Fotografía puntual
La fotografía puntual es aquella en la que, básicamente, el fotógrafo debe sacar una secuencia de fotografías que tienen, como premisa, elementos combinados y coordinados de temporalidad, geografía, dirección angular y otros más que se puedan ir agregando, según la experiencia y la imaginación. Todas ellas deben ser programadas con anterioridad y su ejecución debe ser precisa, según la planificación. El fotógrafo puntual debe ejercitarse primero, antes de pasar a hacer fotografía puntual mancomunada, es decir con otros fotografos puntuales con quienes, después, se hagan reuniones de comparación, análisis y raciocinio. Las exposiciones de los trabajos las podemos hacer por internet para lo cual voy a crear un blog llamado: "Fotografía Puntual" y claro, necesito voluntarios que participen.
Un primer ejercicio básico puede ser el tomar una secuencia de fotografías con un lapso de una hora entre fotografía y fotografía. Es muy importante hacerlo de manera espontánea, para lo cual hay que procurarse un reloj que nos advierta, con una alarma, que es tiempo de tomar la foto. Cuando suene la alarma, debe detenerse inmediátamente. Mientras suena la alarma, el fotógrafo debe coger su cámara y tomar una fotografía de lo que esté, exáctamente, delante de él. No debe procurar moverse hacia ningún lugar porque es importantísimo hacerlo respetando los tiempos. No debe de importarle si está delante de una pared, no debe procurar un mejor ángulo. Si está mirando al cielo, cuando suena la alarma; fotografíe el cielo, o cualquier cosa o persona que se encuentre ahí.
El ejercicio de la temporalidad es el primero que tiene que hacerse y debe analizarse cada foto pormenorizadamente y recrear la posibilidad de haber cometido algún error, para procurar no volver a cometerlo la próxima vez que queramos hacer un nuevo ejercicio. Pueden existir "variaciones en las reglas", que cada cual se pueda imponer, para tener mayor versatilidad. Quiere decir esto que, si lo ve por conveniente, cuando suene su alarma, puede hacer un giro de 360 grados para encontrar el mejor ángulo. Lo que sí debería respetarse, para tener uniformidad profesional, es la de mantener la posición en la que nos sorprendió la alarma, no importa cuál sea esta. La alarma puede sorprendernos parados, sentados, acostados, caminando, en el parque, en nuestra casa, nuestro trabajo o la playa; fotografiemos.
El siguiente ejercicio que pudiéramos hacer es el geográfico. Consiste en fotografiar un lugar o paisaje fijo, móvil o una conbinación de ambos, con la salvedad de agregar la temporalidad. Podríamos colocar una cámara fotográfica frente al mar y tomar una foto cada hora. También se puede fotografiar una flor desde que la descubrimos como capullo y debemos fotografiarla todos los días a la misma hora. Obtendremos una secuencia excelente hasta que la flor se marchita. Es un proceso que puede durar desde un día hasta no se cuantos, según la especie de flor que escojamos. También se puede hacer con algún animal o en una calle transitada. No dudemos en consultar con cualquier persona acerca de cómo lo harían ellos o con qué. Nos vamos a sorprender de descubrir la imaginación de las personas.
Otro ejercico puede ser el de tomar fotografías a nuestro entorno en cualquier lugar que nos encontremos. Lo básico sería hacerlo sobre los cuatro puntos cardinales y sobre el horizonte. Sería conveniente, para este tipo de fotografía, procurarse una brújula para ubicar, exactamente, estos puntos cardinales. Podemos combinar una serie de modalidades pero tratando siempre de planificarlas con anterioridad para poder tener siempre una secuencia profesional. Después de ejercitarnos sobre el horizonte, podemos pasar a otra secuencia de ángulos en la vertical. Tanto en la modalidad horizontal como en la vertical, debemos hacer fotografías adelante, atrás, arriba, abajo, a la izquierda, a la derecha y una combinación de ambas, cuidando siempre de registrar los ángulos de captura.
La fotografía puntual tiene grandes posibilidades, sobre todo, cuando se hace de manera mancomunada. Un ejemplo sería que un grupo de fotografos tomen una foto a la intemperie, mirando hacia el norte, a 45 grados sobre el horizonte, a las 0 horas de Greenwich. Después, al publicarlas, podemos ver el cielo y cómo se ve las 24 horas del día en diferentes partes del mundo. De la misma manera se pueden coordinar una serie de secuencias inimaginables que, eventualmente, pueden ser la base de estudios de carácter científico, social, histórico. Creo que las posibilidades, también, son bastante extensas. Otro ejercicio que puede hacerse es usando 4 ó más fotógrafos o cámaras alrededor de un solo objetivo. La foto, en la medida de lo posible, debe hacerse en el mismo instante.
También se puede hacer lo mismo, pero fotografiando el entorno. Uno o más fotógrafos por cada punto cardinal. Las fotos deben ser tomadas al mismo tiempo también. Otra modalidad es la foto ciega. Consiste en tomar fotografías en donde no veamos, previamente, el objetivo de nuestra foto. Se puede realizar poniendo la cámara mirando atrás de nosotros, arriba, a la vuelta de la esquina, debjo de la mesa. Lo importante, en esta modalidad, es no ver el objetivo antes de tomar la foto. Otra cosa, para tomar en cuenta, es que debemos combinarla con otra modalidad, principalmente la de la temporalidad. Mientras mayores sean las combinaciones de modalidades, mejores serán los resultados a obtenerse. Ahora podemos decir que hay un nuevo mundo fotográfico por descubrir.
dantechalco@gmail.com
Dante Chalco Vargas
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