Equipo: obediencia o adhesión ?

Si trabajas o has trabajado en el mundo corporativo, seguramente habrás notado que, a pesar de que vivimos en una era de cambios organizacionales, en la que muchos de los viejos paradigmas ya no funcionan, en las grandes empresas todavía rige la filosofía de la "obediencia al jefe" (en lugar de la adhesión voluntaria al líder).

Por más que la historia haya demostrado las diferencias que estas maneras de dirigir personas tienen en cuanto al logro de objetivos, eficiencia y efectividad en el trabajo, dentro de las compañías más grandes esta política se mantiene.

Yo creo que esto se debe a 2 factores:

1) Las altas gerencias se resisten a hacer ese cambio, ya que implica el esfuerzo de interesarse por las personas en su totalidad (cuerpo, mente y espíritu), así como de escucharlas y considerar sus opiniones. Por lo tanto, en la actualidad, la metodología de "la zanahoria y el látigo" (premio y castigo) se disfraza de un "autoritarismo benévolo", en el que los jefes parecen escuchar y entender a su gente, pero en realidad sólo buscan imponer su voluntad, ya sea con órdenes en forma de "pedidos amables" o con amenazas encubiertas.

Es más fácil manipular a las personas que ganar su voluntad. Esta política, por sus características intrínsecas, "baja como cascada" a los puestos inferiores de supervisión, casi como un requisito para "estar alineado" y poder crecer dentro de la organización. Así mismo, aquellos que acceden a las nuevas posiciones gerenciales son elegidos sólo por sus superiores (que en algunas ocasiones buscan el consenso de sus pares, pero nunca el de aquellos que van a estar a cargo del nuevo supervisor).

2) Estas grandes corporaciones ostentan una posición de "poder" dentro del mercado, y por lo tanto aún no has sentido la necesidad de hacer un cambio significativo y radical de mentalidad para seguir creciendo en forma armoniosa y sostenida.

A medida que bajamos en la escala de magnitud y renombre, vemos que las empresas más pequeñas sí tienen que cambiar su enfoque para poder crecer en este mercado cada vez más competitivo. Entienden que la única manera de lograrlo eficientemente es valorando el recurso humano por sobre todas las cosas. Esto implica la necesidad de instaurar el verdadero liderazgo en todos los estratos de la organización.

Para los emprendedores que recién comienzan esto se vuelve algo imprescindible. Lo bueno es que si bien el liderazgo es una cualidad difícil de lograr, cuyo ejercicio lleva más trabajo que el control opresivo y el autoritarismo manipulador, permite no sólo conseguir mejores resultados a mediano y largo plazo, sino que también genera un clima de trabajo positivo, donde predomina el entusiasmo, la colaboración y la sinergia en cada no de los equipos de trabajo.

Esta relación sinérgica entre las personas es, a mi criterio, la que hace crecer en forma exponencial a cualquier negocio bien establecido.