Rayando el sol
A donde quiera que yo voy me sigue, no creo que sea casualidad, más bien me hace pensar que una fuerza sobrenatural se ha empecinado en acosarme, qué digo acosarme, en tor-tu-rar-me con la voz de Fher de Maná. Hace unos once años, comenzando la década de los noventa, Nirvana influenciaba mi manera de vestir, tenía todos los discos de Aerosmith y Gun’s, el Tim Burton que me atrapó con Beetlejuice había bajado de nivel en Joven manos de tijera y yo, yo me enamoré de Laura - con un bonito ramo de novia a primera vista.
La invité a salir, ella insistió que la llevara al concierto Falta Amor, acepté embelesado por el uniforme de escuela católica y la promesa de que nos besaríamos en el coche. Yo ya intuía que esa música no sería de mi agrado o que me provocaría nauseas, aun así pasé por ella para ir al Auditorio. Se escuchaba Rayando el Sol cuando me preguntó si la estaba pasando bien mientras daba brinquitos de emoción, contesté que podría escuchar esta canción por el resto de mi vida como pretexto para tomarla de las manos. Ahí fue cuando me condené.
Una tarde manejando, encendí la radio y ahí estaba la dichosa canción de boda, cambié de estación y también estaba ahí, a tu casa yo fui y no te encontre, recorrí la amplitud modulada de un lado a otro y cada que se detenía se escuchaba la voz de Fher. Estaba en todos lados, cuando iba de compras al súper, caminando tranquilo entre los pasillos de azúcar y gelatinas ¡peeew! rayando el soooool ooo eee ooo desesperación, hasta parecía que toda la gente a mi alrededor la tarareaba entre dientes, una vez mi estéreo se encendió misteriosamente con la dichosa canción en loop. En el casamento de mi prima en Cancún la pusieron justo cuando se lanzó el ramo de novia. Día a día continuaba rayando y rayando el sol, en el parque, en la plaza, en el cine seguía escuchando esa voz.
Mi vida es una tortura, ahora ya perdí todos los CD de Nirvana y hace años que no sé nada de Laura, pero los acordes malditos me siguen por doquier. No cabe duda que es más fácil llegar al sol que dejar de escuchar esta canción.
Lorena Somocurcio
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