Qué es el SEO y para qué sirve. Sin tecnicismos.

SEO significa exactamente “Search Engine Optimization”,  lo que en castellano viene siendo “optimización para motores de búsqueda” y en “español”, para ser más concretos, “Optimización para Google”. Porque  en España no es lo mismo el castellano que el español…

Aquí, para buscar contenido en la red, sólo utilizamos Google.  De hecho cuando un español habla de Internet no habla de la World Wide Web ni nada de eso. Habla de Google. Vamos, que si le cambias la página de inicio inmediatamente está llamando a Telefónica pidiendo que le vuelvan a poner “el interné”. Pero no se ofendan, es algo normal.  Me remito a un invento propiamente español: El “Chupa Chups”, nadie le dice al kioskero “deme un palito con caramelo en una punta del mismo”,  sino “dame un “chupachús”, por muy ridículo que suene.

Y ahora viene la verdadera cuestión: optimización…¿Eso qué es?

Etimologicamente hablando, “optimización” es “la acción y efecto de optimizar”. Y “optimizar” es “buscar la mejor manera de realizar una actividad” (Los de la RAE tampoco se mojan mucho). Así que para definir la Optimización de la que hablamos podríamos decir que se trata de dejar  un sitio Web en estado “óptimo” (valga la redundancia), para que Google le de su aprobación para mostrarlo al mundo.

Ahora bien, esta optimización es completamente subjetiva, ya que se rige mediante una seríe de criterios impuestos por Google según lo que ellos creen que hace óptima una Web. Que sean lógicos o no es otro asunto. Pero lo que es incuestionable es el misticismo que rodea a estos señores encargados de dicho algoritmo. Nadie los conoce y, por lo visto, trabajan aislados en un punto remoto del planeta.  Además “dicen” que son más de 300 factores distintos los que utilizan para la ordenación de sus resultados y todo lo calculan en 0,00009 milisegundos!! ¡Increible!

Lo que sí podemos afirmar es que, mientras exista un criterio para ordenar los resultados, podemos trabajar para alterar estos. Es entonces cuando aparece la profesión de unos duendecillos que se hacen llamar “optimizadores” (“optimizers” que suena más “cool”). Su labor no es otra que la del SEO. Y ciertamente es un trabajo, se lo digo desde ya, porque, por si la cantidad de criterios no era suficiente, Google los cambia cada cierto tiempo y en un  momento, lo que valía en Agosto, en Octubre ya no vale tanto. Y así desde que Google es Google (que en realidad son dos días).

Ahora, al ritmo que funciona el mundo online, esto de la optimziación para los motores de búsqueda se queda corto. Hoy por hoy al optimizer (pero qué bien suena) ya no le es suficiente colocar un sitio Web en primera página del buscador. Cosa harto lógica: “estoy en primera página… y ahora?”.

Bien, tenemos que justificar de alguna manera que este trabajo se traduce en ganancias. Se han proporcionado herramientas para medir esta eficacia, las acciones de captación de clientes por parte de las empresas ahora pueden ser medidas, ya no es el mundo a oscuras del buzoneo o de los anuncios en las radios locales a hora punta. Ahora sabemos que si nos gastamos tanto nos devuelve tanto, conceptos como “Retorno de Inversión”, “conversion” o “usabiliad” estarán en nuestro vocabulario natural a la hora de hablar de SEO (Search Engine Optimization) o posicionamiento web, SEM (Search Engine Marketing) o en definitiva cualquier acción de marketing online.

En conclusión, el optimizer ya no solo optimiza, sino que también analiza el rendimiento. Ya no son sólo optimizadores, sino que tambien son analistas, serían unos “optiminalistas”. Pero seguro que los angloparlantes encuentran un término más impactante para todo esto.