejar entrar solo a familias va a generar mayores ingresos? Pues muy sencillo, porque con seguridad el papá, la mamá y 2 niños van a pagar su boleta sin recurrir a la limosna, lo cual garantiza que van a comprar su entrada, y van a tener más dinero para consumir alimentos en el estadio, van a comprar su plástico para sentarse, y van a pagar por usar los baños y no realizar sus actos coprológicos en cualquier pared.
Entonces haga sus cuentas. ¿Será que es imposible en Bogota, por ejemplo, conseguir 10 mil familias decentes de 4 miembros para llenar el estadio? No suena descabellado. ¿Será que una familia de 4 personas consumiendo productos y servicios del estadio no le dejará más utilidad a un equipo, que 4 hinchas pagando la boleta más barata y sin tomarse ni un tinto porque para eso ya llevan otras hierbas más aromatizantes? Descabellado no suena.
Pasando a mi segundo argumento, ¿cómo vamos a reducir los gastos innecesarios en los cuales incurre nuestra sociedad por la culpa de los hinchas actuales? Pues aunque parezca increíble, es bastante probable que un padre de familia evite tirar piedras, baterías o monedas con sus hijos al lado, o que le de por arriarle la progenitora a un contrincante enfrente de su futura esposa, puede que sea mi imaginación pero me da la impresión que familia unida jamás será vencida.
El momento de hacer sus cuentas, ¿cuánto dinero cree que la policía gasta solucionando problemas? ¿cuanto dinero gasta cada ciudad arreglando el vandalismo fuera y dentro del estadio? ¿Y qué tal las cuentas de hospital y medicina legal cuando la pasión del futbol alcanza su climax? Ese dinero podría ser usado para alimentar niños pobres, pavimentar caminos, o incluso para que se lo roben los políticos corruptos, algo preferible donde por lo menos alguien gana y no todos perdemos.
Como se me acaba el espacio, es tiempo para el último argumento. Si como mencionamos el honorable papá va al estadio con su esposa, su moza o amante, y se le pegan los niños (de ella o de el, o los de ambos), es bastante plausible que se comporte como alguien decente, honorable, con sentido común y con modales.
Y ahora uno se pregunta, ¿ese no es acaso el ejemplo que debemos darle a nuestros hijos? ¿Deberían aprender a vivir a las patadas y haciendo trampas a la menor oportunidad, o aprender del ejemplo de sus padres?
Hincha del fútbol: si de verdad aprecias el deporte, aléjate de los estadios.
Exclusivo para Revista Entrada Libre - Por Orlando Joven
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