La permuta, una alternativa a la compraventa

Muchos de nosotros al oír la palabra permuta nos preguntamos que ventajas tiene, es mejor cambiar algo que venderlo, como puede haber una rentabilidad en un cambio.

Es sencillo, la permuta es un contrato que sirve para regular el trueque, un método de pago muy antiguo que existe desde antes de la invención de la moneda y que se basa en el intercambio equivalente de objetos.

Si bien es cierto que la permuta tiene muy poco peso hoy día, no es inexistente, de hecho en épocas de crisis económica puede ser una alternativa a la hora de comprar una vivienda, o lo que es decir hacer un cambio de vivienda sin que este radique en aumentar nuestra hipoteca.

A la hora de permutar no hay ningún precio mínimo establecido, pero si valores para poder pagar los impuestos correspondientes. La permuta de una vivienda, al igual que un contrato de compraventa, se cumple con el consentimiento de ambas partes. Pero, a diferencia de la compraventa que hay dos partes diferenciadas (vendedor y comprador), en la permuta ambas partes gozan de igualdad de condiciones. En el caso de que una vivienda esté hipotecada esta se ha de subrogar al nuevo propietario de la hipoteca, constituyendo una nueva o cancelándola.

Pero, en el caso de que las dos viviendas estén hipotecadas, ambas partes deben subrogarse a las respectivas hipotecas. En este caso si que habrá que calcular muy bien los valores y cuantías de las hipotecas que quedan por pagar para saber si hay que hacer compensaciones económicas.

Para poder subrogar una hipoteca hay que hacer una escritura notarial, en esta debe intervenir la entidad bancaria como posición acreedora. Para esto se hace un cambio por el cual el nuevo titular se posiciona en las mismas condiciones que el anterior. Una vez subrogada hay que incribir la vivienda en el registro de la propiedad.

La permuta es gravada por dos impuestos, uno es el impuesto de transmisiones patrimoniales, actualmente debe rondar por un 7% del valor del inmueble. El segundo es el Incremento del Valor de los Terrenos (plusvalía), grava el beneficio que se ha obtenido a lo largo de los años. O lo que es decir, la diferencia entre el valor que tuvo en el momento en que se compró y el valor que tiene actualmente.

Las características del contrato de permuta son las siguientes: es traslativo de dominio, este sirve para transmitir la propiedad, es oneroso para lo cual es necesario un intercambio, sino sería una donación de bienes. Es conmutativo, ambas partes suelen tener las mismas obligaciones y derechos. Es aleatorio por excepción. Es Instantáneo o de tracto sucesivo. Es consensual, este perfecciona por el mero hecho de consentirlo, aunque en algunos casos haga falta cumplir formalidades para hacer frente a las obligaciones que surgen del contrato.

Las obligaciones de las partes residen en transferir la propiedad de las cosas o derechos permutados, entregar la cosa o posesión, responder por los vicios ocultos, garantizar una posición pacífica, responder de la evicción, pagar la parte que corresponda por ley en cuanto a gastos de escritura y registro y pagar los impuestos que correspondan por ley.

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