¿Sortija de compromiso y gato por liebre?
El anillo de compromiso que María tomaba de las manos de Juan, recibió la primera mirada de ella. La segunda fue de plena complicidad inmediatamente después. Un mensaje sin palabras que electrizó a ambos y les hizo compartir un beso que desborda cualquier capacidad de descripción. Juan respondió en un susurro, con un no, a la pregunta queda de María, sobre si lo había comprado en una joyería online
Los días sucesivos, María lo mostraba con especial orgullo. A su familia. El grupo de amigos cercanos. A los compañeros de trabajo...
Todos le decían que era un diamante precioso. María asentía con su mejor sonrisa. Sin embargo, un comentario le hizo reflexionar. Un compañero que había leído un libro sobre diamantes en Internet de una joyeria online, queriendo presumir de su saber, preguntó algo que ella no supo responder.
Le faltó el tiempo para comentárselo a su novio. Juan se sintió incómodo. Al comprar el diamante no había pedido un certificado. Él sabía que en una joyeria online lo entregan sin solicitarlo, pero prefirió una joyería tradicional. Aunque siendo una persona sensata, aceptó someter la piedra del solitario a un análisis para conocer esas 4Cs, de las que María le hablaba.
Fue como un jarro de agua fría. El certificado hablaba con rotundidad: Se trataba de un diamante, sí, pero sintético. La reclamación al joyero, fue atendida de inmediato. El joyero también había sido engañado. Mientras se disculpaba y hacía evidente su disgusto, internamente se lamentó de no haber tomado las medidas para evitarlo…
¿Es posible que esto ocurra? Y más aún, ¿qué hay que hacer para evitar que nos suceda?
¿Es Posible?
Es posible que ocurra, porque los diamantes sintéticos de última generación se consiguen mediante un proceso que hace imposible diferenciarlos de los naturales con los medios habituales de que dispone un joyero.
Sin extendernos en áridos tecnicismos, digamos que hasta hace poco el proceso de síntesis era el de HPHT, fácilmente detectables para un experto. Los aparecidos hace unos meses son de tecnología CVD, indetectables sin un equipo especial.
¿Có mo evitarlo?
Es sencillo. Basta con exigir siempre que se compre un diamante, sea en joyería física o joyería online, suelto o montado, su certificado gemológico extendido por un laboratorio de prestigio como pueden ser GIA, HRD o IGI. Sería un error conformarse, con un certificado “del montón”.
En los casos de una gema pequeña, en la que el coste del análisis del laboratorio pueda incidir de forma desproporcionada en el precio final, exijamos una factura detallada.
¿Qué detalles? De todo esto y más aprenderán LEYENDO EL LIBRO GRATUITO “Los 5 errores más frecuentes al comprar un diamante. Cómo evitarlos”, que podrán obtener desde la web cuya dirección tienen en la parte de la firma de este artículo.
Vicente Cocho Pertegás. Experto en diamantes. http://www.cochopertegas.com
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