Líderes virtuosos, ingrediente activo en la fórmula para el crecimiento rentable
Hace algunos días mientras me trasladaba del trabajo a mi hogar escuché por la radio una entrevista que le realizaron a Carlos Niezen, socio director de Estrategia de Accenture México, derivada del estudio que se presentó en Puerto Vallarta en el Foro Económico Mundial en América Latina 2012. En ese informe se resalta que un reducido grupo de empresas latinas encontró “la fórmula para el crecimiento rentable” (entre ellas unas empresas Mexicanas).
Mencionaba que el objetivo del estudio fue entender la “fórmula” de aquellas empresas que lograron un alto crecimiento durante los últimos 10 años. Así mismo destacó que de 529 empresas investigadas, solo 27 lo lograron.
Las características comunes encontradas fueron: Tienen metas muy ambiciosas, un negocio enfocado y una fórmula sencilla.
Al escuchar este reportaje me sorprendió bastante la similitud de resultados con el artículo publicado por la revista Harvard Bussines Review América Latina en julio de 2005 acerca del hallazgo de Jim Collins, cuando realizó una investigación de 5 años (de 1996 al 2000) para responder la pregunta ¿Puede una buena empresa convertirse en empresa excelente, y de ser así, cómo?
El resultado fue similar al actual, de 1435 empresas Estadounidenses estudiadas solo destacaron 11 de ellas. La “fórmula” detectada también fue muy parecida: Objetivos muy ambiciosos, simplicidad y disciplina.
Lo realmente interesante es que sin proponérselo en ese entonces, Jim Collins detectó algo que llamó Liderazgo de nivel 5. Directores con personalidad modesta y voluntariosa, tímida e intrépida. En resumen, humildad + voluntad.
Como el objetivo en ese tiempo no era estudiar la psicología de los líderes de esas 11 empresas, Jim Collins solo se limitó a detectar algunas características comunes entre ellos. Al final de ese artículo menciona: “Nos gustaría poder entregarle una lista de pasos para alcanzar el nivel 5 aparte de contraer cáncer, experimentar una conversión religiosa o conseguirse otros padres, pero no tenemos datos de investigación sólidos que respalden una lista creíble”
De acuerdo a esos antecedentes, lo que puedo aportar al respecto es que esos líderes, a diferencia de los demás, tenían un gran carácter y no un gran carisma. Ese carácter se debió forjar precisamente con las adversidades que sufrieron, les ayudó a dominarse y por lo tanto fueron personas virtuosas que sirvieron de ejemplo y guía para los demás.
Si partimos de la idea de que la base de las buenas decisiones son las personas virtuosas, no será difícil comprender la relación que Jim Collins halló en su estudio.
La buena noticia es que no es necesario pasar por calamidades para ser virtuosos.
Debemos entender a la persona virtuosa como aquella que es asistida por la prudencia, fortaleza, templanza, justicia y además de esto, cree profundamente en algo.
Esas virtudes ayudan al líder para tomar una decisión, ya sea al realizar un diagnóstico para saber dónde se encuentra o qué terreno está pisando, al tomar una decisión o para determinar dónde quiere estar, y al mandar o saber llegar al punto lo propuesto.
Lo curioso es que tanto en las últimas décadas del siglo pasado como en la actualidad, la mayoría de las personas se dejan atrapar por el carisma y el “parecer ser”. Es por eso que les sorprende ver triunfar a personas que no corresponden al prototipo de líder que se nos ha vendido por mucho tiempo.
Hasta el momento solo sé que de las empresas latinas, una de las mexicanas es Compartamos Banco. Deberíamos investigar si sus líderes tienen las mismas características mencionadas.
Llegar a ser una persona virtuosa evidentemente no es algo sencillo de desarrollar, se requiere un gran esfuerzo y una firme determinación e inspiración.
Para poder ser un gran líder debemos iniciar por dominarnos a nosotros mismos. Realmente esa es la fórmula de las personas y empresas exitosas.
Pero se preguntarán: ¿Cómo damos el primer paso?
Les comparto un ejercicio que me enseñó mi maestro René Llamas Rembao: Lleven una bitácora diaria donde cada día registren lo bueno, lo malo y lo que pueden mejorar. Seguramente les será de gran ayuda para reflexionar e iniciar a tomar mejores decisiones.
Bibliografía
- Jim Collins (2005, julio). Liderazgo de nivel 5: El triunfo de la humildad y de la férrea determinación. Harvard Business Review América Latina. Editorial Vertical reimpresión R0507M-E
- Encuentran empresas latinas “fórmula para el crecimiento”. Grupo mundo ejecutivo 17 abril 2012.
Edgar Ortiz Cuevas.
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