¿Qué se está escapando de tu radar?

Miguel era un líder de alto nivel dentro de una empresa multinacional, pero se sentía un mal padre. Un fin de semana tuvo que cumplir con su rol de padre, ese sábado debía llevar a su hijo a jugar futbol y se quedó un rato mirando el partido para que su hijo sintiera su apoyo. Su hija tenía que ir a su clase piano, pero se olvidó porque se quedó más tiempo de lo que necesitaba en el partido de su hijo. Cuando llego a la casa de la profesora de piano, ya estaba el siguiente alumno tomando la clase que le correspondía. En ese mismo momento, Miguel se sentía que a pesar de ser un hombre de negocios exitoso, era un fracaso como padre.

En su trabajo, una de sus mayores fortalezas era mantenerse enfocado en sus objetivos sin importar lo que pasara a su alrededor. Tenía una gran visión estratégica del futuro, mantenía sus ojos puestos en la mira, y sobre todo, cuando tenía en sus manos proyectos de alto nivel, sabía resolverlos y mantenía su compromiso con su grupo de trabajo.

Pasaba muchos fines de semana revisando su correo electrónico, ordenaba su agenda para poder asistir a todas las reuniones que tenía para la semana. Era muy bueno coordinando su entorno de trabajo, asumiendo toda la responsabilidad pero no podía hacer lo mismo dentro de su casa.

Pero un día, se sorprendió de que le faltara una habilidad fundamental como líder, era mantener a la gente dentro de su radar. Miguel era excelente desarrollando sus tareas y creaba estrategias de vanguardia dentro de su mente, pero tenía grandes dificultades cuando debía tener en cuenta las necesidades y prioridades de las personas. Para que tuviera éxito en su casa, debía observar cuales eran las necesidades de los miembros de su familia, de la misma forma que lo hacía para sus negocios, teniendo en cuenta lo que estaba pasando delante de su radar.

Cuando las personas están desarrollando sus tareas, muchas veces se olvidan de mantener a su radar en alerta, pero este sentido es esencial para desenvolverse como un buen líder. Ten en cuenta el caso de Francisco, él era un gerente de venta que tenía a cargo un gran equipo de trabajo, sus empleados estaban encantados de trabajar con él, porque poseía un gran instinto para ver las ventas en el momento. Observaba cada situación y de inmediato sabía qué hacer para que la situación girara a su beneficio. Tenía un sexto sentido para las ventas.

Pero un día, un empleado llamada Antonio quería actuar con rapidez para contratar a una persona como el nuevo representante de ventas, pero en ese momento Francisco estaba muy ocupado para tratar el tema, estaba negociando una campaña de ventas para una gran firma y necesitaba tener toda su atención puesta en sus objetivos. Este proyecto era la única cosa que estaba dentro de su pantalla del radar.

Después de que terminó su reunión, Francisco revisó el curriculum de esa persona y considero que no estaba lo suficientemente preparada para ese puesto, entonces decidió hablar con el departamento de recursos humanos para que no lo contrataran. Pero se olvidó que en el camino, estaba Antonio con su gran interés en esa persona, y él se enojó mucho por no decirle lo que estaba pasando. Francisco no tuvo en cuenta que era más simple, hablar directamente con él, para que no se sintiera desplazado y menospreciado en la búsqueda de un nuevo empleado. Se había olvidado de mantener su radar en alerta sobre su entorno de trabajo. Solo se preocupaba por desarrollar bien sus tareas.

Una de las cuestiones importantes para muchos líderes es ¿cómo puedo asegurarme de que las personas que son claves para mi trabajo las mantengo dentro de mi radar? El radar debe estar enfocado hacia todos los sentidos, tanto para observar al equipo de trabajo, las presiones que viven diariamente, en los proyectos y en reacciones que provoca el exceso de labor. Los empleados necesitan saber y sentir que su líder está allí, para cuando se los necesita y no solo para realizar observaciones negativas.

Para que el radar este bien enfocado hacia todos los aspectos, tanto del trabajo como a nivel familiar, se debe tener en cuenta ciertos puntos:

Haz un inventario. ¿Quiénes son las personas que están debajo de ese radar? Realiza un seguimiento de los miembros de tu familia, de tu trabajo, observa cuáles son sus necesidades y prioridades, mantenlo presente dentro de tu mente para que te ayude a enfocar tu radar.

Anótalo. Escribe por cada persona que tú consideras que necesitas realizar algún seguimiento. Haz una pequeña lista de lo que piensas que debe entrar en tu radar. Si no te acuerdas de lo que escribiste, reléelo para que te ayude a mantener a esas personas y sus prioridades, frescas dentro de tu mente. También será el inicio para que si debes dedicar alguna atención en especial sobre una persona determinada, se la brindes en ese momento.

Diles a las personas lo que necesitas compartir con ellas. Este enfoque pone a tus intenciones frente a la pantalla de tu radar.

Pregúntales a los demás si debes recordar algo en particular. Si estás en tu trabajo, interroga a tu equipo si tienes que tener presente algún aspecto que no has tenido en cuenta hasta ese momento, para ponerlo dentro del radar. Que ellos te recuerden cuando has perdido interés en algunas de tus prioridades dentro de tu radar. En tu casa, trata de pedir a los miembros de tu familia que dejen notas escritas, cuando necesitan conseguir algún tipo de atención en especial de ti. Esto te ayudará a recordar cuales son las necesidades importantes para ellos.

Tómate algo de tiempo cada día, para poner a las personas que son claves para ti dentro de tu radar. Vale la pena realizar ese tipo de actualización para que tu radar no pierda atención o se estropee. Vale la pena que realices ese esfuerzo.

Autora:  Ana Varik se especializo en Coaching y motivación personal. Actualmente se dedica al coaching de negocios. Madrid. España.

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