Un hogar con estilo propio como respuesta a los problemas diarios
Todos los días enchufamos el televisor, escuchamos la radio y leemos el periódico y no encontramos más que decenas de noticias negativas que nos aturden y nos desaniman: que si la deuda de los bancos es desorbitada, que si el Euribor sube, subidas de impuestos, nuevos conflictos armados en diferentes lugares del mundo… y es que además de los problemas a los que nos enfrentamos a diario, la información que recibimos por parte de los medios de comunicación no invita al optimismo.
Por ello el hogar debe ser nuestro pequeño espacio, en el que nos podamos liberar de tantas tensiones y mostrarnos con naturalidad, tal y como somos. Nuestro hogar debe convertirse en el refugio ideal en el que nos aislarse de todos los problemas que nos acosan cada y seamos capaces de descansar y cargar las pila para salir a delante de nuevo. Para ello, nuestra casa debe ser reflejo de nuestra personalidad, de lo que somos, creando así un entorno en el que nos sintamos seguros y a salvo del exterior. En este sentido, el estilo de decoración que elijamos juega un papel muy importante, ya que para nada es lo mismo llegar a casa y encontrarnos esa sensación de calma y seguridad al entrar en un entorno que nos agrada y con el que nos sentimos identificados, que llegar a un lugar en el cual no nos resulte agradable vivir, más bien deprimente.
Bien es cierto que es bueno dejarse aconsejar para elegir la decoración de la casa, pero debemos ser nosotros y solo nosotros los que tengamos la última palabra a la hora de elegir el estilo del que queremos imprimir nuestro hogar. Un ejemplo muy común es la elección de los muebles. Muchas veces no nos atrevemos a elegir ciertos muebles porque no estamos seguros de si es lo que buscamos y al final, acabamos eligiendo lo mismo que el resto de la gente. Sin embargo existe gran cantidad de muebles y lámparas de diseño, con estilos distintos que pueden hacer nuestras delicias y responder perfectamente a nuestros gustos y necesidades. Solo es cuestión de bucear un poco en la red y dar con lo que estamos buscando. Otro claro ejemplo de ello es la elección de la pintura de las paredes. Cuantas veces no hemos visto un color que nos encanta y alguien nos ha dicho: “resulta muy triste”, “es demasiado chillón”, “no pega con los muebles”… y al final acabamos eligiendo un color que no nos termina de convencer, nos resulta aburrido o simplemente ¡no nos gusta! Y hasta dentro de varios años que volvamos a pintar nos toca resignarnos con él y verlo todos los días.
Así pues, para garantizar que nuestro hogar se convierta en un entorno agradable en el que podamos aislarnos de todos nuestro problemas, resulta fundamental ser sinceros a nosotros mismo y atrevernos a buscar nuestro propio estilo, sin temor a que no le guste los demás. Es nuestra casa, nuestro hogar y nuestro refugio.
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