La necesidad de modernizar el sector jurídico.
La expresión "lenguaje jurídico" a menudo se usa para describir esas palabras o frases poco comunes que tanto cuesta comprender y que los documentos legales vienen arrastrando desde tiempos inmemoriales. Parece como si el tiempo no afectase a este campo, pues año tras año, y a pesar de una evidente evolución del lenguaje hablado (que a todos nos afecta), estos documentos jurídicos mantienen ciertas estructuras y expresiones que parecen de otro tiempo.
La razón de esto es simple: es mejor no tocar lo que creemos que funciona bien, sobre todo si no entendemos por que funciona.
Ahora bien, ¿Realmente funciona como debe? La verdad es que el sector jurídico sufre un grave caso de obsolescencia, y ya no hay forma de ocultárselo al mundo. Podríamos decir que es como el alumno de clase que se sienta en la última fila y que no se entera de mucho, ni aprende ni se relaciona, los demás le tienen miedo y lo peor de todo, dificulta la evolución del resto porque curiosamente es el delegado del aula y no cumple con su función.
Todos sabemos que existe una cada vez más apremiante necesidad de modernizar este sector que tanto se resiste a las nuevas tecnologías. Quién no se ha encontrado leyendo las incomprensibles cláusulas de un contrato de letra casi invisible y se ha preguntado: ¿Por qué ha de ser tan complicado?
La gente a menudo asocia los problemas jurídicos y los documentos legales con temas aburridos, difíciles de entender, enrevesados y que agotan a cualquiera (por no hablar de los retrasos en los procesos), pero todo esto no tendría por qué ser necesariamente así. En realidad, el proceso de creación de un documento legal no es algo excesivamente complicado, consiste en varios pasos muy simples: dar respuesta a ciertas preguntas clave, ordenar la información y ajustar el contenido y el formato a la legislación.
Las leyes cambian, y los documentos legales deben de ajustarse a estos cambios, deben ser transparentes, comprensibles y de fácil acceso para el ciudadano. Además, no podemos permitir que la justicia sea el privilegio de unos pocos, por eso, a partir de ahora ya no será tan difícil ni tan caro hacer las cosas bien hechas. “Legaldocu” es un proyecto innovador, pero solo un ejemplo más de cómo la tecnología puede mejorar la estructura, accesibilidad, interacción y comprensión de las herramientas y procesos de este sector.
A través de una interface sencilla para el usuario, estos nuevos sistemas presentan una serie de pasos a seguir: encuentra tu modelo de documento, completa el cuestionario que dará forma al documento final, y por último, descarga, imprime o envía tu documento legal listo para firmar. Asimismo, los usuarios disponen de una cuenta en la nube para reeditar y hacer uso de sus documentos.
El proceso de creación está guiado en todo momento por un asistente informativo, y una vez creado, cada documento se entrega junto con sus recomendaciones de uso específicas. En definitiva, todo lo que uno necesita para formalizar su proceso legal, de forma rápida, y sencilla.
Gracias a iniciativas como ésta parece que poco a poco conseguimos “quitar el velo” y acercar el sector jurídico a todos los ciudadanos, proporcionarles más protección ante sus procesos cotidianos, cuidar su bolsillo y devolverles su tiempo.
Registro automático