Como Tener Buena Suerte en tu Negocio en Internet

¿Has sentido a veces que las cosas no salen como quieres y te dices a ti mismo y hasta a los demás: “qué mala suerte tengo”?

Es posible que eso te suceda de vez en cuando con hechos aislados, pero hoy quiero mostrarte con un ejemplo propio cómo puedes cambiar esa “mala suerte” cuando se trata de la búsqueda de metas que realmente deseas alcanzar (esto está íntimamente relacionado con tu negocio por internet).

Desde los 5 años, canté en la coral de mi colegio y ahí permanecí hasta que terminé la secundaria. No te lo voy a negar, pasé momentos por los cuáles quise salirme a toda costa (sobre todo en mi adolescencia), pero por distintas razones me mantuve.

Mi colegio, tiene la tradición de organizar para todos los diciembres el grupo de músicos, cantantes y cuerpo e baile que lo representará en los concursos intercolegiales de gaitas (música tradicional decembrina en mi país). Entrar en ese selecto grupo era realmente un sueño para mí. Yo audicioné cuando tenía 16 años y tenía 2 años por delante para graduarme. En esa oportunidad logré avanzar a la ronda final y ahí me dijeron que no había sido seleccionado para ser uno de los tres cantantes.

El año siguiente (mi último en el colegio) violví a las audiciones y esta vez sí fui seleccionado y cumplí un gran sueño que tenía y realmente lo disfruté enormemente. Además, ese año logramos quedar de primer lugar en 8 de las 11 competiciones en las que participamos (el grupo realmente sonaba muuuuy bien  .

Luego de esta experiencia, pocos meses después, se realizaron audiciones para reality shows de cantantes en mi país en los 2 canales de televisión más importantes. No me faltaron ganas para asistir a ambas.

En la primera, nos pidieron a los menores de edad que hiciéramos una línea separada de los mayores de edad (yo tenía 17).

Pasamos todo el día ahí para que luego de audicionar nos dijeran que ninguno entraríamos al programa por la edad y que fuéramos otro día a otra audición para un programa infantil. Salí decepcionado porque realmente mi interés estaba en el programa de cantantes e invertí todo un día sin comer, con muchos nervios, practicando, etc. (son días muy desgastantes emocionalmente hablando).

Meses después asistí a la audición para el programa en el otro canal de televisión. La divulgación de las fechas de audición no fue la más correcta y me enteré de la misma un día antes. El problema de haberme enterado tan tarde fue que el día anterior de la audición me habían extraído las cordales (sí, había sufrido una pequeña cirugía). Mi cara estaba inflamada y me costaba abrir la boca (sólo un pequeño detalle para poder cantar

Aún así, al día siguiente de la cirugía le indiqué a mi padre que me llevara hasta el sitio. Me dejó ahí, llené las planillas, esperé por mi turno y traté de cantar lo mejor que podía con mi boca inflamada y sin poderla abrir muy bien. El resultado… ¡pasé a la siguiente ronda!

Una vez en esa segunda ronda una semana después y yo ya totalmente recuperado sentía que nada ni nadie podría impedir que yo llegara entre los que seleccionarían para el programa. Llegué al sitio de la segunda audición bien temprano en la mañana y por tratarse de una audición de tipo nacional mi turno fue ya de noche. Mucha espera, muchos nervios, mucha hambre, sudor… (realmente son experiencias de las que sales exhausto).

Unos minutos antes de audicionar, el conductor del programa se dirige a todos los participantes y nos indica que por ningún concepto aceptarán menores de edad (a mí me faltaba sólo un mes para tener 18). Fui a hablar con él personalmente y desesperadamente le dije que yo cumpliría la mayoría de edad en un mes  y él me dijo: “eso lo decide el jurado”.

Luego todo un día de espera, fue mi turno. Caminé hasta la tarima y comencé a cantar frente al jurado y a todos los demás participantes (creo que mis piernas no podían estar temblando más). Mientras yo cantaba veo que uno de los jueces señala “algo” en mi planilla (mi edad) y marca una X… ese fue el fin de ese intento. De nuevo, frustración.

Tuve la enorme oportunidad de ir un año a vivir a los Estados Unidos a una casa de familia. Fui a estudiar y a aprender inglés.

Estudié un año en un colegio público y ahí busqué la manera de ingresar al grupo coral. Así lo hice y me fue bastante bien.

Al regresar a mi país, me dan la información de que otro de los grandes canales de televisión hará una audición para otro reality show de cantantes. Como podrás suponer, yo fuí

Ese día hicieron audiciones generales y la misma noche hicieron la segunda ronda con los clasificados del día. Tuve el chance de llegar a esa segunda oportunidad. De nuevo, muchísimos nervios, hambre, escalofríos, etc.

Seleccionarían a 10 personas para ingresar en el programa y a 6 suplentes (por si algo sucedía con los 10 primeros). Luego de varias horas de espera en el frío auditorio, es mi turno, y también en esta oportunidad me toca audicionar no sólo frente al jurado, sino también frente a todos mis competidores. Ese día no se qué se escuchaba más fuerte, mi voz o los huesos de mi rodilla moviéndose eléctricamente arriba y abajo (jamás me ha sucedido algo así ni antes ni después de ese día).

El resultado ya entrada la noche fue que me seleccionaron entre los 6 suplentes. Una vez más quedaba por fuera de los seleccionados para el programa.

Aproximadamente un año después, una gran oportunidad se presenta. La franquicia de American Idol viene a Latinoamérica y una de las ciudades seleccionadas para hacer audiciones es la mía.

El lugar de la audición fue un sitio ubicado en una zona bastante peligrosa pero aún así, alrededor de las 7 de la mañana yo ya estaba ahí, en la línea de espera para audicionar. Esperé muchísimo y mi turno fue alrededor de las 4 p.m.

Algo me había parecido muy extraño. Durante la mañana el proceso fue muy lento. Sólo audicionaba una persona a la vez y luego de la hora de almuerzo algo cambió. Habilitaron 10 espacios para audicionar al mismo tiempo y avanzábamos muy rápido (no parecía una buena señal ese cambio). Cuando es mi turno, ingreso al sitio de audición y me piden que cante. Luego de 5 o 10 segundos cantando el juez me indica que me detenga y me dice “muchas gracias, no eres lo que estamos buscando”, a lo que yo le replico “pero espere, si no me ha escuchado nada, déjeme aunque sea terminar la estrofa para que realmente me escuche”, y el señor termina diciendo “ok, canta”. Apenas comienzo a cantar de nuevo entra otra persona en el sitio y comienza a hablar con el juez (yo pensaba, gracias por escucharme ¿no?). Mientras cantaba el juez vuelve a levantar su mano indicándome que me detenga y me dice de nuevo “muchas gracias, no eres lo que estamos buscando”.

A esa audición yo asistí con varios amigos y amigas que cantaban muy bien y a todos nos sucedió lo mismo. Más adelante nos enteramos que por error de organización en horas de la mañana sin darse cuenta ya habían seleccionado todos los cupos disponibles de participantes, por lo que quienes cantamos en la tarde ya estábamos eliminados antes de participar… Sentimiento de nuevo: frustración.

A pesar de esto, al año siguiente se realiza la segunda edición del programa y por supuesto, volví a asisitir.

Ese año logré pasar la primera audición (la organización fue mucho mejor para esa edición). Luego pasé también la segunda y la tercera sería frente al jurado de televisión (John Secada, Mimí Hernández, Gustavo Sánchez y como invitado especial, nada más y nada menos que Ricardo Montaner). De nuevo, nervios, hambre, escalofríos, etc. Ya para esa audición quedábamos sólo los 50 mejores.

En el grupo de personas que estábamos ahí veo a alguien que estudió en mi colegio, varios años mayor que yo, y que además yo sabía que en ese momento era cantante del mejor grupo de mi país en lo que se refiere a eventos sociales (bodas, 15 años, eventos corporativos, etc.). Significando algo extraño en mí (ya que no soy muy extrovertido) me le acerco y le digo “hola, yo se que tú no sabes quién soy yo pero, yo te conozco y se que estudiamos en el mismo colegio”, él realmente se mostró emocionado de encontrar en esa fase a alguien que de alguna manera tenía algo en común con él.

Estuvimos conversando y él me dice “si no pasas esta audición, te doy la noticia de que están buscando integrantes en el grupo donde yo canto, por si es de tu interés”.

Ese día, al audicionar frente al jurado, Ricardo Montaner me dijo, al respecto de mi interpretación de una balada: “te voy a decir algo que me dijeron a mí cuando comenzaba a cantar baladas: faltó la lágrima”. Realmente tenía razón, yo fui a cantar de manera que mi voz, mi afinación, mi dicción, todo estuviera en su sitio, y así fue, pero me olvidé de sentir lo que estaba cantando. Una vez más me quedé en el camino, pero esta vez con una sensación de que mi eliminación no había sido injusta, sentí que la apreciación del jurado fue la correcta, muy a mi pesar. Pero no sólo me fui de ahí con eso, también me fui con la información de las audiciones que estarían realizando en el grupo de eventos de este compañero del colegio.

La misma noche que llegué a mi casa luego de ese extenuante día de audición, busqué en internet el nombre del grupo y así llegué a su página web. Al día siguiente llamé y me indicaron el número telefónico de quién realizaba las audiciones. Obviamente lo llamé y me dijo que fuera al día siguiente. Así lo hice y luego de cantar esta persona me dice: “te voy a ser sincero, apenas eres la segunda persona que audiciona hoy y no quiero adelantarme pero tú eres lo que estamos buscando”.

El resultado de esa audición: mi ingreso al grupo más importante, con más presentaciones, mejor reputación y mejor remunerado del país. Ahí canto desde el año 2007 y he logrado crecer como cantante pero sobre todo como artista. Tengo presentaciones en promedio 2 por semana y en meses como diciembre podemos llegar a presentarnos hasta unas 20 veces, incluyendo los 31 de diciembre.

Si has llegado a este punto del artículo, te felicito, ni yo habría soportado un artículo tan largo como este ;-)

Imagino que a lo largo del mismo te habrás preguntado: ¿Qué demonios quiere decirme con este larguísimo artículo?

Y déjame decirte, es momento de explicarte qué es lo que quiero que te lleves hoy:

Te presento esta gran frase que aprendí en inglés, "we make our own luck", o lo que es lo mismo, "nosotros hacemos nuestra propia suerte"

Por más rechazos que tuve, por más tiempo que invertí (que muchas veces sentí que fue burlado), por más hambre, frío, lluvia, que pasé, yo no me rendí, yo seguí y a pesar de algo que podía ser considerado como “mala suerte”, siempre seguí. Y fíjate, al final no ingresé en ningún reality show, ingresé en algo que para mí fue muchísimo mejor (1000 veces mejor diría yo).

Nosotros hacemos nuestra propia suerte cuando no nos dejamos vencer por las derrotas, cuando seguimos adelante sin importar lo que nos sucede y sobre todo, analizando y corrigiendo en el camino.

En los negocios por internet tenemos que hacer lo mismo. No te harás millonario de la noche a la mañana, pero si tú realmente quieres un estilo de vida diferente al que has vivido o con el que has crecido, entonces tienes que luchar por él.

Quizás realices varias páginas web y busques generar dinero con marketing de afiliados y no funcione, eso es totalmente normal, pero si continúas preparándote, probando cosas nuevas, buscando alternativas y sobre todo, si eres lo suficientemente persistente lograrás lo que deseas y créeme cuando te digo que lo disfrutarás mucho más que si lo hubieses logrado con tu “primera audición”.