Malestar del empleado, algo a tener en cuenta
Las empresas de nuestro país se han visto obligadas a reducir sus plantillas para sobrevivir a la crisis que nos acompaña desde hace varios años. En algunos casos esta reducción ha sido tan drástica que las plantillas se han quedado "temblando". El despido a través de los famosos EREs (Expediente de Regulación de Empleo) ha generado sin lugar a dudas un malestar obvio dentro de las filas de los empleados, tanto de los que se quedan como de los que se van.
Es evidente que el malestar del empleado se nota principalmente entre aquellas personas que han sido "agraciadas" con el premio gordo del ERE: el despido improcedente. Si bien es cierto que inicialmente algunas de estas personas pueden estar "contentas" porque "estaban hasta las narices de este trabajo", o "ya era hora de un cambio profesional", o "aprovecharán el paro para no hacer nada y descansar durante un año"; no es menos cierto que mientras aceptan esta nueva realidad que les ha tocado vivir, algunas de ellas se sentirán tratadas injustamente y por su cabeza rondará la pregunta "¿Por qué yo y no Fulanito que se tocaba las narices?".
De igual manera, aquellas personas más afortunadas, las que todavía pueden seguir diciendo "tengo un trabajo", comienzan a dudar de su suerte. No es que se quejen por tener que levantarse a las siete de la mañana todos los días; ni por comerse colas interminables de coches antes de llegar a su lugar de trabajo; sino porque comienzan a darse cuenta de que las tareas que antes las hacía "Pepito", ahora las tienen que hacer ellos si quieren que el trabajo salga adelante. Esto implica que al final del día tienen una lista de tareas que hasta la fecha no las tenían. Y no sólo esto, sino que además estas tareas adicionales no son remuneradas ni tenidas en cuenta, por lo que los más "afortunados" se sienten ahora explotados.
De esta forma el clima laboral no sólo se ve enrarecido por la "selección rigurosa" del personal que debe marcharse de la empresa (en algunas ocasiones empañado por políticas sindicales que no permiten despedir a quienes realmente son menos productivos), sino también por la explotación de los directivos, quienes quieren seguir haciendo el mismo trabajo con un tanto por ciento menos del personal.
Esta perversión del entorno laboral no es nada positiva en el corto ni medio plazo. Es cierto que actualmente el mercado laboral está complicado, y que salir de un puesto de trabajo para entrar en otro no es tan sencillo como lo era hace unos años. Es posible que los Directivos con menos visión de futuro puedan apoyarse en esta creencia para exprimir al máximo a sus empleados. Pero no es menos cierto que si no cuidamos ahora a nuestra gente, dentro de unos meses, cuando empecemos a salir de la crisis, aquellas personas que se hayan sentido maltratadas se tomen su revancha y digan "¡Ahí te quedas con un palmo de narices!".
Es posible que a ciertos empresarios o directivos no les importe quitarse a uno o dos empleados cuando el mercado comience a recuperarse, pero ¿qué ocurriría si fuera un diez o un veinte por ciento de la plantilla la que decide irse al mismo tiempo? En una gran empresa con miles de empleados es posible que el impacto fuera mínimo (y aún así habría que analizar el riesgo), pero ¿y en una pequeña o mediana empresa (pyme)? El resultado podría ser catastrófico, ya que el tiempo de contratación y el coste del nuevo empleado podría verse incrementado significativamente al aumentar la demanda de las empresas por nuevo personal.
Luego es importante cuidar al personal que trabaja con nosotros. No sólo eso, sino que hay que premiar a aquellos que trabajan bien y de forma eficiente, al tiempo que hay que ayudarles a desarrollar sus habilidades para que puedan seguir creciendo dentro de la empresa, al tiempo que es justo que en estos momentos de exceso de trabajo se pueda realizar una optimización de los procesos de negocio con el objetivo de reducir el número de tareas innecesarias que permitan aumentar la eficiencia del trabajador.
José Mª Garteiz Director de Consultoría Garaster Consulting
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