¿Abusos sexuales en la Biblia? 3ª parte

Tampoco podemos pasar por alto la actitud de Lot ante la agresiva insistencia de los sodomitas. Para aplacar su ira, como acabo de señalar, decide ofrecerles a sus hijas “que no han conocido varón” para que hagan con ellas lo que mejor les plazca. Auténtico amor de padre donde los haya. Creo que vale la pena recordarlo, a tenor de lo que acontecerá después. Parecería que las hijas vendrían a sustituir a los ángeles en la voracidad sexual de aquellas gentes, aunque particularmente me parece advertir una interesada ambigüedad, cuando no intencionalidad, por parte del narrador bíblico. De hecho, el pueblo no deja lugar a dudas respecto a que no quería nada con las hijas. Incluso parecieron ofendidos o contrariados ante la resistencia de Lot, al que acusaron de querer erigirse en juez. Quienes interesaban en esta historia eran los ángeles, y dudo que fuera por motivos sexuales.

La insistencia que demuestra el pueblo por querer “conocer” a los recién llegados tenía mucho que ver con las intenciones de tan enigmáticos forasteros y no con presuntos requerimientos sexuales. Unas intenciones que muy pronto se llevan a término y sobre las cuales parece que los sodomitas ya tenían sospechas o indicios bien fundados, tal y como después quedaría demostrado con la destrucción de las ciudades.

El caso es que la cuenta atrás ya ha empezado y los ángeles apremian a Lot para que se marche de la ciudad sin más dilación al romper el alba. No hay tiempo que perder y, como Lot aún vacilaba, ellos mismos lo llevaron fuera de la ciudad junto a su mujer y sus dos hijas.

Una vez superada la primera dificultad, los ángeles aconsejan a Lot que se dirija al monte, pero éste, temiendo que le alcance la destrucción, les pregunta si puede quedarse en una pequeña ciudad llamada Soar. Los ángeles dan el visto bueno y le aseguran que Soar quedará a salvo de la devastación, pero les advierten que emprendan ya su camino y que bajo ningún concepto vuelvan la vista atrás.

Ya había salido el sol cuando Lot y su familia llegan a las puertas de Soar. Fue entonces cuando Yahveh inicia la destrucción de Sodoma y Gomorra. A pesar de la prohibición, la mujer de Lot mira hacia atrás y se convierte en una estatua de sal.

Hay dos elementos que debemos tener muy presentes en estos últimos párrafos. En primer lugar la ciudad de Soar, y después la conversión en estatua de sal por parte de la mujer de Lot.

En la segunda mitad del capítulo 19 vemos como Lot decide abandonar la ciudad para dirigirse al monte. Sin demasiadas explicaciones se nos dice que Lot y sus hijas se instalan en una cueva. Y es ahí donde empieza la “otra historia”.

La Biblia nos introduce de repente en una conversación que mantienen las hijas de Lot: -Nuestro padre es ya viejo, y no queda en la Tierra hombre que venga a nosotros- Sus hijas, que aún no habían conocido varón, por lo que cabe suponer que eran muy jóvenes, concluyen que no hay tiempo que perder y no se les ocurre otra cosa que emborrachar al padre y acostarse con él con el propósito de concebir un hijo.

En la Biblia hay textos realmente difíciles de interpretar; difíciles cuando lo que se pretende es hacerlo sin transgredir los dogmas establecidos. Pero si lo que nos interesa es reconstruir un escenario más plausible, entonces hay otros caminos. La realidad subyacente nos habla de esa otra historia silenciada. Analicemos la situación.

La hermana mayor le dice a la menor que no hay hombre en la tierra que venga a ellas, de ahí que decidan tomar esa drástica decisión. Pero eso no se sostiene, ya que sabemos (y los protagonistas también) que Yahveh destruyó Sodoma y Gomorra, no la Tierra entera. Y más incongruente se torna esa reflexión de las hijas cuando, muy poco antes, se nos habla de su partida de la ciudad de Soar, la cual no fue destruida y, por pequeña que fuera, algún hombre habría entre sus habitantes.

¿Por qué se pone en boca de las hermanas algo que de ninguna manera podía ser cierto?

Pero sigamos adelante, como si no nos hubiéramos dado cuenta de este detalle.

Primero la mayor y luego la menor se acuestan con el padre en noches consecutivas. Previamente lo emborrachan.

En la Biblia se quiere dejar muy claro que Lot no se da cuenta de que sus hijas se acuestan con él ni tampoco cuando se levantan. De este modo se exonera a Lot de cualquier responsabilidad.

Es difícil pasar por alto que alguien con semejante borrachera, que ni se acuerda de lo que ocurre, sea capaz de mantener relaciones sexuales completas. Yo, al menos, no puedo. Si además tenemos en cuenta su avanzada edad todavía resulta más sospechoso.

Igualmente curioso, por no decir otra cosa, es el hecho de que de dos únicos actos sexuales devengan dos embarazos. Estadísticamente me parece bastante excepcional.