La autoproducción en huertos urbanos
Día a día comprobamos sin poder hacer nada como el precio de muchos alimentos básicos se incrementa sin que podamos hacer nada. Este hecho es particularmente injusto teniendo en cuenta que si preguntamos a los productores primarios de estos alimentos responderán que apenas perciben un porcentaje ínfimo del precio final del producto. La cadena de intermediarios es tan extensa que hace que el precio se infle sobremanera sin que exista ningún control sobre ello. A este hay que sumar que el precio de los combustibles fósiles no hace más que incrementar, lo que trae a consecuencia que el precio de producción y sobre todo de transporte se dispare. La proliferación de los denominados “huertos urbanos” en las ciudades españolas es la respuesta de muchas personas que deciden no permanecer impávidos ante esta situación. Desde luego no es la solución definitiva al problema, sin embargo la autoproducción sí que puede contribuir a mejorar la economía familiar dando de paso un tirón de orejas a distribuidores e intermediarios y poniendo de manifiesto la capacidad de reacción social ante esta situación.
Los huertos urbanos no son excesivamente difíciles de crear. Solo se requiere tener voluntad para realizar las tareas que son necesarias y disponer de una superficie habilitada para el cultivo. Este tipo de iniciativas presentan tres ventajas fundamentales. En primer lugar permite garantizar la trazabilidad del producto, ya que en muchos casos desconocemos el origen de los alimentos que adquirimos en distintos establecimientos. En segundo lugar nuestros bolsillos pueden verse beneficiados, ya que el precio por unidad de producto será mucho menor del que nosotros solemos pagar. Por último esta práctica constituye una afición sana y muy entretenida para la persona que lo desarrolla.
Para elaborar tu propio huerto urbano solo necesitas seguir una serie de pasos y disponer del tiempo necesario para cuidarlo. En primer lugar necesitas una superficie disponible para el cultivo que esté bien aireada e iluminada. Patios, terrazas o jardines pueden ser lugares adecuados para instalarlos. En segundo lugar debes decidir qué es lo que vas a plantar, teniendo en cuenta el espacio del que dispones. Si tu espacio es reducido, lo ideal es cultivar tomates, judías y patatas, especies vegetales que pueden plantarse en espacios pequeños y no requieren muchos cuidados. En tercer lugar debes aprender todo lo necesario a cerca del cultivo y el cuidado de estas especies hortícolas. Esta información está muy accesible, ya que existe mucha bibliografía al respecto, además de blogs y páginas web de gente especializada. Después debes adquirir las herramientas necesarias para el cultivo. Azadas, azadillas, rastrillos o armarios de cultivo son entre otras, herramientas con las que deberás contar para poder cuidar tu huerto. No olvides que debes disponer de un punto de agua cercano para regar tu cultivo y espacio suficiente para almacenar tu producción. Por último debes asumir que el ciclo biológico de las plantas es como es; por mucho que te empeñes no obtendrás resultados inmediatamente. Sin embargo, si eres perseverante en pocos meses podrás disfrutar en tu plato de los vegetales cultivados en tu propio huerto.
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